Un grupo de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó hoy la redacción del texto de un proyecto de instrumento jurídico para penalizar en el mundo la venta de niños y niñas, su uso en pornografía y la prostitución infantil.
El documento definitivo, una vez aprobado, se deberá incoporar como protocolo facultativo a la Convención sobre los Derechos del Niño.
La adopción del protocolo depende aún de la resolución de una controversia planteada porque los representantes de Francia pretendieron incluir una disposición que Estados Unidos no está dispuesto a suscribir.
La delegación francesa aspira a que sólo puedan firmar el protocolo aquellos países que hayan ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño, y Estados Unidos y Somalia son las únicas naciones que no han adherido formalmente a esa convención.
Igual exigencia había sido planteada el mes pasado por los representantes de Francia cuando otro grupo de trabajo de la ONU discutía un protocolo facultativo de la misma convención, para impedir el empleo de niños y niñas en los conflictos armados.
El protocolo sobre combatientes infantiles fue aprobado finalmente porque Francia retiró a último momento esa exigencia, que apuntaba también a Estados Unidos.
En el debate del protocolo sobre pornografía infantil y venta y prostitución de niños y niñas, en cambio, los franceses mantuvieron su planteo, pese a que horas antes de que concluyeran las sesiones el diplomático cubano Iván Mora Godoy, presidente del grupo de trabajo, consideró segura la aprobación del documento.
Al término de la reunión, Mora dijo que el protocolo había sido "adoptado 'ad referendum' de la próxima reunión" que sostendrá el grupo de trabajo, a fines de marzo.
Los procedimientos establecidos por la ONU establecen que el proyecto deberá ser aprobado por la Comisión de Derechos Humanos del foro mundial y luego por su Asamblea General.
El rasgo saliente del protocolo es que establecerá la obligación de implantar penas para todos los delitos relacionados con la venta de niños, su prostitución y la pornografía infantil, comentó Mora.
En conjunto, esas infracciones penales contra la infancia constituyen en la actualidad uno de los delitos más graves del mundo, sólo superado por los tráficos de drogas y de armas, en ese orden.
Mora citó un informe de la organización no gubernamental Terminen con la Prostitución Infantil en el Turismo Asiático (ECPAT, por su sigla en inglés), que estima en 800 millones el número de víctimas de distintas formas de delito relacionadas con la venta y la explotación de niños y niñas.
Esas actividades delictivas son perpetradas por bandas transnacionales en un negocio que produce, según estimaciones moderadas, unos 4.000 millones de dólares por año, explicó.
El diplomático cubano relacionó el protocolo aprobado con el caso de su compatriota, el niño Elián González, rescatado del mar tras la muerte de su madre, que pretendía llegar a Estados Unidos desde Cuba. La permanencia del menor en Miami avivó en los últimos meses las divergencias entre La Habana y Washington.
Mora sostuvo que en Miami "le ofrecieron al padre de Elián cuatro millones de dólares, una casa y un automóvil, con tal de conseguir que el niño se quede a vivir en Estados Unidos".
El protocolo determina que la venta de un niño es el acto de transferencia de un menor a una persona o a un grupo a cambio de una remuneración o de "cualquier otra prestación".
La presunta oferta al padre de Elián tiene un propósito evidente de compra, porque "hay dinero de por medio y en un monto elevado", observó.
El caso difiere de aquellos en los cuales se entregan sumas mucho menores, cercanas a 500 dólares, "para conseguir adopciones en cualquier país del mundo en desarrollo, debido a las necesidades socioeconómicas que presionan a las familias para vender a un niño", comentó el diplomático cubano.
En el episodio de Elián "hay propósitos políticos que mueven la intención de comprar al niño". El nuevo protocolo determinará que actos ilegales como ése merecen una pena condigna, afirmó Mora. (FIN/IPS/pc/mp/hd ip/00