PETROLEO: Venezuela dispuesta a asociarse con CUBA

Venezuela prevé convertirse en el segundo país de América Latina, después de Brasil, en invertir en la industria petrolera de Cuba, que este año aspira a lograr una producción cercana a los tres millones de toneladas de crudo.

Los yacimientos cubanos produjeron 2.136.000 toneladas de petróleo el año pasado, 27 por ciento más que en 1998, cuando consiguió 1.650.000 toneladas, y 664.000 toneladas más que en 1997.

Aunque insuficiente para un país que, según sus autoridades, necesita un mínimo de siete millones de toneladas al año, este sostenido crecimiento ha generado optimismo respecto del futuro de la estratégica industria.

En ese sentido, medios gubernamentales indican que el petróleo y la electricidad serán los sectores más activos este año, con un aumento de 31 por ciento de la producción de hidrocarburos para llegar a 2,8 millones de toneladas.

Las mismas fuentes admiten que para el crecimiento del renglón, considerado el "talón de Aquiles" de la economía cubana, resultó decisiva la participación de firmas extranjeras, cuyas inversiones en los últimos ocho años alcanzaron a 600 millones de dólares.

La firma brasileña Petrobrás, que llegó a este país a fines de 1998, prepara la perforación entre junio y agosto de su primer pozo, con un costo estimado en unos 20 millones de dólares, en la que sería la segunda fase de sus operaciones.

En asociación con la compañía estatal Cuba-Petróleo (Cupet), Petrobrás busca el llamado oro negro en un área de 3.000 kilómetros cuadrados de la costa centro-norte cubana, frente a las provincias centrales de Villa Clara, Sancti Spiritus y Ciego de Avila.

La empresa brasileña se sumó a otras 10 firmas extranjeras, de Canadá, España, Gran Bretaña, Francia y Suecia, entre otros países, que en los años 90 comenzaron a operar en siete bloques de plataforma marina y 11 en tierra.

Venezuela firmó a mediados de febrero un memorando de entendimiento que, de concretarse, posibilitará poner en marcha la refinería de Cienfuegos, 336 kilómetros al sudeste de La Habana.

Esa fábrica, con capacidad estimada en tres millones de toneladas de crudo al año, figura entre los proyectos paralizados a raíz de la crisis económica que sobrevino en la isla luego de la pérdida de sus privilegiadas relaciones comerciales con la extinguida Unión Soviética.

El memorando establece constituir una asociación entre la Corporación Petróleos de Venezuela y Cupet para el suministro de crudo, refinación y eventual comercialización de derivados.

Según ese memorando, dentro de un mes deberá concretarse un primer grupo de convenios, entre los cuales figura el uso de la refinería, construida en los años 80 con la cooperación de la Unión Soviética, para procesar crudo venezolano.

Venezuela se incluye entre los principales productores petroleros del mundo, junto a México, Rusia, Arabia Saudita, Kuwait, Estados Unidos, Emiratos Arabes y China.

En agosto pasado fracasó una propuesta del gobierno venezolano de Hugo Chávez para ampliar a Cuba y otras naciones el Pacto de San José, mediante el cual Venezuela y México venden petróleo en condiciones favorables a 11 países de América Central y el Caribe.

Sin embargo, el gobierno cubano de Fidel Castro parece preferir la opción de desarrollar su industria de crudo, en cuyas importaciones gasta actualmente entre 1.000 y 1.200 millones de dólares anuales.

"Representa una garantía contar en el territorio nacional con los propios recursos energéticos. Este es un factor de trascendencia estratégica", comentó en entrevista con la prensa estatal Manuel Marrero, especialista principal en petróleo del Ministerio de la Industria Básica.

Marrero informó, además, que "ya hay una respuesta muy favorable por parte de un número creciente de compañías petroleras" a la promoción cubana para la prospección conjunta de un área de 112.000 kilómetros en su zona económica exclusiva del golfo de México.

El experto evitó mencionar países o empresas interesadas en la licitación, anunciada en junio, aunque refirió que se trata de "compañías transnacionales que poseen esas tecnologías y cuentan con el financiamiento necesario para esa actividad que, si bien es muy costosa, es al mismo tiempo rentable".

"Cuba brinda totales garantías para las compañías que opten por entrar en este negocio con Cupet", afirmó.

Este país dividió el área propuesta en 59 bloques (unidades de superficie que facilitan las negociaciones) de alrededor de 2.000 kilómetros cuadrados cada uno y con una profundidad de 1.000 a 4.000 metros.

Marrero consideró que el interés despertado entre posibles inversionistas se debe a que los bloques están en una área petrolífera, existe la tecnología comercialmente aplicada, y también a la decisión gubernamental de apoyar totalmente la operación.

Los contratos de asociación son de producción compartida, con una vigencia de por lo menos 30 años y un período inicial de exploración no menor a seis años.

Cuba recibía hasta comienzos de los años 90 de Moscú 13 millones de toneladas anuales de crudo, a precios preferenciales muy ventajosos.

Un convenio válido para 1999 comprometió a Rusia a suministrar a La Habana ese año 1,5 millones de toneladas de crudo a cambio de 800.000 toneladas de azúcar.

La caída de los precios internacionales del azúcar entre 1998 y 1999 significó para la isla pérdidas estimadas en 265 millones de dólares en sus ingresos por exportaciones.

"Efectos igualmente nocivos ha tenido el incremento del precio de los combustibles", se quejó en diciembre el ministro de ese ramo, José Luis Rodríguez, en su informe al parlamento sobre el desempeño de la economía en 1999.

El precio promedio de un barril de petróleo pasó de 9,91 dólares en diciembre de 1998 a 24,69 en noviembre de este año y 30 dólares a mediados de este mes. (IPS/FIN/pg/dm/if/00

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