VENEZUELA: El ocaso de los partidos tradicionales

Los partidos políticos que dominaron el escenario político de Venezuela durante 40 años ofrecieron en arriendo sus oficinas y quedaron a merced de una crisis de liderazgo, remecidos por torrenciales vientos de cambio.

Los partidos Acción Democratica (AD, socialdemócrata) y Copei (democratacristiano) anunciaron esta semana que tratarán de recuperar fuerzas para hacer oposición, pero antes deberán lidiar con una falta de liderazgo que los ha colocado al borde del ocaso político.

AD sufrió este lunes la renuncia de sus 36 principales dirigentes, y en Copei se marginó un grupo encabezado por uno de sus líderes, Oswaldo Alvarez Paz, quien sugirió: "La muerte del partido debe ser definitiva".

La crisis de estas fuerzas políticas ha quedado expresada en sus continuas derrotas electorales frente al movimiento encabezado por el presidente Hugo Chávez, quien promueve un proceso de cambios que califica de "revolución pacífica y democrática".

El triunfo de Chávez en las elecciones de diciembre de 1998 desplazó del poder por primera vez en 40 años a estos partidos "tradicionales" y a fuerzas escindidas de sus filas.

Chávez basa gran parte de su discurso político en la crítica a los partidos tradicionales, a los cuales culpa de la crisis generalizada del país, del elevado nivel de pobreza y de la corrupción.

Tanto AD como Copei decidieron poner en alquiler sus sedes habituales, que fueron escenario de intensa actividad política y de grandes decisiones, para trasladarse a recintos más pequeños, adecuados a la realidad financiera de partidos en crisis.

En los primeros días de ste año, las representaciones parlamentarias de las dos organizaciones fueron desalojadas del palacio legislativo, por la disolución del Congreso tras la entrada en vigencia de una nueva Constitución.

Sólo podrán volver si logran ser elegidos para la nueva Asamblea Nacional unicameral en los comicios previstos para mayo, aunque antes deberán aprender a moverse dentro de la República Bolivariana de Venezuela, consagrada por la nueva carta fundamental.

Chávez fue el principal impulsor del cambio de Constitución, alegando que era necesario derogar la anterior, vigente desde 1961 y sustento de la democracia que comandaron AD y Copei.

Los partidos enfrentan un futuro incierto justo cuando se acerca un nuevo aniversario del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, fecha desde la cual este país ha mantenido su sistema democrático.

Desde aquel momento, AD y Copei fueron protagonistas absolutos de la vida política venezolana y principales beneficiarios de un "Pacto de Punto Fijo" concebido para garantizar la gobernabilidad.

Chávez, por cierto, no pierde ocasión de atribuir a los males del "puntofijismo" los problemas de esta nación, rica en petróleo, pero con 80 por ciento de sus habitantes en la pobreza.

Tanto AD como Copei han reconocido su crisis, aunque siempre con la esperanza de resurgir para hacer oposición, dando espacio a nuevas figuras en sus filas.

"La solución no es insistir en lo mismo, porque se profanaría un cadáver", advirtió el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, una de las figuras con más arrastre popular de AD, aunque marginado de ese partido en los últimos tiempos por su constante crítica a los dirigentes históricos del movimiento.

Por su parte, Alvarez Paz justificó su salida de Copei porque "no quería seguir en un partido con vida artificial".

Según dijo, tratará de cooperar con la formación de instancias opositoras al gobierno de Chávez, un propósito que también atrae a otros ex dirigentes de los partidos tradicionales y a figuras independientes.

La falta de una oposición organizada y con vigor suficiente para hacer contrapeso al gobierno es reconocida por analistas políticos locales como impedimento para el equilibrio en las contiendas democráticas.

El momento de mayor organización opositora desde la instalación del gobierno de Chávez se tuvo en vísperas del referendo constitucional del 15 de diciembre, cuando una serie de personalidades y organizaciones hicieron una ruidosa campaña por el "No".

Pero su derrota fue categórica, ya que 71 por ciento de los votantes se pronunciaron por el "SI" promovido por Chávez. (FIN/IPS/lc/ff/ip/00

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