TURQUIA: Estado acusado de complicidad en guerra sucia

El Estado de Turquía es acusado de haber tolerado y manipulado al grupo terrorista Hizbollah con el fin de aplastar la creciente influencia del insurgente Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en las provincias sudorientales entre 1992 y 1996.

Luego de que en 1996 perdiera el apoyo del Estado en la guerra contrainsurgente contra el PKK, el Hizbollah se sumergió en un cruento conflicto entre los moderados, los radicales y los desertores de la organización, cuyos integrantes también son kurdos, pero musulmanes y no marxistas como el PKK.

En las últimas dos semanas, tras el asesinato del líder de Hizbollah, Huseyin Velioglu, al menos 33 cadáveres de "desaparecidos", todos pertenecientes a la organización, se exhumaron en las ciudades de Estambul, Adana, Gaziante y Konya.

Las autoridades calculan que 113 casos de desaparecidos están vinculados con el Hizbollah.

En operativos policiales realizados en 15 ciudades se detuvieron 312 personas, entre ellas un alto funcionario de la oficina del primer ministro que se cree filtró información "secreta" a la organización caída en desgracia.

Enfrentados a las crecientes acusaciones públicas de que el Estado tuvo que ver con los asesinatos, las Fuerzas Armadas y el Comando General de la Gendarmería negaron categóricamente las versiones.

Pero para el Presidente Suleyman Demirel, el Hizbollah "fue en su origen una organización de habitantes del lugar que se defendían contra el ateo, marxista y terrorista PKK. Pero luego degeneró en el terrorismo y se convirtió en un grupo separatista y fundamentalista" islámico.

"La organización nunca fue protegida por el Estado. Puede ser que ciertas fuerzas dentro del Estado recurran a esos métodos ilegítimos. En ese caso, el Estado los persigue", aseguró.

Los dos compañeros de armas de Velioglu, Cemal Tutar y Edip Gumus, fueron transferidos el lunes a Diyarbakir para ser interrogados. Pero la población local no se conforma con que los asesinatos que perpetró el Hizbollah en el lugar no hayan sido aclarados.

"Al fondo de esta región yacen 2.000 víctimas, pero ninguna de ellas fue exhumada", protestó Hesna Cakir, cuyo esposo fue ejecutado por el Hizbollah en el centro de Diyarbakir en 1994.

El Hizbollah "siempre estuvo en cooperación con el Estado. Me gustaría creer que ahora el Estado decidió librarse de los asesinos. Aún no nos llamaron a atestiguar. Pero incluso si el crimen de mi esposo queda sin resolver, espero que las muertes terminen", dijo Cakir a IPS.

El analista político Avni Ozgurel dijo que la gente tiene razón al apuntar al Estado. "El error fue que los jefes de seguridad (del sudeste) trataron al Hizbollah según el lema: El enemigo de mi enemigo es mi amigo", comentó.

"Tuvimos que tolerarlo porque en esos años no teníamos fuentes locales de información… y Ankara se concentró en conseguir conquistas inmediatas, sin importar cómo se obtenía la información", comentó un alto funcionario a la prensa.

El general Teoman Koman, ex director de la Organización Nacional de Inteligencia y luego Comandante General de la Gendarmería hasta 1998, es acusado de haber calificado al Hizbollah de ser "una organización de autodefensa integrada por ciudadanos devotos".

Pero Koman niega que haya habido cooperación oficial con el Hizbollah. "Ciudadanos comunes y corrientes no pueden organizar este tipo de organización criminal y el Estado no puede cooperar con organizaciones criminales", afirmó a la prensa.

Pero su colega, el general retirado Nevzat Bolugiray, cree que "el Hizbollah fue usado contra el PKK" por el Estado hasta 1997, cuando las Fuerzas Armadas obligaron al grupo paramilitar a cesar sus actividades.

"La táctica empleada fue la de 'dejar que los perros lucharan entre sí'. Pero a medida que se desarrollaban los acontecimientos, se salieron de control y la organización degeneró en una máquina de matar", argumentó Bolugiray.

El informe de la Comisión Investigativa Parlamentaria sobre Asesinatos Políticos sin Resolver concluyó que ya en 1994 el Hizbollah era considerado una organización armada fundamentalista responsable de cientos de asesinatos en el sudeste.

"Todo lo que se sabe sobre el Hizbollah ya estaba totalmente documentado y se había presentado al Parlamento en 1994", dijo Sadik Avudukoglu, presidente de la comisión parlamentaria.

El informe recordó que Gran Bretaña utilizó delincuentes contra los guerrilleros irlandeses, pero luego debió cesar su apoyo debido a los actos ilegales que cometieron.

"En este país tenemos una organización similar", agregó.

"El Estado es acusado porque el Hizbollah nunca fue procesado ni sometido a un tribunal. La opinión pública cree que un grupo dentro del Estado apoyó sus crímenes", señaló el informe.

"Presentamos este informe al Parlamento en octubre de 1994. Pero a nadie le importó, ni siquiera a la líder de mi grupo, el Partido de la Vía Justa, Tansu Ciller. Sólo tuvimos dos respuestas. Una del (entonces) dirigente opositor Bulent Ecevit y la otra de la embajada de Estados Unidos", informó Avudukoglu.

"Ahora el primer ministro es Ecevit. Creo que va a hacer algo al respecto", opinó. (FIN/IPS/tra-en/nm/lm/mn/aq/ip/00

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