La destitución hoy del general Wiranto del gabinete ministerial de Indonesia fue una medida sin precedentes, no sólo por dirigirse contra un alto oficial del poderoso ejército, sino también y sobre todo por proceder de un presidente civil.
Estos dos elementos otorgan especial trascendencia a la medida del presidente Abdurrahman Wahid, pese a las críticas sobre que el mandatario eludió una decisión sobre el destino del general en las últimas dos semanas.
Wiranto es uno de los seis generales a los que una comisión nacional independiente recomendó investigar por su responsabilidad en la ola de violencia desatada en Timor Oriental en septiembre de 1999, luego de un plebiscito de autodeterminación favorable a la independencia de Indonesia.
Los saqueos e incendios en la antigua colonia portuguesa fueron perpetrados por milicias proindonesias respaldadas por el ejército de este país, de acuerdo con varias investigaciones.
Wiranto, quien en ese entonces era el jefe de las Fuerzas Armadas, pasó a integrar luego el gabinete de Wahid como ministro coordinador de Asuntos Políticos y de Seguridad, y este lunes fue sustituido por el ministro del Interior, Surjadi Sudirja.
Aunque Wahid fue criticado por su aparente indecisión, muchos indonesios consideran que su medida fue muy sabia por parte de un presidente "lleno de sorpresas" en sus cuatro meses de mandato.
Vista en el contexto de la difícil transición hacia la democracia luego de la dictadura de 32 años de Alí Suharto, la medida fortalece al gobierno civil en un país donde el ejército siempre ejerció un importante papel político, consagrado incluso en la Constitución.
Algunos analistas consideran que las declaraciones a veces contradictorias de Wahid sobre Wiranto (le había pedido que renunciara tras la publicación del informe de la comisión, hace dos semanas, y en otra ocasión manifestó su confianza en el general) evitaron una crisis entre el régimen civil y los militares.
"No cabe duda del compromiso de Wahid con la democracia, la ley y la buena gestión pública. Así lo demostró al destituir a Hamzah Haz, ministro de Pequeñas Empresas, pero ahora se trata de un importante general, figura de una institución tan poderosa durante décadas", comentó M.T. Arifin, un observador militar.
"Lo que Wahid hizo antes (con sus aparentes contradicciones) fue tratar de romper la resistencia, consolidar su posición, para luego tomar la medida. Sus movimientos fueron muy inteligentes", opinó.
Otros analistas creen que Wahid intenta eliminar los elementos predominantes desde hace años en el ejército. "Pero lo hace a su manera", señaló J. Kristiadi, del Instituto Nacional de Ciencia de Indonesia.
"Durante años, los altos oficiales se consideraron superiores a otras profesiones e impunes", comentó Kristiadi, y agregó que el abordaje de la crisis fue como caminar sobre una cuerda floja para Wahid.
En una conferencia de prensa en el Palacio del Estado, el presidente explicó que su decisión sobre Wiranto tuvo por finalidad permitir que la ley siguiera su curso, en referencia a un posible juicio al general a propuesta de la comisión sobre Timor Oriental.
"Esta medida también ofrece a 'Pak' Wiranto tiempo para concentrarse en su actual problema, es decir, las conclusiones de la Comisión Nacional de Derechos (KPP-HAM) de Indonesia sobre violaciones a los derechos humanos en Timor Oriental", agregó Wahid.
Wiranto manifestó este lunes que estaba entristecido por su suspensión pero que ésta era el "derecho" del presidente, y destacó que lo que hicieron las Fuerzas Armadas en Timor Oriental fue aplicar la ley.
Poco después de recibir a Wahid de vuelta de un viaje al exterior, Wiranto se reunió con sus abogados.
Otra teoría que circula entre los analistas es que la medida presidencial tuvo por fin acallar el clamor de algunos países y organizaciones de derechos humanos para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cree un tribunal internacional para juzgar a los responsables de la violencia en Timor Oriental.
Wahid declaró que no es partidario de que una entidad extranjera juzgue a indonesios.
Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que no sería necesario un tribunal internacional si la justicia indonesia actuara de manera "adecuada". Annan llegará a Indonesia este martes. (FIN/IPS/tra-en/ky/ks/mlm/ip-hd/00