CHILE: Fracaso electoral desata crisis en el Partido Comunista

El otrora poderoso Partido Comunista (PC) de Chile sufre hoy una aguda crisis, con fuertes cuestionamientos a su dirección, como secuela del fracaso en las últimas elecciones presidenciales.

La secretaria general y ex candidata presidencial del PC, Gladys Marín, mantiene silencio frente a las exigencias del sector "renovado" de que ella y el resto de la Comisión Política del partido renuncien a sus cargos.

Marín, que encabeza el sector dominante calificado de ortodoxo o "duro" en esta pugna, se enfrenta con una fuerte oposición interna cuyo rostro visible es Jorge Pavez, un carismático dirigente social que preside el Colegio de Profesores.

En declaraciones formuladas el martes al diario El Mercurio, Pavez criticó la política oficial adoptada por el PC en las elecciones presidenciales, ganadas por el socialista Ricardo Lagos, abanderado de la gobernante Concertación por la Democracia.

Marín obtuvo en la primera vuelta de los comicios, el 12 de diciembre, sólo 3,36 por ciento de los votos, muy por debajo de los registros históricos del PC y de la meta mínima de seis por ciento que se había planteado su dirección.

Los votos comunistas, sin embargo, se consideraron decisivos para la segunda vuelta del 16 de enero, en que correspondió dirimir el virtual empate en torno de 48 por ciento que obtuvieron Lagos y el candidato de la derecha, Joaquín Lavín.

El sector hegemónico en la dirección comunista, encabezado por Marín, desechó las demandas de Pavez y otros dirigentes sociales a históricos de facilitar un respaldo a Lagos en la segunda vuelta dando libertad de acción a sus seguidores.

La posición oficial del PC fue la de anular el voto, argumentando que Lagos y Lavín eran candidatos neoliberales, aunque se anticipó "comprensión" para quienes sufragaran a favor del candidato oficialista.

Lagos triunfó en la segunda vuelta con casi 52 por ciento de los votos, mientras las papeletas nulas fueron alrededor de 1,5 por ciento, un registro habitual que reveló un masivo desacatamiento del acuerdo de la dirigencia comunista.

En el curso de la campaña presidencial, el PC perdió a dos de sus principales figuras públicas, los alcaldes Norman Araya y Blas Araya, de los municipios de Canela y Punitaqui, en la región centro-norte de Chile.

Este miércoles, ambos alcaldes materializaron su ingreso al Partido Por la Democracia (PPD), que integra la coalición gobernante junto a los partidos Demócrata Cristiano, Socialista y Radical Socialdemócrata.

Canela dio a Lagos su más alta votación en una comuna para la segunda vuelta, con un respaldo de 67 por ciento, lo cual muestra el vuelco masivo de las bases comunistas hacia el socialismo moderado que encarna el ahora presidente electo.

La directiva oficial del PC no sólo fracasó en su consigna del voto nulo para la segunda vuelta, sino tambien en sus propósitos de capitalizar en la primera el voto de protesta de los electores históricamente identificados con la izquierda.

Las perspectivas de triunfo de Lavín, que significaban el retorno al poder de la derecha que acompañó al ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990) contribuyeron a que el voto duro de la izquierda apoyara a Lagos incluso en la primera vuelta.

Ajena a ese hecho, Marín orientó su campaña a una impugnación paralela a Lagos y Lavín, argumentando que ambos significaban "lo mismo" como continuadores del modelo de economía de mercado y del orden institucional heredado de la dictadura.

La propuesta programática del PC en estas elecciones rescató un reforzamiento del aparato estatal como base para restar influencia a los sectores empresariales y sentar las bases de una "democracia avanzada".

Según el sector que encabeza Pavez, hace falta una renovación real del PC, para lo cual se requiere que renuncien las actuales directivas y se convoque un congreso extraordinario.

La crisis que se desató en el PC parece ser la continuidad de los problemas internos que este partido comenzó a sufrir durante el régimen militar a raíz de la adopción de una política de rebelión popular desdo comienzos de la década del 80.

El PC, que mantuvo por 20 años una estrecha alianza con el Partido Socialista (PS), comenzó a aislarse mientras el socialismo chileno se aproximaba a la Democracia Cristiana y la socialdemocracia y se alejaba del marxismo ortodoxo.

Los comunistas impulsaron la creación del insurgente Frente Patriótico Manuel Rodríguez, a consecuencia de lo cual fueron marginados de los agrupamientos que formó la llamada oposición democrática a la dictadura.

Hacia fines de los años 80, numerosas figuras históricas del PC se marginaron para terminar militando en el PS o en el PPD, como es el caso de los actuales diputados Fanny Pollarolo y Antonio Leal.

El sector duro del PC ganó la dirección en 1994, desplazando a una corriente más aperturista, encabezada en ese entonces por el escritor y ex senador Volodia Teitelboim y por el ex diputado Jorge Insunza, quienes continúan militando en la colectividad.

Antes del golpe de Estado de 1973, los comunistas tenían en Chile votaciones en torno del 12 y 14 por ciento, que disminuyó a cinco por ciento en las elecciones presidenciales de diciembre de 1993 y a 3,36 por ciento en los últimos comicios. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/00

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