La presidenta de Sri Lanka, Chandrika Kumaratunga, reelegida el mes pasado, acusó de tendenciosos a los medios privados de comunicación y denunció a la oposición por haber hecho un pacto secreto con los rebeldes del movimiento Tigres por la Liberación de la Patria Tamil hace 18 meses.
Kumaratunga acusó a los medios de haber sido parciales en su cobertura de las elecciones presidenciales, y advirtió que su gobierno tomará medidas, durante una entrevista que le hicieron dos periodistas en un canal de televisión estatal este lunes.
El opositor Partido de Unión Nacional (PUN), los rebeldes Tigres por la Liberación de la Patria Tamil y un sector del Ejército conspiraron para impedir la reelección, sostuvo Kumaratunga.
"Los tamiles del norte y el este, con excepción de la península norteña de Jaffna, votaron al PUN por miedo a los Tigres, que habían presionado para que no me votaran a mí. Si no fuera por esas amenazas, habría obtenido cerca de 56 por ciento" de los votos, declaró.
Kumaratunga, a quien los Tigres intentaron asesinar tres días antes de las elecciones presidenciales del 21 de diciembre, obtuvo 51,14 por ciento de los votos, contra 42,71 por ciento que consiguió su rival, el líder opositor Ranil Wickremasinghe, del PUN.
Su aparición en televisión se convirtió en una larga diatriba sin interrupciones contra los medios de comunicación, sus opositores políticos, los rebeldes y los empresarios corruptos.
"Los intentos de conciliación con el PUN y los rebeldes, a quienes invitó a unírsele para resolver el conflicto étnico, en su discurso postelectoral, quedaron anulados por el ataque de este lunes contra los opositores políticos y los medios", sostuvo un analista político.
El editor de un diario estatal indicó que el discurso de Kumaratunga parecía dirigido al público rural y no a la "intelligentsia" de Colombo, y que podría estar preparando el terreno para llamar a elecciones parlamentarias anticipadas.
"Parece un discurso de campaña, pronunciado por la presidenta con propósitos políticos. En el frente internacional, sus palabras se verían probablemente con desprecio, ya que carecen de diplomacia y no fueron elegidas con cuidado", declaró el analista a IPS.
Kumaratunga dio un discurso muy emotivo poco después de que se confirmara su reelección, y alentó a su derrotado rival, Wickremasinghe, a unírsele en las gestiones para solucionar el conflicto étnico que le costó la vida a unas 75.000 personas desde 1983.
La presidenta prometió aplastar a los rebeldes, pero también los invitó a volver a la mesa de negociaciones. Dicho ofrecimiento fue interpretado como un gesto conciliador hacia el PUN, y alimentó las esperanzas de paz para el nuevo milenio.
El optimismo de diciembre desapareció y los analistas advierten ahora que es poco probable que el PUN apoye el llamado a la paz de Kumaratunga, y que en cambio es posible que los medios se vuelvan a unir en su contra, como lo hicieron antes y durante su campaña presidencial.
"Su discurso podría significar la pérdida de confianza del sector empresarial, de los diplomáticos y el fin de las ilusiones de paz, pero si lo que buscaba eran votos, es posible que los gane", indicó un analista.
Las elecciones parlamentarias están previstas para agosto, pero se rumorea que Kumaratunga, confiada en su triunfo presidencial, podría llamar a elecciones anticipadas en marzo o abril.
Los periodistas oficialistas Lucian Rajakarunanayake y Janadasa Peiris sólo pudieron hacer unas pocas preguntas durante la entrevista de tres horas, que el diario La Isla presentó este martes con el título "Presidenta Kumaratunga golpea a todos".
Kumaratunga amenazó a los medios de prensa y electrónicos privados con iniciar una acción legal por haberla difamado durante las elecciones.
Además, acusó a cinco importantes grupos propietarios de diarios y canales de televisión de haber tenido un comportamiento tendencioso, y nombró a por lo menos dos directores de periódicos para denunciarlos por corrupción y apoyo al PUN.
Kumaratunga aseguró que no mandará asesinar a los periodistas que publiquen notas en su contra, como lo hicieron otros gobiernos anteriores, pero en cambio anunció que los obligará a comparecer ante la justicia.
"No permitiré que los medios, unidos al PUN o no, echen barro sobre mí o sobre mis hijos en el futuro. La gente debería tener derecho a conocer la verdad una vez que paga el precio de un diario. Nuestro gobierno se ve obligado a proteger ese derecho del lector", declaró.
Los medios privados de comunicación, que se multiplicaron en los primeros años de la primera presidencia de Kumaratunga, cuando ganó las elecciones de 1994, están desencantados con el gobierno y lo acusan de corrupción e ineficiencia, además de tener una estrategia militar mediocre.
Los medios de comunicación nacionales no tienen derecho a informar sobre la guerra, según leyes de censura que entraron en vigor hace más de un año y medio.
Esas leyes y el brutal ataque de la policía a los periodistas el 15 de julio contribuyeron a ampliar aún más la brecha entre la prensa y la presidenta.
Victor Ivan, editor del diario en cingalés Ravaya, declaró a IPS en septiembre que "hay una indignación generalizada debido a los intentos del gobierno de reprimir a los medios".
Ivan, al frente del Movimiento por la Libertad de los Medios de Comunicación, creado en la década del 80, era uno de los periodistas que Kumaratunga acusó este lunes de haberla atacado.
El ministro de Asuntos Especiales, doctor Sarath Amunugama, que fue censor del país, sostuvo la semana pasada que las compañías mediáticas privadas, que en general son propiedad de algunas familias, deberían cotizarse en el mercado de acciones.
"No debería haber una sola persona o familia detrás del control de la mayoría de las acciones de una compañía así. Nadie debería poseer más de cinco por ciento", declaró, según el diario Daily Mirror. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/ceb/aq/ip/00