Las reuniones entre el canciller de Rusia, Igor Ivanov, y su par de Estados Unidos, la Secretaria de Estado Madeleine Albright, no lograron superar obstáculos en las relaciones de ambos países, como la guerra en Chechenia, Irán y el tratado contra los misiles antibalísticos.
En la víspera de la visita de Albright, que comenzó el 31 de enero y terminó este miércoles, Moscú elogió con cautela la ayuda a Rusia con sus programas de reforma económica que prometiera el presidente estadounidense Bill Clinton en su mensaje sobre el Estado de la Unión la semana pasada.
Pero Rusia sostiene que la caracterización que hizo Clinton de la guerra de Moscú contra insurgentes musulmanes en Chechenia, república perteneciente a la Federación Rusa, es "cruel".
Albright habría acusado a las fuerzas rusas de atacar en forma indiscriminada a los civiles y agregado que la vía militar no es la solución para la crisis de Chechenia.
Sin embargo, Ivanov insistió en que Rusia conduce una campaña internacional contra el terrorismo en Chechenia y aseguró que la acción militar es la única solución.
Guennady Zyuganov, presidente del Partido Comunista ruso, atacó las críticas de Albright sobre Chechenia y la acusó de "chantaje".
En la víspera de la visita de Albright, activistas comunistas y cristianos ortodoxos se manifestaron frente a la embajada de Estados Unidos en Moscú con pancartas que acusaban a la funcionaria de intentar "salvar a los bandidos chechenos".
Numerosos gobernantes occidentales y musulmanes acusaron a Rusia de emplear la fuerza indiscriminada en Chechenia, lo cual provocó muchas víctimas y obligó a huir a unos 200.000 refugiados.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien visitó Moscú el 28 de enero y se reunió con el presidente interino Vladimir Putin, también pidió el fin de la guerra en Chechenia.
Pero Rusia reiteró que sólo ataca a los "terroristas" y descartó toda negociación con los guerrilleros chechenos.
Sin embargo, el día 1, con la posible intención de apaciguar los ánimos de las naciones musulmanes con respecto a Chechenia, Rusia se convirtió en sede de las primeras conversaciones multilaterales de Medio Oriente en más de tres años.
Ivanov y Albright presidieron las negociaciones que se concentraron en temas internacionales y reunieron a representantes de Arabia Saudita, Egipto, Israel, Jordania, Autoridad Nacional Palestina y Túnez.
Canadá, China, Japón, Noruega, Suiza y la Unión Europea también participaron en las negociaciones patrocinadas en conjunto por Estados Unidos y Rusia.
Líbano y Siria boicotearon la reunión.
En su discurso, Putin pidió que se impulse el proceso de paz de Medio Oriente y advirtió contra el debilitamiento del Tratado contra los Misiles Antibalísticos, de 1972. Washington apoya una defensa misilística limitada, lo cual exigiría modificar el tratado.
Pero Rusia se opone a modificar el instrumento porque, asegura, anularía todas las gestiones de control de armas de las últimas tres décadas. Ivanov y Albright no lograron avanzar al respecto.
Desde el fin de la guerra fría, Estados Unidos hizo todo lo posible por proteger el material nuclear de Rusia. Washington procura que este tipo de tecnología no beneficie a Irán u otros aspirantes al poderío nuclear.
No obstante, Leonid Melamed, director de Rosenergoatom, una compañía estatal que administra las centrales de energía nuclear del país, dijo a IPS esta semana que Rusia piensa continuar con sus proyectos para construir plantas nucleares en China, India e Irán.
A pesar del fracaso del encuentro entre Albright e Ivanov, analistas políticos aseguran que, a la larga, Rusia deberá resolver sus diferencias con Occidente, incluso sobre la crisis de Chechenia, porque Moscú depende del dinero de las potencias occidentales. (FIN/IPS/tra-en/sb/sm/aq/ip/00