La economía de América Latina experimentará un crecimiento notable este año, predijo un importante banco de Alemania, y urgió a los potenciales inversionistas a dirigir sus fondos hacia esa región.
"Perspectivas en América Latina", un informe de 42 páginas publicado por el Dresdner Bank Latin America, con sede en Hamburgo, analiza el desempeño económico-financiero y las perspectivas de 12 países de la región y concluye que, en general, hay una firme tendencia al crecimiento.
"Prevemos un crecimiento de tres por ciento en el producto interno bruto (PIB), que en general se deberá a la recuperación de los precios de las exportaciones y a las crecientes importaciones de capital neto", dijo Heinz Mewez, economista jefe del banco y coautor del informe.
Sin embargo, el desempeño económico variará bastante de un país a otro.
En Argentina, por ejemplo, el PIB no crecerá más de 2,8 por ciento, según las previsiones.
"Una razón de este 'magro crecimiento' a corto plazo es la política fiscal orientada a la estabilidad", explicó Guenter Koehnen, economista del grupo Dresdner Bank.
La política fiscal de Argentina se orienta a recortar la demanda del sector público a través del recorte de gastos y restricciones al consumo y a las inversiones, además de un aumento de la carga impositiva.
"Sin embargo, esa política de austeridad resultará en una mejora notable de la economía en la segunda mitad del año y particularmente más allá del 2000, siempre que se aplique de manera creíble", pronosticó Koehne.
A partir de mediados de este año, Argentina retomará su crecimiento gracias a una caída mayor del desempleo y a un mayor influjo de capital extranjero, agregó.
El capítulo del informe relativo a Brasil se titula "La crisis ya pasó".
"Luego que la economía brasileña logró superar la crisis de 1999 mejor de lo esperado, somos optimistas sobre el año 2000", dice el estudio de Dresdner Bank Latin America, que tiene filiales en 16 países de la región.
Tanto en el mercado doméstico como en el sector externo, las autoridades económicas de Brasil prepararon el camino para la eliminación o al menos la reducción del actual desequilibrio, escribió Walter Schaefer, otro analista del banco.
A medida que las finanzas mundiales mejoren, Brasil podrá alcanzar este año un superávit comercial de unos 3.000 millones de dólares y aliviar su situación cambiaria, predijo Schaefer.
Sin embargo, advirtió, "las buenas perspectivas no deben inducir a los políticos a olvidar los esfuerzos de reforma".
"Sólo si Brasil reduce su presupuesto y su déficit de cuenta corriente, además de realizar reformas impositivas y estructurales que abarquen al sistema de seguridad social, será posible estabilizar la economía nacional", dice el informe.
En cuanto a la región andina, el banco afirmó que Chile está al comienzo de una nueva etapa de crecimiento, de acuerdo con varios indicadores.
El informe no anticipa ningún cambio en la política económica chilena, orientada a la estabilidad, tras la asunción el mes próximo del socialista Ricardo Lagos como nuevo presidente.
Con respecto a Perú, Dresdner Bank Latin America espera que el presidente Alberto Fujimori gane las elecciones del 9 de abril.
"Pese a los riesgos latentes para el sistema democrático, creemos preferible, desde el punto de vista económico, que Fujimori obtenga un mandato claro para continuar las políticas de estabilidad y profundizar las reformas estructurales, y no que triunfe por poco una frágil coalición anti-Fujimori", señaló Thorsten Ruelle, otro coautor del informe.
Sin embargo, advirtió, para asegurarse el influjo de capital extranjero, el presidente deberá retomar la acostumbrada política de austeridad fiscal luego de las elecciones.
Además, Fujimori deberá comprometerse claramente a facilitar un cambio de gobierno al final de su tercer mandato, de acuerdo con las normas democráticas, exhorta el informe.
El Dresdner Bank y otros inversores "desean asegurarse de que seguirán del lado de los ganadores", comentó sobre el capítulo relativo a Perú el analista independiente Winfried Illo Graff, de la organización no gubernamental Consejo de Cooperación Mundial, con sede en Bonn.
"Es extremadamente cínico colocar los intereses de los inversores por encima de los valores democráticos, pero al menos éstos no son ignorados por completo", dijo Graff. (FIN/IPS/tra-en/raj/sm/mlm/if-dv/00