Colombia aguarda para este miércoles la certificación de Estados Unidos de su lucha contra el narcotráfico, pese a informes de Washington sobre un "reciente aumento explosivo de la producción de coca".
Desde 1986, el Congreso de Estados Unidos juzga, a partir de informes del Departamento de Estado de ese país, si las naciones del mundo colaboran en la lucha contra las drogas, y Colombia logró el año pasado ese aval.
Sólo los países que reciben la llamada certificación tienen acceso a asistencia financiera y técnica estadounidense, y los que no la reciben o la reciben en forma "condicionada" pueden ser sancionados, incluso con la negativa del aval de Washington para acceder a créditos de organismos multilaterales.
En 1996 y 1997, cuando las relaciones entre Washington y Bogotá estuvieron en su punto más bajo, se negó la certificación a Colombia porque su entonces presidente, Ernesto Samper, había sido acusado de recibir dinero de narcotraficantes para su campaña electoral de 1994.
Aquellas decisiones estadounidenses se adoptaron pese a que el gobierno de Samper logró detener a los máximos jefes del narcotraficante Cartel de Cali, y fueron interpretadas como ejemplos de la politización del procedimiento de certificación.
En 1998, cuando asumió el actual presidente colombiano, Andrés Pastrana, las relaciones bilaterales mejoraron, y ahora el Congreso estadounidense debate la aprobación de ayuda militar a Colombia por valor de 1.600 millones de dólares, para apoyar la estrategia antidrogas del llamado "Plan Colombia" de Pastrana.
El restablecimiento de la confianza de Washington y la estrecha cooperación actual entre Bogotá y Washington hacen prever que la certificación será otorgada sin grandes condicionamientos, dijo a IPS el investigador Ricardo Vargas.
Vargas, quien integra Acción Andina, una organización de investigadores del narcotráfico en la subregión, afirmó que el mejor aliado con que cuenta Colombia para obtener la certificación es el director de la Oficina de la Política Nacional contra las Drogas de la Casa Blanca, Barry McCaffrey.
McCaffrey declaró el miércoles 23, durante una visita a Bogotá, que Colombia no podrá implementar su plan para poner fin a la impunidad de los narcotraficantes sin ayuda de Estados Unidos y la comunidad internacional.
El funcionario estadounidense afirmó la semana pasada, ante dos grupos del Congreso de su país que estudian el pedido de asistencia a Colombia planteado por el presidente Bill Clinton, que Bogotá ha colaborado en forma eficiente en la guerra contra las drogas.
En un informe del Centro de Delitos y Narcóticos de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) se señaló, sin embargo, que en la región andina hay una tendencia a la reducción del cultivo de coca y la producción de cocaína, pero que en Colombia hubo una preocupante expansión de ambas actividades.
Los datos de la CIA indicaron que durante 1999 se dedicaron 180.000 hectáreas menos al cultivo de coca en la región, cuatro por ciento menos que en 1998 y 15 por ciento menos que en 1995.
En el informe se estimó que la producción potencial de cocaína en la región cayó el año pasado a 765 toneladas, siete por ciento menos que en 1998 y 18 por ciento menos que en 1995.
Pero la CIA informó también que la producción de cocaína en Colombia pasó de 435 toneladas en 1998 a 520 en 1999, y que el área dedicada a cultivos de coca en ese país pasaron de unas 100.000 hectáreas en 1998 a unas 122.000 hectáreas en 1999.
Según el informe de McCaffrey al Congreso estadounidense, esas cifras confirmaron que "se ha producido un importante traslado del cultivo de coca desde Perú y Bolivia a territorio controlad