ESPAÑA: El centro decidirá el futuro gobierno

El gobierno que surja de las elecciones del 12 de marzo en España dependerá de cómo oriente su voto el electorado de centro, ubicado en los límites entre el gobernante Partido Popular (PP) y el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El PP se define a sí mismo como de centroderecha, mientras el PSOE lo califica de derechista y, en algunos casos, de "derecha pura y dura¡¡. A su vez, el PSOE se define como progresista, es considerado de izquierda por el PP y, tras su acuerdo electoral con Izquierda Unida (IU), lo califica de "rojo".

De acuerdo con el sistema parlamentario que rige en España, el gobierno será designado por el Congreso de los Diputados, que se renovará totalmente el 12 de marzo.

Según todas las encuestas, lo más probable es que el vencedor no llegue a sumar más de 175 diputados -sobre un total de 350-, lo que hará necesario los pactos entre dos o más partidos para designar al Presidente del Consejo de Ministros (jefe del gobierno).

Todas las encuestas, también, coinciden en que el primer lugar lo ocupará el PP, seguido del PSOE. La diferencia de votos entre uno y otro varía de seis a cuatro puntos y medio, según la encuesta que se tome en consideración.

La novedad en relación con todas las elecciones celebradas en España desde que en 1975 comenzó la transición hacia la democracia, es el acuerdo entre el PSOE e IU, una coalición basada en el Partido Comunista.

Ese acuerdo es programático y no se tradujo en listas únicas para las elecciones de diputados, a las que todos los partidos o coaliciones concurren con listas cerradas, como lo dispone la legislación vigente.

Desde que se anunció ese acuerdo, las encuestas y las opiniones de los analistas de todos los sectores coinciden en que IU salió beneficiada y, en especial, su candidato a encabezar el gobierno, Francisco Frutos, secretario general del Partido Comunista.

Frutos, prácticamente desconocido entre el gran público, pasó a ocupar un gran espacio en los medios de comunicación y hoy es uno de los políticos mejor considerados.

Por lo tanto, es difícil que IU pierda votos y lo más probable es que los gane. Por su izquierda no tiene a quien ganarle votos, por lo que tendrá que conquistarlos entre los indecisos y los votantes del PSOE.

Así las cosas, el PSOE tendrá dificultades para ganar votos por su izquierda, por lo que sólo le quedarán los indecisos ubicados en el centro político, que dudan entre votar a ese partido de centroizquierda o al centroderechista PP.

Ante esa situación, los dos grandes partidos centran su propaganda electoral en conquistar el voto centrista.

El PP pone en primer lugar sus realizaciones de gobierno: crecimiento de la economía, integración en Europa, respeto de las libertades, acuerdo social con los sindicatos y disminución notoria del desempleo.

Además, incluye en su programa propuestas progresistas, como la supresión del impuesto a los pequeños negocios y la reforma sanitaria para que en los hospitales públicos la mitad de las salas sean individuales y en la otra mitad reducidas a dos camas por habitación.

Y una novedad para elevar la democratización: legislar para que las listas de candidatos en las elecciones sean abiertas y, para hacer realmente secreto el voto, disponer que las cabinas (cuartos oscuros) sean obligatorias, algo que no son en la actualidad.

El PSOE, por su lado, califica al PP de "derecha dura y estrecha", según su portavoz electoral, Cipriá Ciscar.

"El centro es un talante", comentó Ciscar y el PSOE y Joaquín Almunia, su candidato a encabezaar el gobierno, "siempre van a pretender la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos, por lo que moderados y progresistas pueden estar tranquilos" de que el acuerdo con IU no significará un giro hacia la izquierda.

Si el PSOE es la fuerza más votada asumió el compromiso para formar gobierno de pactar con IU, que tiene una expectativa de votos que oscila entre siete y nueve por ciento.

De triunfar otra vez el PP queda excluido un pacto con IU, por haberlo así manifestado ambas partes. Al PP le quedarían entonces como probables aliados los nacionalistas catalanes, una coalición de centroderecha que podría obtener entre cuatro y seis por ciento de los votos, y otros partidos regionalistas menores.

Así, el centro político será decisivo para consagrar al partido más votado el 12 de marzo (entre el PP y el PSOE) o para la alianza parlamentaria poselectoral, en el caso de que ninguno de los dos obtenga una mayoría absoluta de diputados. (FIN/IPS/td/ag/ip/00

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