La idea de humanizar la globalización está de moda entre los líderes de los países industrializados que abogan por el libre mercado, pero sus palabras recién se pondrán a prueba con la actitud que adopten en las negociaciones comerciales, declaró el secretario general de la UNCTAD.
Existe el consenso de que se deben mitigar los efectos adversos de la globalización, dijo Rubens Ricúpero, el secretario general de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), a la prensa antes de la apertura este sábado de la décima sesión de la agencia.
"Ahora muchos gobernantes repiten las mismas cosas que la UNCTAD venía diciendo hace décadas", aseguró Ricúpero.
La UNCTAD, creada en 1964, aboga por la integración de las necesidades de los países pobres al orden mundial de comercio y desarrollo. Y a medida que se revelan las debilidades del capitalismo frente a problemas nuevos, también hacen falta reglas nuevas que lo gobiernen, dijo Ricúpero.
La conferencia que comienza en Bangkok este sábado y concluye el domingo 19 analizará este tema, dijo Ricúpero. "Estamos aquí para analizar en qué estado se encuentra el desarrollo al principio del nuevo siglo", explicó.
La necesidad de adoptar un nuevo modelo de desarrollo y de integrarlo a los problemas que surgieron en las últimas décadas (como el género, el desarrollo sustentable y el ambiente) es el desafío que enfrentan los 190 países miembro de la UNCTAD, señaló.
"¿Cómo los implementamos en un nuevo paradigma? Ya no pueden responder al consenso de Washington", dijo Ricúpero en referencia a la presunta obsesión de países occidentales y organismos como el Fondo Monetario Internacional con la liberalización económica.
Pero Ricúpero sostiene que hay una diferencia entre el discurso de UNCTAD y el de líderes como el primer ministro británico Tony Blair o el presidente estadounidense Bill Clinton que reconocen los afectos adversos que tiene la globalización en los países pobres.
Las declaraciones de esos líderes se limitan a "comentarios generales", pero la "conferencia (de la UNCTAD) puede mostrar cómo se pueden traducir esas palabras en hechos", agregó.
El interés que declaran líderes como Blair y Clinton en los problemas de los países pobres recién se confirmará si les conceden tratamiento especial en los pactos de comercio o si eliminan las barreras comerciales a los productos del Sur en desarrollo, dijo Ricúpero.
UNCTAD pretende que el tratamiento especial para los países de menor desarrollo se incluya en un acuerdo comercial obligatorio y no sólo responda a concesiones unilaterales que se puedan revocar.
"¿Si el libre comercio es bueno para los productos industriales, por qué no lo es para el acero, la agricultura y el calzado que exportan los países en desarrollo?", se preguntó Ricúpero en referencia a que los países ricos proclaman la liberalización comercial pero bloquean el ingreso a sus mercados de las exportaciones del Sur.
No obstante, el cambio operado en el discurso del desarrollo es importante, aunque sea porque significa que el pensamiento político debió mutar ante la presión de las organizaciones no gubernamentales (ONG).
El papel de la sociedad civil es importante, sostuvieron Ricúpero y Supachai Panitchpakdi, viceprimer ministro de Tailandia y presidente de la UNCTAD X.
"¿Creen que estos líderes hubieran dicho esas cosas de no ser por los movimientos populares en las calles?", agregó Ricúpero.
Las ONG lograron frustrar el Acuerdo Multilateral de Inversiones y que prosperaran la prohibición de las minas antipersonales y la negociación del Tribunal Penal Internacional, a pesar de la oposición estadounidense.
Ricúpero recordó que en Montreal, Canadá, se negoció un protocolo de bioseguridad que permite a los países decidir si autorizan o no el ingreso de organismos genéticamente modificados a sus mercados.
Esto ha sido una victoria de las ONG que advirtieron del peligro que representan esos organismos.
Aunque UNCTAD es considerada la voz discordante entre los organismos mues porque aboga por la necesidad de reformar las instituciones financieras y de "domar" la globalización, muchos activistas señalan que esto no basta y pretenden que la agencia asuma un papel preponderante junto con el FMI y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
"Esta es la oportunidad de que la UNCTAD se reafirme como un competidor para poder convertirse en una autoridad negociadora", exhortó esta semana Walden Bello, de la organización Focus on the Global South radicada en Bangkok.
Aunque la UNCTAD no debe sustituir a la OMC, una UNCTAD con más poder permitiría un "sistema más pluralista de gobierno económico mundial" que en la actualidad, sostuvo.
Pero Ricúpero dijo que la UNCTAD se creó como una institución de investigación y que las decisiones comerciales las deben tomar los propios gobiernos.
A pesar de la discusión sobre el papel de la UNCTAD, Japón será el único miembro del Grupo de los Siete países industrializados que asistirá a la conferencia de esta semana en Bangkok.
Estados Unidos, que otrora pretendía clausurar a la agencia, sólo enviará funcionarios de cooperación. Sin embargo, la mayoría de los presidentes y primeros ministros del sudeste asiático asistirán a la conferencia, principalmente porque se reunirán con el secretario general de la ONU, Kofi Annan. (FIN/IPS/tra-en/js/aq/dv/00