Una decidida respuesta tuvo en Canadá la exhortación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a todos los gobiernos a aumentar el control sobre la industria tabacalera y desalentar a los fumadores empedernidos.
El gobierno canadiense anunció la semana pasada el lanzamiento de una campaña para "impactar" a los fumadores e inducirlos a dejar el vicio.
El ministro de Salud, Allan Rock, ordenó a las compañías tabacaleras imprimir sobre la mitad superior de cada paquete de cigarrillos imágenes de enfermedades asociadas al hábito de fumar.
Las imágenes, según un diario canadiense, incluirán enfermedades cardíacas y pulmonares, decoloración de dientes y un cigarrillo a medio consumir, con la ceniza adherida, "simbolizando la impotencia vinculada con el vicio de fumar".
Esas nuevas normas, que el diario describió como "las más severas en el mundo", obligarán también a los fabricantes de cigarrillos a alterar la posición de los nombres de sus marcas, relegándolos a la mitad inferior del paquete.
Esa campaña de "choque" es necesaria, porque los fumadores "se han acostumbrado a las advertencias previas" y ya no las toman en cuenta, explicó Rock.
El ministro tuvo presentes además las últimas estadísticas de fumadores entre canadienses de 15 a 19 años, cuya proporción en el total de ese grupo de edad aumentó de 21 a 28 por ciento en la última década.
La directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland, urgió a principios de este mes los gobernantes a implementar estrategias multisectoriales de control del tabaco.
"La industria del tabaco subvierte la ciencia, la economía y los procesos políticos para vender un producto letal y defectuoso que impone un peso masivo de enfermedad y muerte sobre los países", advirtió Brundtland al término de una conferencia de tres días en Nueva Delhi.
La conferencia, que atrajo a expertos de salud de países en desarrollo, fue convocada para galvanizar el apoyo al acuerdo marco de la OMS sobre Control del Tabaco (FCTC, según sus siglas inglesas) que, según espera la agencia, será universalmente adoptado en mayo de 2003.
Una vez en vigor, la convención dará a los gobiernos los elementos para corregir aspectos como la publicidad del tabaco y la promoción de cultivos sucedáneos, para la regulación del producto y el combate contra el contrabando de cigarrillos, para la rehabilitación de los adictos.
"Esta es la primera vez que la OMS hace uso de sus facultades para negociar un conjunto de reglas vinculadas globalmente. El acuerdo marco es un producto, un proceso y un movimiento de salud pública", observó Brundtland.
Los decesos relacionados con el hábito de fumar han llegado a 10.000 por día en el mundo, una cantidad que podría incrementrse a 27.500 en 2020, de acuerdo con un informe especializado divulgado en Canadá.
El impacto más severo se sentirá en los países en desarrollo. Hay actualmente 1.150 millones de fumadores en todo el mundo, equivalentes a un tercio de la población adulta.
El consumo de cigarrillos aumentó en China 260 por ciento desde comienzos de los años 70 hasta los 90. Hay en China más de 300 millones de fumadores, la misma cantidad que en todos los países industrializados.
También otras naciones de Asia han sido blanco de la industria tabacalera desde que ésta cayó bajo el fuego graneado de los grupos de presión en América del Norte y parte de Europa.
Los hechos en Tailandia ilustran algunas de las nuevas estrategias de la industria tabacalera para promover sus ventas. En ese país, algunas compañías han puesto nombres de marcas de cigarrillos a otros productos, como el whisky y el café, para burlar las leyes contra la publicidad del tabaco.
"La industria tabacalera se orienta a la región de Asia y el Pacífico para reclutar nuevos fumadores, a través de una publicidad que caracteriza el consumo de tabaco de socialmente aceptable, atrayente y de moda", advirtió Shigeru Omi, director regional de la OMS para el Pacífico Occidental.
Para expertos como Omi, resulta particularmente perturbadora la rápida difusión del hábito de fumar entre mujeres jóvenes y niñas en Asia. Si esto no se corrige, la cantidad de mujeres fumadoras se triplicará en los próximos 25 años.
Esto significa que las fumadoras en los países en desarrollo podrían ser casi tantas como en el Norte industrial. Según la OMS, sólo fuman siete por ciento de las mujeres del Sur en desarrollo, frente a 24 por ciento en el Norte.
David Sweanor, un abogado de la Asociación de Derechos de los no Fumadores, de Canadá, aplaudió la iniciativa de su gobierno en la lucha contra la industria multinacional del tabaco, y expresó que otras naciones deberían seguir su ejemplo. (FIN/IPS/tra- en/mmm/ks/ego-ff/he/00