Los brotes racistas que se registran en Europa, como los de España y Austria, han provocado una seria alarma y una rápida reacción de distintos sectores públicos y privados.
En España, los incidentes se sucedieron entre el sábado 5 y el martes en El Ejido, un municipio ubicado en la costa del mar Mediterráneo y en el que una quinta parte de sus habitantes son inmigrantes, empleados en su mayoría como peones agrícolas.
Las agresiones físicas, los daños materiales en viviendas y locales comerciales y las amenazas repetidas una y otra vez en esta localidad, así como la tolerancia policial, provocaron una reacción en medios políticos y sindicales que se materializará este miércoles.
Por iniciativa de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), una delegación de sindicalistas y políticos se hizo presente en El Ejido para "reafirmar el consenso social y político de las fuerzas democráticas frente a la intolerancia", dijo a IPS Antonio Gutiérrez, secretario general de esa central sindical.
A esa cita asistieron Cándido Méndez, secretario general de la otra central, la Unión General de Trabajadores, representantes de organizaciones no gubernamentales, de los partidos de izquierda y del gobernante Partido Popular (PP), de centroderecha.
Los dos delegados del PP, su secretario general, Javier Arenas, y el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, fueron defensores de la ley de Extranjería aprobada en diciembre con los votos en contra de ese partido.
Los dirigentes sindicales y políticos visitaron a los familiares de una mujer asesinada, cuya muerte fue atribuida a un inmigrante que sigue tratamiento psiquiátrico y actuó como detonante de los incidentes.
Además, recorrieron las casas y propiedades de inmigrantes destrozadas en los actos racistas y xenófobos de estos días.
La actitud de Arenas y Pimentel contrasta con la del gobierno. El portavoz del Poder Ejecutivo, Josep Piqué, un ex comunista que dos años atrás ingresó al PP, atribuyó los tranjería.
De la misma manera se pronunció el alcalde de El Ejido, Juan Enciso, también del PP, quien dijo que mientras se mantenga esa ley "sólo van a conseguir que cada vez sea más fácil que lleguen más sinvergüenzas".
Enciso afirmó que el apoyo a esa ley ha favorecido "una avalancha de inmigrantes", a la que se opone.
Uno de los aspectos más criticadas por la oposición, los sindicatos y las organizaciones no gubernamentales es la pasividad policial ante los desmanes ocurridos el domingo y el lunes.
Francisco Santaella, secretario general del Sindicato Profesional de Policía Uniformada, uno de los más fuertes, señaló que la policía recibió órdenes terminantes de no intervenir.
El Defensor del Pueblo (ombudsman) Antonio Rovira, expresó su repulsa por las agresiones racistas y solicitó al gobierno que le informe con detalles de lo sucedido e instó a que se aplique la ley ante los delitos cometidos al amparado del anonimato de grupo.
Las acciones racistas de grupos violentos y jóvenes enmascarados atacando a inmigrantes en El Ejido tienen su complemento en Internet.
El grupo neonazi Nuevo Orden llama a la lucha, califica a los hechos como "el despertar de la sociedad civil" y se escuda en una página web hospedada en un servidor de Internet de Miami, para eludir la acción legal en España.
Por otro lado, en Austria, desde hace casi dos semanas gobierna una coalición del Partido Popular (conservador) con el Liberal (neonazi), dirigido por Jorg Haider.
Al anunciarse ese acuerdo de gobierno, la Unión Europea (UE) respondió congelando las relaciones bilaterales con Austria de los otros 14 países que integran el bloque.
Haider respondió con la amenaza de utilizar el derecho de veto que tienen los 15 integrantes de la UE para paralizar todas las actividades del bloque, para el caso de que se concrete esa congelación.
Algunos países ya comenzaron a ejecutar la medida, como es el caso de Portugal, cuyo presidente, Jorge Sampaio, quitó de su agenda un viaje oficial a Austria que tenía programado para marzo.
En la misma Viena, el Partido de los Verdes lanzó una campaña bajo el lema "Abrid la boca", para animar a los ciudadanos austríacos a que demuestren su coraje civil, como elemento de réplica a las manifestaciones neonazis. (FIN/IPS/td/dm/ip hd/00)