El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) puso a América Central en el centro de la atención de la reunión de su consejo de gobernadores, que comenzó hoy en esta capital.
A las sesiones que concluyen este jueves y a la que asisten representantes de 161 países para estudiar, entre otros asuntos, la financiación del FIDA, fue invitado en forma especial el presidente de Honduras, Carlos Flores.
La directora para América Latina y el Caribe, la chilena Raquel Peña Montenegro, dijo este miércoles en rueda de prensa que América Central necesita más que nunca de la ayuda internacional, ya que a su pobreza endémica se agregan los grandes daños causados por el huracán Mitch.
El fenómeno climático ocurrido a fines de octubre y principios de noviembre de 1998 provocó un retroceso de más de 30 años en el desarrollo de la región, en particular en Honduras, y al menos 10.000 muertos.
El aporte del FIDA para paliar la situación fue de 72 millones de dólares a Honduras y 61 millones a Nicaragua, informó Peña Montenegro.
Esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Roma, está presente con sus proyectos en América Latina y el Caribe, en especial donde se concentra la mayor pobreza como en Bolivia, Brasil, Haití, México, Perú y República Dominicana.
El FIDA inició a 10 meses de ocurrido el desastre un proyecto en Honduras, Nicaragua y El Salvador, los tres países más afectados y que junto a Guatemala son prioritarios en la estrategia de ayuda, afirmó la delegada chilena.
Desde su creación en 1978 y hasta el año pasado, la agencia distribuyó alrededor de 6.500 millones de dólares en préstamos que han beneficiado a más de 250 millones de personas.
En esos 21 años financió 550 proyectos en 115 países y proporcionó más de 1.337 donaciones para investigación y asistencia técnica.
Aunque Africa y Asia constituyen la prioridad para el Fondo, también se desataca la importancia a América Latina en general y, en particular, América Central en la actualidad, explicó Peña Montenegro.
Informes oficiales señalan que el hambre y la pobreza afecta a 43 por ciento de la población del sudeste asiático, a 26 por ciento del este de Asia, 39 por ciento de Africa subsahariana, nueve por ciento de América Latina y el Caribe y a 4 por ciento de Medio Oriente, norte de Africa, Europa y Asia Central.
El FIDA también lleva a cabo una política de reducción de la deuda de algunos países, como Bolivia y 32 naciones africanas, para lo cual recursos adicionales.
Peña Montenegro destacó el enorme esfuerzo que hace América Latina para ayudar a la financiación del FIDA, cuyo monto para este año se fijará en esta reunión del Consejo de Gobernadores.
El organismo deberá aprobar para este año un presupuesto de entre 400 y 500 millones de dólares, para no tener que disminuir los proyectos en curso, señaló.
Cada dólar prestado por el FIDA moviliza más de dos dólares adicionales en cofinanciación, explicó por su parte el presidente del FIDA, Fawzi H. Al-Sultan, en su intervención de este miércoles.
Por lo tanto, los préstamos promedios de 450 millones anuales, se transforman en alrededor de 1.000 millones, con los aportes que hacen los gobiernos que se benefician con los proyectos, precisó.
El FIDA destina 36,77 por ciento de los préstamos a Africa, 31,10 por ciento a naciones de Asia y el Pacífico, 17,04 por ciento a América Latina y el Caribe y 15,9 por ciento a Medio Oriente y norte de Africa. (FIN/IPS/jp/dm/dv ip/00)