SALUD-AFRICA: Unicef redobla combate contra insuficiencia de yodo

Productores de sal y gobernantes de Africa austral y oriental convocados por Unicef discuten en esta ciudad de Kenia medios de enfrentar la insuficiencia de yodo en la dieta regional, una de las principales causas conocidas de atraso mental.

La reunión, que comenzó el miércoles, es la primera en su clase desde la Cumbre Mundial de la Infancia, de 1990, cuando los líderes del mundo se comprometieron a combatir la incidencia de la falta de yodo entre niñas y niños.

Esa carencia "es un formidable enemigo que conspira contra el derecho de los niños a vivir y desarrollarse plenamente", e impide "a comunidades enteras" tener buena salud, ser productivas y participar en decisiones sobre su propio futuro, advirtió Olivia Nyambi, asesora en materia de nutrición de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

La reunión de Mombasa tiene el propósito de "crear un foro para que los productores de sal de la región discutan el problema y para buscar el mejoramiento de la calidad de la sal yodada", dijo Nyambi en Mombasa, ante unos 100 industriales, gobernantes y representantes de la Organización de las Naciones Unidas.

El yodo es un mineral requerido en pequeñas cantidades por el organismo humano. Sólo son necesarios unos 150 microgramos al día para sintetizar las hormonas producidas por la glándula tiroides, que regula el metabolismo.

El síntoma más visible del consumo insuficiente de yodo es el bocio, una inflamación del cuello provocada por el crecimiento patológico de la tiroides.

Pero esa carencia también puede determinar daño severo y a menudo irreversible en el cerebro y atraso mental. También es causa de aborto y de mortalidad infantil y prenatal.

"La insuficiencia de yodo es la principal causa del atraso mental", señaló Charles Todd, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zimbabwe.

El progreso logrado desde 1990, cuando los dirigentes del mundo se comprometieron a eliminar la insufuciencia de yodo, no tiene paralelo en la historia de la nutrición pública, aseguró Unicef. La sal yodada llega ahora a 3.300 millones de personas, más de la mitad de la población del mundo.

El aumento de la proporción de yodo en la sal de consumo de las mujeres embarazadas contribuyó en 1999 a proteger a 13 millones de bebés de la amenaza de daño cerebral.

Sin embargo, únicamente 20 países han logrado eliminar los desórdenes mentales causados por la carencia de yodo, según estadísticas internacionales.

Más de 5.000 millones de personas en 130 países presentan en alguna medida insuficiencia de yodo, especialmente en aquellas áreas en que los cultivos y el ganado crecen en suelos pobres en ese mineral, de acuerdo con una investigación de Unicef y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hay 740 millones de personas con bocio y una cantidad mayor sufre atraso mental, de acuerdo con cálculos de las organizaciones especializadas.

Así mismo, Unicef cree que al menos 40 por ciento de los 6.000 millones de habitantes de la Tierra tienen sus facultades mentales disminuídas en algún grado.

En Africa, donde 25 por ciento de las familias llevan una dieta carente de yodo, no hay motivos para celebrar los progresos logrados desde 1990 en el mundo. La OMS afirma que prácticamente la totalidad de los países africanos presentan casos de desórdenes orgánicos por insuficiencia de yodo.

"Gracias al esfuerzo realizado en el continente, 75 por ciento de la sal de conumo humano contiene yodo. Pero el resto, 25 por ciento de la población, no consume" ese mineral esencial en su dieta, advirtió Nyambi.

Los especialistas afirman que la presencia de yodo en la sal de mesa otorga la defensa más eficaz y asequible contra varios desórdenes orgánicos y la comunidad internacional se ha propuesto la yodización de 90 por ciento del producto para fines de este año.

No obstante, regulaciones nacionales impiden a la industria en Africa producir sal con la adecuada proporción de yodo. Y en algunos países, como en Tanzania, el problema se debe a la debilidad de los sistemas gubernamentales de control del contenido de yodo de la sal de mesa.

Los fabricantes de sal de la región señalan que la yodización aumenta el costo de la sal y piden a los gobernantes la reducción de impuestos, para que todas las familias puedan disponer de sal yodada de alta calidad.

Algunos países de Africa subsahariana confían en alcanzar este mismo año la meta de la eliminación de los desórdenes vinculados a la carencia de yodo. En esa lista figuran Kenia, Burundi, Zimbabwe, Lesotho, Madagascar, Namibia, Ruanda, Sudáfrica, Swazilandia y Zambia.

Kenia, que desarrolla desde 1970 un programa de yodización de la sal de mesa, fue uno de los primeros países de Africa en promulgar leyes para restringir la presencia en el mercado de sal sin yodo. Esa prohibición comenzó a imponerse en el contienente los años 80 y especialmente, en los 90.

La conferencia de Mombasa, organizada por la oficina de Unicef para Africa austral y oriental, forma parte del programa de reuniones preparatorias del Octavo Simposio Mundial de la Sal, que se celebrará en mayo en la ciudad holandesa de La Haya. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/ff/he/00

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