La pintura de pacientes de hospitales psiquiátricos de Río de Janeiro será parte importante de la vasta muestra "Brasil 500 años", un panorama de lo que se produjo de artes plásticas en toda la historia de este país.
La muestra, promovida por la Fundación Bienal en Sao Paulo a partir de abril, es una de las celebraciones del quinto centenario de la llegada de los portugueses a Brasil.
Su sección "Imágenes del inconsciente" reunirá obras de internados en hospitales psiquiátricos cariocas, acumuladas a lo largo de muchas décadas y conservadas en dos museos locales.
Arthur Bispo do Rosario es el más conocido de estos artistas. Su trabajo tenía inicialmente fines terapéuticos, pero hoy cuenta con reconocimiento estético de los críticos en general.
Fuera de las clasificaciones artísticas, Bispo do Rosario pintaba ropa, mantos y objetos en general, hacía bordados, todo con colores fuertes, y a veces incluía largos textos.
Entre sus 842 obras conservadas en el Museo Nise da Silveira, instalado dentro del centro psiquiátrico donde vivió 50 años, se destaca "21 veleros", una canoa recta de madera, con ruedas y velas de paño coloridas y muchas palabras escritas.
Otra es un chaquetón militar colorido, con pequeñas flámulas representando condecoraciones, que consideraba un manto sagrado y vestía en los actos solemnes.
Bispo do Rosario, quien nació en la década del 10 en Sergipe, un pequeño y pobre estado del noreste, fue marinero, boxeador, limpiador de vehículos y empleado doméstico hasta 1938, cuando ya vivía en Río de Janeiro y dijo haber visto a Cristo con siete ángeles azules.
Fue internado en la Colonia Juliano Moreira como esquizofrénico paranoico y comenzó entonces a cumplir allí la misión que habría recibido de Dios, la de "reconstruir el mundo", a través de sus pinturas o esculturas pintadas.
Siempre preguntaba el color de su "aura" a los visitantes y sólo le prestaba atención a quienes adivinaban o sabían que era azul, uno de sus colores preferidos.
Bispo do Rosario murió en 1989 de pneumonía, alabado como un símbolo del papel del arte en la superación de problemas psiquiátricos, de la capacidad creativa de las personas consideradas "locas" y del error que constituye el tratamiento tradicional, en base a choques eléctricos.
El décimo aniversario de su muerte se conmemoró el año pasado con una producción teatral sobre su vida y la publicación del libro "El Universo según Arthur Bispo do Rosario", resultado de dos años de investigación de Patricia Burrowes, que eligió su obra para una tesis de maestría en comunicación y cultura.
Bispo do Rosario fue capaz de "extraer poesía de un mundo trágico", resumió la investigadora.
Fernando Diniz y Emygdio de Barros también produjeron sus numerosas pinturas internados en otro hospital psiquiátrico, y estarán representados en la muestra de los 500 años de Brasil.
Barros, muerto en 1986 a los 90 años, es "el mejor pintor de Brasil", sentenció el poeta y crítico de arte Ferreira Gullar, que acaba de escribir una historia del arte del país.
El surgimiento y afirmación de esos pintores es fruto de la actuación de Nise da Silveira, quién revolucionó la psiquiatría en Brasil, sustituyendo la violencia por las artes plásticas.
A lo largo de décadas de trabajo en el Hospital Don Pedro II, en Río de Janeiro, acumuló más de 300.000 diseños y pinturas de sus pacientes, que hoy se encuentran amontonados y se conservan precariamente en el Museo de Imágenes del Inconsciente, que fundó en 1952.
De allí salieron obras para muestras en varios países europeos y en abril serán incluidas en la muestra de lo más relevante hecho por todos los pintores brasileños, junto con parte de la producción de Bispo do Rosario, reunida en otro museo, que lleva el nombre de su inspiradora.
Nise da Silveira, una apasionada también de los gatos, tema de uno de sus libros, murió en octubre a los 94 años y nunca permitió la venta de cuadros del museo que creó.
Su trabajo fue documentado en una película, "Imágenes del inconsciente", de Leon Hirszman, uno de los grandes cineastas brasileños. (FIN/IPS/mo/ag/cr/00