La desesperación llevó al mexicano Fernando Sariñana a escribir el guión y dirigir su última película, "Todo el poder". Es que había sido asaltado cuatro veces a punta de pistola.
Sariñana describió el filme, estrenado este mes, "como una respuesta al hecho de estar harto". "Es una reflexión sobre las miles de personas que conocemos que han sido asaltadas", agregó.
La trama del filme refleja la experiencia del propio Sariñana como víctima, y se centra en un realizador cinematográfico que se enfrenta con una poderosa banda de malhechores en una serie de hechos cómicos.
Sin embargo, lo que da a la película una aureola novedosa es el vínculo que establece entre el grupo de criminales y los poderosos que lo amparan, prominentes funcionarios de las fuerzas del orden.
Por consiguiente, el filme no solamente entusiasmó al público amante del cine sino tambien a críticos e historiadores, que la elogiaron.
"Esa comedia retrata a un país en profunda crisis. Ha llevado a muchos a ponerse de pie y tomar nota de la delincuencia infiltrada en nuestra sociedad", señaló Gustavo García, historiador del cine de la Universidad Nacional Autónoma de México.
"Todo el poder", según García, sirve como metáfora de la flagrante ola de corrupcion política y económica, que ya es legendaria en México, "y del desamparo de los individuos".
Hasta que la película de Sariñana llegó a las salas, el crimen y la corrupción fue abordado por la industria cinematográfica con una ligereza tal que impedía cualquier perturbación del orden político.
Las películas que muestran la corrupción policial en las comisarías, por ejemplo, pintan a funcionarios deshonestos enfrentados con un oficial decente, que se enfrenta contra ellos y rescata la imagen de la institución.
"Se trataba de delitos resueltos dentro de la comisaría, lo que daba a entender que podemos fiarnos de la policía y de las fuerzas del orden debido a las personas que trabajan dentro de esas instituciones", observó García.
La película de Sariñana hecha por tierra esas convicciones. Por una parte, muestra al ciudadano indefenso y honesto en un papel protagónico, y, por la otra, desacredita la certeza de que dentro de las comisarías existen funcionarios decentes en los que se puede confiar.
El mensaje al público es un llamado a desconfiar de la policía y a evitar a los políticos por sus vínculos con los delincuentes. La solución a la delincuencia buscarse en otra parte, fuera de la comisaría. El filme "es muy polémico en ese sentido", agregó García.
Semejante mensaje no pasó desapercibido. Algunos observadores piensan que el filme refleja el creciente desencanto con el autoritarismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ejerce el poder hace 71 años.
"Hoy, los políticos son peores que nunca", dijo Enrique Semo, un comentarista político de la respetada revista semanal Proceso. "Podemos tener democracia pero no políticos a quienes votar porque son todos corruptos", agregó.
"Todo el poder" refleja esta postura. "Saca a la luz lo que sabemos, que el crimen no es un hecho marginal perpetrado por delincuentes ocasionales sino que es parte del sistema que brinda a los altos funcionarios total inmunidad para actuar y hace que la ley sirva a sus intereses", dijo Semo.
El columnista se refirió a "la mafia de los automóviles" y "la mafia de la droga" para ilustrar su concepto. Los ladrones de automóviles "tienen protección de la policía y otros funcionarios y las víctimas quedan en total desamparo".
Respecto de "la mafia de la droga", Semo recordó las acusaciones contra dos ex gobernadores de estado hoy prófugos.
"Y el PRI es responsable por eso", aseguró Semo. "Esta película no les será de ayuda porque las conexiones partidarias quedaron al descubierto".
El estreno de "Todo el poder", que ya fue vista por un millón de mexicanos, no pudo ocurrir en un momento peor para el partido de gobierno, pocos meses antes de las elecciones presidenciales previstas para julio.
Pero el PRI tendrá más preocupaciones a causa de otra película, "La ley de Herodes", que se estrenará este mes.
Dirigido por Luis Estrada, "La ley de Herodes" narra el ascenso de un político surgido en una pequeña población mexicana por medio de la corrupción y la impunidad del sistema.
El filme de Estrada causará aun más vergüenza al PRI que la realización de Sariñana, debido a que el partido oficial ha sido mencionado con su nombre. Se trata de la primera película mexicana en que el partido gobernante es nombrado y se muestran sus emblemas, según informes periodísticos.
Funcionarios del gobierno trataron de impedir la exhibición de la película y luego de censurarla, agregan esos informes. Pero Estrada se salió con la suya, y en la campaña publicitaria previa al estreno de "La ley de Herodes" se pusieron al descubierto esas intrusiones.
Los carteles que promocionan el filme en toda la ciudad formulan una pregunta: "¿Por qué ellos no quieren que usted lo vea?". (FIN/IPS/tra-en/mmm/cr/ego/mj/ip cr/ce/00