La Iglesia Católica suspendió todas sus actividades en la localidad de Bukavú, en el sur de la República Democrática de Congo (RDC), como protesta por la expulsión del arzobispo Emmanuel Kataliko, dispuesta por los rebeldes que controlan la zona.
La insurgente Unión Congoleña por la Democracia, tras asegurar que Kataliko es "un agente" del presidente Laurent Kabila, advirtió que no permitirá el regreso del arzobispo a Bukavú.
Los rebeldes acusan a Kataliko de hacer campaña contra ellos y contra sus aliados, los ruandeses. Se cree que el arzobispo se halla en la nororiental localidad de Butembo, comprendida en la diócesis de Bukavú, donde viajó el sábado.
Representantes del movimiento rebelde en la ciudad de Gomá, fronteriza con Ruanda, informaron haber interceptado en el aeropuerto local el avión que llevaba a Kataliko, para impedir que éste continuara su viaje a Bukavú.
El avión llegó a Bukavú, aunque Kataliko no se encontraba a bordo, confirmaron fuentes de la Iglesia Católica. Los dirigentes religiosos acusaron a los insurgentes de detener al arzobispo.
El Ejército Nacional de Congo, brazo armado de la Unión Congoleña por la Democracia, acusó al arzobispo en un comunicado de connivencia con Kabila y de utilizar su mensaje de Navidad para "sembrar odio y alentar el derramamiento de sangre".
Los militares rebeldes prohibieron en su comunicado el regreso de Kataliko a Bukavú y sugirieron que el arzobispo debe estar en Kinshasa, la capital, para participar de la Conferencia Episcopal.
El mensaje de Navidad de Kataliko, ampliamente divulgado en las áreas controladas por los rebeldes y reproducido en la red informática Internet, contenía duras críticas a la Unión Congoleña por la Democracia y a sus aliados ruandeses, aunque sin mencionarlos por su nombre.
La Iglesia Católica respndió el sábado al comunicado con una carta abierta en Bukavú en la que acusó a los insurgentes y a Ruanda de hacer de Kataliko el chivo expiatorio de la campaña de desobediencia civil realizada en la zona contra la presencia de fuerzas ruandesas.
Informaciones no confirmadas dieron cuenta del comienzo este lunes en Gomá de un movimiento de protesta semejante al que se produjo en Bukavú.
No obstante, un dirigente de la Unión Congoleña por la Democracia en Gomá aseguró a IPS que no se aguardan problemas serios. Al respecto, explicó que los rebeldes conversaron con los representantes de la comunidad, para aliviar la tensión.
"La ausencia de nuestro líder espiritual paraliza a la Iglesia", dijo la jerarquía eclesiástica de Bukavú en la carta abierta, para anunciar "la suspensión de toda actividad litúrgica" en la diócesis hasta el regreso de Kataliko.
La Iglesia Católica excluyó en su carta abierta toda demostración pública o actos de violencia contra la expulsión de Kataliko y solicitó la "inmediata" intervención de la comunidad internacional "para salvar a una población que ha sido tomada de rehén".
Pero el vicepresidente del movimiento insurgente, Moise Nyarugabo, reiteró en Gomá que no se permitirá el retorno del arzobispo a Bukavú. Nyarugabo dijo que Kataliko ha estimulado deliberadamente los sentimientos contra la minoría étnica tutsi en la provincia de Kivú del Sur.
Los tutsis son la principal base social de la Unión Congoleña por la Democracia y del frente que gobierna Ruanda desde el fin de la guerra civil de 1994.
"La prédica de Kataliko es inconcebible en un dirigente religioso. No sólo fue ofensivo su mensaje de Navidad, sino que muchos de sus pronunciamientos contienen alusiones insultantes para los tutsis", dijo Nyarugabo a IPS.
También acusó al arzobispo de utilizar sus viajes a Kinshasa para alinearse con el gobierno.
Nyarugabo se hizo eco de denuncias de la comunidad banyamulenge (congoleños de la etnia tutsi), a la que pertenece, que acusaron a Kataliko y a otros sacerdotes de sumarse en Bukavú a la campaña de desobediencia civil contra la presencia de tropas ruandesas en Kivú del Sur.
Esa campaña dio lugar a una manifiesta propaganda contra los tutsis.
"Es necesario tener en cuenta que algunos de los dirigentes de la campaña de desobediencia civil pretenden la amnistía de todos los hutus de Kivú del Sur, incluso de la milicia Interahamwe", señaló Nyarugabo.
"La presencia en nuestro país de grandes contingentes de milicianos interahamwe y de rebeldes (también hutus) de Burundi se debe en cierta medida a que sectores de la población lo permiten, en clara complicidad con ellos", agregó.
Los interahamwe fueron señalados por la Organización de las Naciones Unidas como participantes en la matanza de tutsis perpetrada en Ruanda entre abril y julio de 1994. Tras la derrota del régimen extremista hutu se refugiaron en la RDC, que entonces se denominaba Zaire. (FIN/IPS/tra-en/cs/pm/ff/cr ip/00