El gobierno de México busca canalizar a proyectos productivos parte de los 6.000 millones de dólares que emigrantes mexicanos envían cada año desde Estados Unidos, un monto que se distribuye entre millones de beneficiarios y se reduce por la intervención de firmas comisionistas.
Las remesas enviadas por los 21 millones de emigrantes o descendientes de mexicanos que viven en Estados Unidos se situaron el año pasado y en 1998 en 6.000 millones de dólares, informó este martes Gerardo Albino, coordinador del Proyecto Paisano, de la cancillería.
Las remesas, transferidas en forma semanal o mensual, son una de las principales fuentes de divisas de México, junto al turismo y petróleo.
Con apoyo del North American International Develoment Center y la Unversidad de California, el gobierno pretende inducir la inversión de un porcentaje de la remesas en la creación de microempresas en los municipios en que residen familiares de los emigrantes.
Albino informó que el plan será apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo y que los consulados de México en Estados Unidos explicarán a los emigrantes los beneficios de la inversión. Lo mismo se hará en los municipios que reciben el dinero.
El gobierno mantiene desde 1998 bajo la lupa a las firmas que transfieren las remesas, pues hay denuncias de que obtienen ganancias mediante engaños.
La estatal Procuraduría Federal del Consumidor difunde en los 40 consulados de México en Estados Unidos información sobre las comisiones que imponen esas empresas y se informa cómo operar a quienes reciben en dinero.
Mientras, se investiga en México el desempeño de las empresas comisionistas, que básicamente son dos, Money Gram y Western Union, de origen estadounidense y asociadas con firmas y bancos mexicanos, y que lograrían ganancias anuales por 1.200 millones de dólares.
Con frases publicitarias como "Dinero en minutos" y "Bueno para quien envía y bueno para quien recibe", las transferencias de dinero se realizan al costo de altas comisiones y con tipos de cambio favorables para las empresas que las canalizan, afirmó el senador Cristóbal Arias, del opositor Partido de la Revolución Democrática.
Telégrafos de México mantuvo el monopolio de las transferencias hasta principios de los años 90, pero la apertura del comercio y del sistema financiero determinó el ingreso en esas operaciones de las firmas estadounidenses que, asociadas con mexicanas, hoy controlan 90 por ciento del mercado.
El monto de las remesas que recibe México se multiplicó más de ocho veces entre 1980 y 1998, según información del Banco de México (Central).
Uno de cada 20 hogares mexicanos se beneficia de las remesas de los emigrantes, la mayoría de los cuales perciben una remuneración baja si se la compara con el salario promedio de Estados Unidos, pero superior a la paga que obtendrían en México.
México es el país de mayores ingresos por remesas familiares en América Latina y el cuarto del mundo, después de Francia, India y Filipinas, de acuerdo con el estatal Consejo Nacional de Población.
El mismo Consejo indicó en agosto que 63 por ciento de las remesas son recibidas por familias de zonas no rurales y de más de 2.500 habitantes.
La proporción restante llega a regiones rurales, pero allí beneficia a un 10 por ciento más de hogares que en las zonas urbanas, agregó.
"Tradicionalmente, después del consumo doméstico, el siguiente rubro en importancia en el destino de las remesas ha sido el gasto en vivienda". Una mínima proporción se dedida a la inversión productiva o el ahorro", señaló el Consejo Nacional de Población. (FIN/IPS/dc/ff/pr dv/00
