Las barreras de Estados Unidos a la importación de acero, agravadas por nuevas medidas anunciadas el viernes, hicieron del proteccionismo el tema central de la visita de hoy a Brasil del secretario de Comercio estadounidense William Daley.
Las cláusulas de salvaguardia, impuestas por Washington también a importaciones de Corea del Sur, Japón y la Unión Europea, comprende aranceles extraordinarios de 10 a 19 por ciento para varillas, tubos y otros productos de acero brasileños.
El anuncio se concretó 10 días después que un tribunal estadounidense reconoció que la siderurgia brasileña no recibe subsidios, precisó Alcides Tapias, ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio.
Daley interrumpió sorpresivamente la gira por el Cono Sur de América y regresó este lunes a Estados Unidos desde Brasilia. Su comitiva cumplirá este martes el programa de encuentros en Sao Paulo.
El objetivo del funcionario, que estuvo este fin de semana en Uruguay y que, luego de Brasil, pensaba visitar Argentina y Chile, era tratar el incremento del intercambio, incluso el comercio electrónico, y la creación del Area de Libre Comercio de las Américas a partir del 2005.
Pero los aceros envenenan las relaciones entre Estados Unidos y Brasil desde la década pasada, en especial a partir de enero de 1999, cuando Brasilia devaluó la moneda, el real, abaratando sus exportaciones.
De 72 investigaciones sobre presuntas prácticas de comercio desleal (dumping) de Brasil iniciadas por Estados Unidos entre 1996 y 1998, 54 por ciento involucra a productos siderúrgicos y, así también, 51 por ciento de las medidas compensatorias del período.
Respecto de laminados, sometidos a gravámenes adicionales de hasta 77 por ciento desde 1998, las empresas brasileñas aceptaron limitar sus exportaciones a cuotas con precios mínimos, a partir de octubre de 1999, pero aún faltan detalles para que el acuerdo entre en pleno vigor.
La participación brasileña en las importaciones estadounidenses de acero se limita a 0,5 por ciento del total y es muy difícil que pueda ser acusada de perjudicar en forma severa a esa industria, arguyó el ministro Tapias.
Además, los subsidios que justifican los procesos judiciales se refieren al período estatal de las siderúrgicas privatizadas hace cerca de seis años, añaden los negociadores brasileños.
Daley prometió estudiar los reclamos brasileños por una revisión de las barreras adoptadas, informó Tapias.
Daley y Tapias se reunieron este lunes en Brasilia, al inicio de una visita de dos días del funcionario estadounidense.
El gobierno brasileño pidió además que Estados Unidos reduzca las barreras y subsidios para el sector agrícola, permitiendo una mayor participación de Brasil en ese mercado.
Privatización y propiedad intelectual fueron otros temas de las reuniones de Daley con Tapias, el canciller Luiz Felipe Lampreia y el presidente Fernando Henrique Cardoso.
El diálogo del funcionario estadounidense con autoridades brasileñas fue ensombrecido por la nueva medida contra aceros, pero también por sus críticas a la intención brasileña de privatizar empresas eléctricas vendiendo acciones a la población.
Fue una "intromisión" en asuntos internos, reaccionó el ministro de Energía, Rodolfo Tourinho.
Junto a Daley viajan dirigentes de 19 grandes empresas estadounidenses, un tercio de ellas con negocios en Internet, los cuales seguirán a Argentina y Chile.
Pero las quejas ganaron fuerza por sus declaraciones y el inoportuno anuncio de nuevas barreras siderúrgicas.
También el visitante fue portador de una preocupación respecto de la legislación sobre patentes comerciales y propiedad intelectual en Brasil, que permite al gobierno obligar a la industria farmacéutica a ceder sus medicamentos patentados en casos de "emergencia nacional o interés público".
Las firmas estadounidenses temen que esa disposición sea usada por el Ministerio de Salud para imponer condiciones en términos de precios, por ejemplo.
El presidente de la Confederación Nacional de la Industria Brasileña, Carlos Moreira Ferreira, durante una reunión empresarial con Daley y su comitiva, condenó las restricciones de Washington a productos brasileños, observando que hay un desequilibrio comercial en favor de Estados Unidos.
Brasil acumuló en los últimos cinco años un déficit de 13.720 millones de dólares, según estadísticas nacionales. El comercio bilateral creció 51 por ciento en ese período, pero de manera fuertemente asimétrica.
Las exportaciones brasileñas crecieron 11,9 por ciento, mientras las estadounidenses aumentaron 103 por ciento.
Además del acero, varios productos agroindustriales brasileños, como jugo de naranja, azúcar, café y tabaco enfrentan fuertes barreras para ingresar al país norteamericano. (FIN/IPS/mo/dm/ip if/00