La primera película filmada en Venezuela que se estrenó en el 2000 estuvo dos años esperando sala, pero duró apenas dos semanas en exhibición en esta capital con escasa publicidad y poca cooperación de los distribuidores, quienes prefieren producciones estadounidenses.
"La película fue asesinada", denunció el productor de cine Philippe Toledano, quien decidió convocar este mes a un debate para iniciar un proceso de propuestas y estudios que permita a realizadores y empresarios encontrar una vía para llegar al público venezolano.
Lo ocurrido con la obra "Antes de morir" puso otra vez en debate un tema recurrente: el cine venezolano busca su destino sin encontrarlo, asediado por la falta de recursos y, cuando logra traducirse en un producto terminado, enfrenta la dificultad de encontrar mercados que le permitan recuperar inversiones.
"Antes de morir", dirigida por el chileno Pablo de La Barra, quien hace más de 20 años que está radicado en Venezuela, es un filme de acción que parte de un caso de desapariciones forzadas.
"Uno siempre hace películas sobre cosas que tiene en el alma", dijo el realizador.
La película tuvo tiempo de pasar por más de media docena de festivales antes de su estreno, que, según Toledano, fue reiteradamente retrasado por los distribuidores.
La última semana de enero finalmente llegó a las salas, pero en ningún caso le ofrecieron las más competitivas o concurridas de la capital, mientras que la publicidad fue deficiente.
Dos semanas después, "Antes de morir" ya no figura en ninguna sala de Caracas ni del interior del país, según la cartelera del diario matutino "El Nacional", que incluye la programación de varias ciudades.
"La gente del sector comercial no quiere ayudar al cine nacional", dijo Toledano, para quien la tarea pendiente en la actualidad es la de asumir la defensa del cine local. En este momento hay más de una decena de largometrajes haciendo cola para ingresar a las salas.
En general, ese tiempo es aprovechado por realizadores y productores para mostrar los filmes en festivales y tratar de negociar su exhibición fuera del país. Cualquier ingreso es válido para lidiar con el esfuerzo financiero requerido por la producción de un largometraje destinado a las salas de cine.
Distribuidores y exhibidores argumentan que las películas venezolanas no son rentables y aseguran que los realizadores no están en sintonía con las preferencias de los espectadores.
Pero los directores consideran que el mercado de salas de cine es oligopólico y plantean la necesidad reformar la ley de Cinematografía para incluir mecanismos que faciliten la exhibición de películas venezolanas.
Ochenta por ciento de las salas de este país pertenecen a dos empresas, que controlan 99 por ciento de la oferta, comentó el cineasta Carlos Azpúrua en un Foro sobre el Cine Nacional y la Industria Audiovisual, realizado a mediados de 1999 y en el que se hizo una intensa reflexión sobre la situación del sector.
El cine "se encuentra en una situación de indefensión que no puede seguir siendo tolerada por la sociedad venezolana", agregó Azpúrua en esa oportunidad. Un escenario en el cual "se le cierran los horizontes a las nuevas generaciones que quieren integrarse al sector".
En ese Foro, realizadores y productores plantearon la posibilidad distribuir y comercializar las películas por cuenta propia y acordaron recomendar al estatal Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) que respalde la creación de una empresa destinada a asumir esta tarea.
Esa empresa debería operar "bajo condiciones de mercado distintas a las que ofrecen las prácticas de las distribuidoras oligopólicas", que controlan la mayor parte de las salas.
Pero antes será necesario que el CNAC, organismo encargado de estimular y promover la producción cinematográfica local, esté en condiciones de respaldar ese tipo de iniciativas, considerando que tiene severas limitaciones de recursos.
Pero, si fuera posible derrotar las dificultades de distribución, los cineastas enfrentarían aún el reto de conquistar a su público.
Según cifras divulgadas durante el Foro del año pasado, de 101 películas estrenadas entre 1984 y 1996, solo siete u ocho "funcionaron" con éxito de taquilla.
La película venezolana más vista ha convocado 1.180.000 espectadores, de acuerdo con estadísticas del CNAC y sólo siete producciones han convocado a más de medio millón de personas, en este país con 23 millones de habitantes. (FIN/IPS/lc/cr/dm/cr/00