GOLFO: Cautela tras victoria electoral de los reformistas en Irán

Los vecinos árabes de Irán reaccionaron en forma cautelosa ante la victoria de las fuerzas reformistas en las elecciones parlamentarias iraníes de la semana pasada, en contraste con el entusiasmo occidental por ese resultado.

La mayoría de los Estados árabes del Golfo estiman que la nueva mayoría reformista en el parlamento iraní contribuirá al éxito de los esfuerzos del presidente Mohammed Jatami para poner fin al aislamiento internacional de su país, pero la historia y la geografía hacen que sean más cautelosos que Occidente.

Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos (EAU), Kuwait, Omán y Qatar, las seis ricas monarquías petroleras que integran el Consejo de Cooperación del Golfo, aún no se han recuperado por completo del impacto causado por la revolución islámica iraní de 1979.

Esos países están avanzando en forma gradual hacia mejores relaciones con Irán, pero no olvidan que el fallecido ayatolá Ruhollah Jomeini, líder de aquella revolución, declaró su que su objetivo era exportarla a toda la región.

La ajustada victoria de Jatami en las elecciones de 1997 ayudó a los vecinos de Irán a comenzar un proceso de reconciliación, y los primeros esfuerzos del presidente iraní por ejercer una influencia moderadora en la región le ganaron muchos simpatizantes.

Las inquietudes no desaparecieron, sin embargo, porque Jatami también demostró luego que podía aliarse con las fuerzas conservadoras de su país, en especial durante la represión de protestas estudiantiles el año pasado y en el proceso de veto de candidatos al parlamento previo a las últimas elecciones.

"Con una sociedad iraní tan comprometida con los cambios, y un sistema tan comprometido con sus propios intereses, no será fácil para Jatami y sus reformistas cumplir sus promesas", comentó el analista político Hamoud Salhi en el diario Gulf News, de EAU.

La inquietud de los Estados árabes del Golfo no se debe sólo a la mezcla iraní de retórica radical y mensajes de moderación. El régimen islámico de Irán es hoy un vibrante ejemplo de democracia en comparación con los sistemas de gobierno del resto de la región, quizá con la única excepción del de Kuwait.

El papel desempeñado por las mujeres de Irán para conquistar espacios de poder y el persistente esfuerzo de los medios de comunicación para eludir la censura del gobierno han hecho que muchos habitantes de los países vecinos observen con respeto e interés el experimento iraní de mezclar teocracia y democracia.

Esta situación resulta preocupante para muchos funcionarios, en una región afectada por el debilitamiento de las bases de su economía y el aumento de las demandas sociales y culturales de las nuevas generaciones.

En ese marco, algunos no consideran adecuado hablar en términos generales de "los reformistas iraníes", porque piensan que la verdadera medida de la contribución de Irán a la estabilidad regional dependerá de las características de las fuerzas que queden incluidas en el bando reformista.

Los integrantes de la nueva mayoría parlamentaria se aliaron con una ideología común de moderación, pero mantienen condiciones de independencia y cada uno de ellos tiene sus propias preferencias y antipatías.

En tales circunstancias, se plantean algunas preguntas importantes. Por ejemplo, hasta qué punto respaldarán los nuevos parlamentarios los esfuerzos de Jatami para estrechar vínculos con el gigante regional Arabia Saudita y resolver el conflicto con EAU por las tres islas que ese país acusa a Irán de haber ocupado.

El año pasado, la iniciativa conjunta de Arabia Saudita e Irán para reducir la producción de petróleo, a fin de aumentar su precio en el mercado internacional, parece haber dado resultados beneficiosos para toda la región.

Sin embargo, el principal problema de seguridad de la región aún no ha sido abordado. El Golfo es crucial para los intereses geopolíticos de Irán, y Teherán no puede aceptar con agrado su exclusión del dispositivo de seguridad regional con liderazgo estadounidense instalado desde la Guerra del Golfo de 1991.

La presencia en el Golfo de tropas de países ajenos a la región, que ha sido durante mucho tiempo una importante causa de conflictos entre Irán y los países árabes de la región, casi no se discutió en la campaña electoral iraní.

Desde el punto de vista de los países árabes del Golfo, la cuestión más importante es el orden de prioridades que se planteará el nuevo parlamento iraní para sus primeros meses de trabajo.

Una de las principales causas del éxito electoral de los reformistas fue que lograron convocar a los jóvenes de Irán, muchos de ellos nacidos después de la revolución islámica, quienes acudieron a votar en forma masiva.

Las promesas electorales de más libertades individuales, menor control de los medios de comunicación y esfuerzos sostenidos para la promoción de los derechos de las mujeres fortalecieron a los reformistas, pese a la fuerte oposición de los tradicionalistas atrincherados en varios organismos del Estado.

Pocos esperan que el nuevo parlamento se dedique de inmediato a impulsar las reformas prometidas, dada la fuerza que mantienen los conservadores en instituciones clave como el Consejo de los Guardianes, el sistema judicial y los servicios de seguridad.

El diario Al Bayan, de EAU, expresó el punto de vista predominante en los gobiernos de la región al señalar que "los Estados árabes del Golfo, en mayor medida que otros países, deben observar en forma cuidadosa y objetiva el desarrollo de los acontecimientos políticos en Irán".

Se espera que pronto haya indicios de la nueva orientación de Irán en las relaciones con sus vecinos, cuando el ayatolá Ali Jamenei, supremo líder espiritual iraní, responda a la invitación del rey de Arabia Saudita, Fahd bin Abdul Aziz, para realizar la Haj (peregrinación musulmana a La Meca) el mes próximo. (FIN/IPS/tra-en/ra/an/mp/ip/00

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