El primer aniversario del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela coincide con el comienzo de la cuenta regresiva para su retiro, con el fin de competir por la primera Presidencia de una República Bolivariana cuya creación fue una de sus principales metas políticas.
Chávez asumió el poder el 2 de febrero de 1999 enarbolando la convocatoria a un proceso para redactar una nueva constitución que permitiera encaminar a este país hacia lo que él mismo denomina "revolución pacífica y democrática".
Un año después, la Constitución fue aprobada, el oficialismo o "chavismo" demostró su poder con triunfos contundentes en tres votaciones, y ahora Venezuela se prepara para nuevas elecciones, posiblemente a fines de mayo, en las cuales también se elegirá un nuevo presidente.
El candidato favorito es nuevamente Chávez, quien ha expresado claramente su propósito de convertirse en el primer presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el nuevo nombre de este país propuesto por él y consagrado en el primer artículo de la Constitución.
Las próximas elecciones también servirán para escoger los parlamentarios, gobernadores, alcaldes y legisladores regionales, que a partir de 2000 deberán ajustar el ejercicio de sus cargos a los cambios institucionales establecidos por la constitución vigente desde la última semana de diciembre.
Todas las autoridades interesadas en participar como candidatos en los comicios deberán retirarse antes del inicio de la campaña electoral, que podría iniciarse 30 días antes. El estatuto electoral es discutido por la Asamblea Constituyente, que este domingo concluye su existencia de seis meses.
El período de gobierno del nuevo presidente venezolano se incrementará de cinco a seis años, y tendrá la opción de postularse a la reelección inmediata.
Chávez también ha confirmado que espera estar en la Presidencia hasta el 2012, con el fin de completar un proyecto de gobierno cuya meta fundamental es superar la pobreza.
De acuerdo con mediciones realizadas por organismos sociales y citadas por el mandatario, 80 por ciento de la población venezolana vive en condiciones de pobreza.
Chávez ha planteado que en los próximos años el país entrará en una "fase de construcción", durante la cual será necesario "reconstruir lo político". En un encuentro con periodistas extranjeros a fines de 1999 comparó el esfuerzo requerido para los próximos años con el de "cruzar un desierto".
Lo más probable es que Chávez mismo resulte ser el encargado de liderar ese proceso. Hasta ahora no hay ningún otro candidato postulado a la presidencia, y quien lo haga deberá competir con el arrastre del oficialismo y con una máquina electoral que pasó la prueba de este primer año de gobierno.
El oficialista Polo Patriótico no sólo llevó a Chávez al gobierno en diciembre de 1998. También aprobó la convocatoria a una Asamblea Constituyente en abril, conquistó 92 por ciento de los puestos de esa institución en julio, y logró la aprobación de la carta con 71 por ciento de los votos el 15 de diciembre.
Chávez, un teniente coronel retirado que lideró un fallido golpe de Estado en febrero de 1992, había enarbolado el proceso constituyente como indispensable para impulsar cambios en Venezuela, y jugó todas sus cartas políticas para lograr que la aprobación de la nueva Constitución fuera completada en 1999.
Su gobierno, que desplazó a los partidos tradicionales que gobernaron el país durante 40 años de democracia, se caracterizó por un alto grado de conflictividad política, en gran medida generado por la decisión del mandatario de impulsar su proyecto de cambios.
Ese escenario de conflictividad produjo reiteradas situaciones de enfrentamiento entre Chávez con el Poder Judicial y el Legislativo, que en 1999 aún seguían controlados por miembros de la oposición.
El mandatario contribuyó a alimentar los antagonismos con un discurso recargado de metáforas militares que frecuentemente fustigó a sus oponentes y llamó a sus partidarios a reaccionar contra ellos y derrotarlos. "Desenvaino mi espada", advirtió Chávez cuando apoyaba la aprobación de la nueva Constitución.
Chávez ha planteado a sus partidarios que cada nuevo reto es una "batalla", y ha aparecido en numerosos actos públicos de uniforme. Asimismo, convocó a una importante cantidad de militares a asumir puestos de gobierno tradicionalmente ocupados por civiles.
Según analistas políticos locales, el "militarismo" en el gobierno provoca las primeras fisuras en la alianza oficialista.
Pero ni siquiera ese factor amenazaría una nueva elección de Chávez, ya que su llegada al gobierno también generó la desarticulación de la oposición, que ahora busca fórmulas para reagruparse.
Si el primer año de Chávez estuvo dominado por lo político, el segundo año debería concentrarse en la recuperación de la economía, que sufrió una baja de 7,2 por ciento del producto interno bruto en 1999.
De hecho, se espera que el mandatario anuncie en este aniversario un plan para combatir esa situación.
Esa búsqueda de recuperación económica estará desafiada en 2000 por la necesidad de reconstruir las zonas afectadas por la peor catástrofe natural de la historia venezolana, que empañó el final del primer año de Chávez con un saldo de miles de muertos y más de 100.000 damnificados. (FIN/IPS/lc/mj/ip/00