Miles de albaneses de Kosovo capturados por fuerzas serbias siguen en prisión ocho meses después del fin de la campaña aérea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia.
La mayoría de los albaneses, definidos como "rehenes" o "presos políticos" por organizaciones de derechos humanos, y como "terroristas" por las autoridades serbias, fueron detenidos en la provincia sureña de Kosovo durante los tres meses de bombardeos de la OTAN.
La alianza atlántica lanzó sus ataques contra Yugoslavia en marzo de 1999, luego que el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic se negara a retirar sus fuerzas de la provincia serbia de Kosovo, donde la mayoría de origen albanés (90 por ciento de la población) era víctima de persecuciones y matanzas.
Trascendió que los prisioneros tomados durante los bombardeos fueron transferidos a Serbia antes que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se hiciera cargo de la administración de Kosovo. Grupos de derechos humanos sostienen que los albaneses están presos sin acusación.
El Grupo Internacional de Crisis (ICG), una organización no gubernamental, acusó a Milosevic de atentar contra la autoridad de la ONU en Kosovo al mantener a los albaneses en cárceles de Serbia, que junto con Montenegro compone la actual Yugoslavia.
"Belgrado parece tener escaso interés en la liberación de esos prisioneros, que en realidad son rehenes de los esfuerzos de Milosevic por desestabilizar Kosovo, frustrar la misión internacional allí y demostrar que la provincia sigue bajo su poder", acusó el IGC en un informe lanzado en enero.
El Ministerio de Justicia afirmó que hay 2.000 albanokosovares en ocho cárceles de Serbia y que cada caso será manejado "de acuerdo con la ley".
Sin embargo, fuentes ministeriales anunciaron que la mayoría de los detenidos serán acusados de terrorismo. Esto significa que son presuntos integrantes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), todavía considerado un grupo terrorista por Belgrado.
El ELK peleó por la independencia de Kosovo contra la policía serbia y el ejército yugoslavo desde 1998. Bajo los auspicios de la ONU, el grupo fue desintegrado el pasado septiembre.
Todavía hay 1.960 kosovares de origen albanés en prisiones de Serbia, sostuvo la oficina de la Cruz Roja en Belgrado.
Según la organización, las autoridades serbias liberaron hasta ahora dos grupos de prisioneros, 166 el pasado junio y 54 en octubre. A fines de enero, liberaron a otro grupo de 49 albaneses.
Al menos 10 de los prisioneros son menores, afirmó Natasa Kandic, directora del Centro de Derecho Humanitario, de Belgrado.
Entre los menores se cuentan Sabri Musliu, de seis años, y su hermano Semsi, de 15, además de un bebé de nueves meses en la prisión de Pozarevac. El bebé es hijo de Igbale Xhafaj, de 21 años, también detenida en Kosovo y trasladada a Serbia.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Belgrado pidió la inmediata liberación de cuatro categorías de prisioneros (mujeres, menores, ancianos y enfermos) en cuanto la ONU asumió la administración de Kosovo, el pasado junio.
"Los albanokosovares recluidos en prisiones serbias están en una especie de vacío legal", destacó Barbara Davis, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en la ex Yugoslavia.
El vacío se debe en parte a que los acuerdos firmados entre la OTAN y el gobierno de Yugoslavia para poner fin a la campaña aérea no hacen referencia a los albaneses prisioneros.
"La resolución posterior 1244 de la ONU puso al foro mundial a cargo de Kosovo pero reconoció la soberanía de Yugoslavia y Serbia, por lo que dejó a esa gente en un vacío legal. No hay nadie que pueda intervenir en su representación", agregó Davis.
El 29 de enero, y en circunstancias muy oscuras, tres serbios kosovares fueron intercambiados por tres albaneses kosovares que estaban presos en cárceles serbias.
El canje, arreglado por la agencia serbia de detectives Ozna y ampliamente publicitado en la prensa oficial, generó una fuerte reacción de expertos en derecho, que cuestionaron la legalidad del procedimiento y denunciaron versiones de que las familias de los presos debieron pagar grandes sumas de dinero.
"El intercambio de esos seis hombres demuestra que este país está en un caos jurídico total", señaló Nebojsa Covic, del partido opositor Alternativa Democrática.
'¿Qué organismo estatal permitió tal liberación e intercambio? ¿Los albaneses habían sido juzgados, sentenciados? Si no fue así, ¿por qué estaban en la cárcel?, preguntó Covic.
Kandic, del Centro de Derecho Humanitario, citó rumores sobre que algunas familias de presos políticos albanokosovares compraron la liberación por el equivalente a 28.000 dólares. (FIN/IPS/tra- en/vpj/sm/mlm/ip-hd/00