Joaquín Balaguer, siete veces presidente de República Dominicana, de 93 años, ciego y con un estado de salud delicado, informará este domingo al partido que fundó si será candidato en las elecciones presidenciales de mayo.
Balaguer, quien gobernó por primera vez en 1960, como testaferro de Rafael Trujillo, el dictador asesinado en 1961, es adorado por unos y repudiado por otros en este país de ocho millones de habitantes, que comparte con Haití la isla caribeña Española.
Fue presidente durante siete períodos no consecutivos en los últimos 35 años, y al igual que su mentor Trujillo gobernó con mano dura.
La última vez que fue elegido para ocupar el cargo fue en mayo de 1994, pero se vio obligado a renunciar dos años después debido a acusaciones de fraude electoral.
A pesar de sus enfermedades y de su dudoso pasado, Balaguer aún desempeña un importante papel en la política dominicana, y sus doctores aseguran que goza de excelente salud.
Carlos Guerrero, un electricista jubilado, espera impaciente la reunión del domingo del conservador Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), fundado por Balaguer, que a su juicio marcará un momento histórico para el país.
"¡Una vez más! ¡Una vez más! (Balaguer) lo logrará y avanzaremos nuevamente. Este país se está desmoronando. Necesitamos que vuelva y arregle las cosas", dijo Guerrero.
"Votaré por Balaguer en cualquier momento, incluso aunque esté en una camilla", aseguró Julio Cienfuegos, un cultivador de tabaco de 57 años de Santiago de Los Caballeros, la mayor ciudad del país.
"Por lo menos sabemos que se ocupará de los pobres y tenemos pruebas de sus grandes obras del pasado", agregó.
Las encuestas han ubicado a Balaguer, como candidato no declarado del PRSC, en un alejado tercer lugar en las preferencias de los entrevistados.
Los dos primeros lugares han sido ocupados por Hipólito Mejía, del moderado Partido Revolucionario, que actualmente controla el Congreso, y de Danilo Medina, del antes marxista y hoy centrista Partido de la Liberación, del presidente saliente, Leonel Fernández.
La Constitución no permite la reelección de Fernández, quien asumió la presidencia hace cuatro años con el apoyo de Balaguer.
Se espera que la ubicación de Balaguer en las encuestas mejore si declara públicamente su intención de ser candidato otra vez.
El veterano político podría influir sobre el resultado de las elecciones aunque no se postule, dando su considerable apoyo a otro candidato, como lo ha hecho en ocasiones anteriores. Esto puede tener especial importancia si el ganador de mayo no logra una mayoría absoluta y es necesario realizar una segunda vuelta.
Se estima que el resultado electoral estará determinado en gran medida por la percepción de los dominicanos sobre el estado de la economía.
Durante el gobierno de Fernández se registró un crecimiento económico sin precedentes, pero el índice de desempleo de 13,8 por ciento sigue siendo un problema y la pobreza persiste.
La economía creció 8,3 por ciento el año pasado, la tasa de crecimiento más alta del mundo, y 7,1 por ciento en 1998, indicó Héctor Valdez Albizu, director del Banco Central.
"Esto es algo extraordinario para un país con tantas limitaciones como República Dominicana", dijo Albizu.
La economía se vio favorecida por un aumento de la inversión extranjera, que creció 98,9 por ciento desde 1998 y llegó a 1.300 millones de dólares, agregó.
La principal causa de ese crecimiento fue la controvertida privatización en 1999 de las instalaciones de generación y distribución de electricidad y de varios aeropuertos, y el arrendamiento de los molinos de azúcar estatales.
El programa de privatización es el principal motivo de controversias entre los candidatos.
A los grandes empresarios dominicanos y a las instituciones financieras internacionales que han trabajado con el gobierno de Fernández para reformar la economía les preocupa que Mejía revierta el programa de privatización si es elegido presidente.
"Hubo muchas irregularidades relacionadas con el programa de privatización y capitalización. Cuando asuma el cargo (de presidente), anularé algunas" privatizaciones, dijo Mejía.
"Es difícil determinar en esta etapa si (esas declaraciones de Mejía) son parte de la retórica de la campaña electoral, o expresan la política que realmente piensa aplicar el candidato", dijo uno de los principales banqueros del país, quien pidió reserva sobre su identidad.
"Incluso si se trata sólo de declaraciones preelectorales, son perjudiciales para el país", agregó.
Fernández ha acusado a Mejía de intentar socavar la economía desalentando a posibles inversores en la aerolínea estatal y otras empresas públicas que se prevé privatizar.
"(Mejía) quiere hacer que el país retroceda al siglo XIX. No está preparado para estos tiempos modernos", dijo Fernández.
Balaguer se opuso al programa de privatizaciones, y la posición de Mejía en la materia podría darle el apoyo del veterano político y del PRSC, pero también se afirma que Balaguer apoyaría a Medina contra Mejía si ambos se enfrentan en una segunda vuelta.
Si son Mejía y Balaguer quienes pasan a la segunda vuelta, el ex presidente, con el apoyo de Medina, podría estar de regreso en el palacio presidencial en agosto.
"Mi participación en las elecciones depende de mi salud", dijo Balaguer en diciembre. "Si es buena, estaré allí". (FIN/IPS/tra-en/rs/ks/at/mp/ip/00
