El compromiso de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) con Timor Oriental, el estado nacional más joven de la región, será puesto a prueba esta semana.
Los líderes independentistas timorenses Xanana Gusmao y el premio Nobel de la Paz José Ramos Horta se encuentran de gira por los países miembros del bloque. Se prevé que este martes llegarán a Tailandia y luego viajarán a Malasia y Filipinas.
El ingreso a ASEAN ayudaría a Timor Oriental a consolidar sus credenciales dentro de la región como una entidad independiente de Indonesia, que lo ocupó brutalmente durante casi 25 años.
También implicaría algunos modestos beneficios de desarrollo, si los planes de cooperación económica regional prosperan.
Pero ganar el apoyo de ASEAN, de 10 miembros, será realmente una tarea difícil para Gusmao y Ramos Horta.
Mientras Occidente apoyó la causa de la autodeterminación de Timor Oriental luego que Indonesia invadió la antigua colonia portuguesa en 1975, los miembros de ASEAN le dieron la espalda en nombre de la solidaridad regional con Indonesia.
Organizaciones de derechos humanos estimaron que más de 200.000 timorenses orientales, o un tercio de la población, murieron como consecuencia de la invasión.
El 30 de agosto último, los timorentes orientales decidieron independizarse de Indonesia en un plebiscito de autodeterminación patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Tras conocerse los resultados, milicias respaldadas por el ejército indonesio iniciaron una ola de asesinatos y destrucción que desplazó a cientos de miles de personas hacia el vecino Timor Occidental, perteneciente a Indonesia.
En ese entonces, la comunidad internacional criticó a ASEAN por no hacer nada para resolver un conflicto en su propio patio trasero.
Analistas de seguridad también censuraron al Foro Regional de ASEAN, de 22 miembros, por no hacer ningún esfuerzo por resolver el conflicto de Timor Oriental en el pasado y tener poco para ofrecer ahora.
"A diferencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el Foro no hizo ninguna gestión sobre los estados miembros que violan las normas internacionales sobre derechos humanos", señaló Richard Tanter, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Seika, de Kioto, Japón.
Pero el primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong, opinó lo contrario. Timor Oriental "nunca fue un problema de ASEAN, sino de la ONU", declaró a la prensa en noviembre.
Aunque los líderes independentistas timorenses serán tratados con cortesía diplomática en su gira regional, seguramente no podrán olvidar algunos hechos del pasado.
En mayo de 1994, el entonces presidente filipino Fidel Ramos, cediendo a la presión de Yakarta, intentó prohibir la celebración en Manila de una conferencia internacional sobre Timor Oriental y puso a Ramos Horta en una lista negra.
Más adelante ese año, el líder independentista fue declarado persona non grata en Tailandia y se le prohibió ingresar a Bangkok en 1995 para dictar un curso de diplomacia en la Universidad de Thammasat.
En 1996, el gobierno de Malasia declaró que Ramos Horta no era bienvenido en Kuala Lumpur para inaugurar una conferencia sobre Timor Oriental. Esa conferencia fue interrumpida violentamente por un grupo de jóvenes asociados con el gobierno, y los participantes malasios fueron arrestados.
En 1997, nuevamente las autoridades de inmigración de Filipinas impidieron la entrada a Ramos Horta, quien iba a dar una conferencia en al Universidad de Filipinas.
Sin embargo, ahora Tailandia y Filipinas parecen haber adoptado una postura diferente al resto de ASEAN en cuanto a la reconstrucción del devastado Timor Oriental.
Tailandia fue el primer país asiático en enviar un contingente a la Fuerza Internacional para Timor Oriental (Interfet), encabezada por Australia, para acabar con la violencia paramilitar en el territorio. Un general tailandés fue nombrado subcomandante de Interfet.
Mientras, Filipinas aportó personal médico y logístico a Interfet, en lugar de tropas.
A largo plazo, Filipinas podría convertirse en el aliado natural de Timor Oriental, por ser el único otro país de la región predominantemente católico.
Así mismo, la ONU nombró al teniente general filipino Jaime de los Santos para comandar una fuerza de pacificación que sustituirá a Interfet a partir de este martes.
En Bangkok, Gusmao y Ramos-Horta se reunirán con el primer ministro Chuan Leekpai, el canciller Surin Pitsuwan y el jefe del ejército general Surayud Chulanonda.
Tailandia promoverá la concesión a Timor Oriental del estatuto de observador en ASEAN, y luego de miembro pleno, una vez que se transforme en un estado independiente.
En Malasia, todavía no se sabe si Gusmao se reunirá con el primer ministro Mahathir Mohamad. El canciller Syed Hamid Albar declaró que no hay una agenda para su visita, y no hizo mención sobre Ramos-Horta.
El gobierno malasio aún está resentido porque los líderes timorenses rechazaron una propuesta de Kuala Lumpur de comandar la fuerza de paz de la ONU.
Mahathir, que suele acusar a los países occidentales de "hipocresía y doble moral", ha sido un férreo defensor del régimen indonesio en Timor Oriental.
Ahora, Malasia podría oponerse al estatuto de observador de Timor Oriental en ASEAN, especialmente porque Ramos Horta respalda al depuesto viceprimer ministro malasio Anwar Ibrahim, archienemigo de Mahathir. (FIN/IPS/tra-en/si/js/mlm/ip/00