AMBIENTE: Banco Europeo acusado de irresponsabilidad

El Banco Europeo de Inversiones, brazo financiero de la Unión Europea, presta dinero para "proyectos social y ambientalmente destructivos" y funciona sin la debida supervisión pública, en especial en países en desarrollo, denunció un grupo observador independiente.

El grupo es CEE Bankwatch Network, una fundación independiente que observa las actividades de instituciones financieras internacionales y agencias de crédito para exportaciones en Europa central y oriental.

Los grandes proyectos de infraestructura, energía o transporte "inevitablemente tienen efectos ambientales de largo plazo" en la región, afirmó la fundación.

El Banco "no considera asuntos políticos importantes" y "está rezagado respecto de otros bancos de desarrollo (como el Banco Mundial) en términos de transparencia, responsabilidad y abordaje de cuestiones ambientales", afirmaron Jozsef Feiler y Magda Stoczkiewicz, coordinadores políticos de CEE Bankwatch.

El Banco Europeo de Inversiones fue fundado en 1958 para financiar proyectos de infraestructura física que vincularan a las economías de los estados miembros del bloque europeo y ofrecieran inversiones a las naciones menos desarrolladas.

En las últimas décadas, la misión del Banco se amplió significativamente y hoy incluye proyectos en 120 países de Asia, América Latina, Europa oriental y Medio Oriente. La institución ya anunció que encabezará la reconstrucción de infraestructura en la antigua Yugoslavia, devastada por la guerra.

"Debido al crecimiento de los préstamos y garantías para proyectos fuera de la Unión Europea, la cuestión de la responsabilidad pública se vuelve aún más importante", destacaron los autores del informe, titulado "El Banco Europeo de Inversiones: ¿Responsable sólo ante el mercado?"

El informe, resultado de cinco años de investigaciones, esboza siete estudios de casos de proyectos financiados por el Banco.

Una característica común de todos los casos es que "la participación del Banco tuvo lugar sin una consideración cuidadosa de las circunstancias ambientales, sociales y jurídicas del proyecto en cuestión", sostiene el documento.

Además, el Banco se niega a ofrecer a los residentes locales afectados información específica sobre los proyectos, "aun cuando se presentan peticiones o quejas formales".

Los autores agregaron que la institución financiera ignora ciertas normas y procedimientos internacionales. "Aun cuando hay de por medio acciones judiciales, el Banco prosigue con sus planes", señalaron.

CEE Bankwatch también presionó al Banco Mundial y al Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo para que presten más atención a la sustentabilidad ambiental y la responsabilidad pública.

Otra acusación importante del informe es que "de los tres grandes", el Banco Europeo de Inversiones es el que emprende los proyectos "de mérito más cuestionable, que han sido rechazados por otros bancos por ser perjudiciales para el ambiente".

Un ejemplo es el proyecto de la mina de oro Lihir, de Papúa- Nueva Guinea, para el cual el Banco anunció un préstamo de 46 millones de euros (44,6 millones de dólares) en julio de 1996.

Según el informe de CEE Bankwatch, la Corporación Privada de Inversiones de Ultramar de Estados Unidos se negó a ofrecer seguro de riesgo político para el proyecto debido al riesgo ambiental, que incluiría la descarga de 341 millones de toneladas de desechos en la bahía de Louisiana, en la costa este de la isla Lihur.

"El agua residual contendrá desechos de cobre, arsénico, cadmio, plomo, cromo y mercurio, pero igualmente el Banco Europeo de Inversiones aceptó ofrecer la financiación directa", denuncia el informe.

El Banco también ofreció préstamos por el equivalente a 96 millones de dólares para un proyecto hídrico en las montañas de Lesoto, y un monto similar para la construcción de represas y túneles en ese pequeño país africano, en base a un acuerdo para transportar agua desde allí hacia el corazón industrial de Sudáfrica y generar electricidad en Lesoto.

"Paradojalmente, el alto costo del proyecto hizo duplicar el costo del agua en la región más poblada de Sudáfrica, poniéndola fuera del alcance de los negros pobres, que ya padecían falta de agua como consecuencia del apartheid", escribieron Feiler y Stoczkiewicz.

El Banco no respondió a un pedido de entrevista de IPS para responder a los cargos.

Sin embargo, la institución acordó asistir a una mesa redonda esta semana con CEE Bankwatch, representantes del Parlamento Europeo, la Comisión Europea y la Oficina del Ombudsman para discutir las afirmaciones del informe. (FIN/IPS/tra-en/ef/bk/ks/mlm/en-dv/00

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