PERU: La pirámide poblacional se deforma por envejecimiento

La mejoría de la salud, el incremento de la esperanza de vida y la reducción de la tasa de natalidad en Perú provocan acelerados cambios en la población de este país.

Pero la reducción de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida podrían convertirse en problemas, al afectar la proporción adecuada entre la población económicamente activa y la jubilada.

Perú, con 25 millones de habitantes, redujo el crecimiento de dos por ciento en 1993 a 1,7 por ciento actualmente, y en el 2025 será de 1,4 por ciento.

Simultáneamente, el promedio de la esperanza de vida de los peruanos pasó de 48 años en 1950 a 69 al concluir el siglo XX, y se calcula que en el año 2025 será de 73,4 años.

El aumento de las esperanza de vida es un fenómeno mundial: hoy el promedio mundial es 65 años, desde los 38 años en Sierra Leona hasta los 80 en Japón.

En América Latina, la esperanza de vida fluctúa entre los 77 años en Costa Rica y los 61 en Bolivia.

El resultado de una menor fecundidad y una mayor esperanza de vida es el envejecimiento de la sociedad.

En Perú, el gráfico que describe la composición por edades de su población sigue teniendo forma de pirámide: ancha en la base, que corresponde a los segmentos infantil y juvenil, y angosta arriba, donde se encuentran los mayores de 60 años.

Pero la pirámide demográfica peruana tiende a deformarse en los últimos años, porque la reducción del número de nacimientos angosta gradualmente la base, en tanto que el incremento de la esperanza de vida engrosa la parte superior.

Al comenzar la década del 70 había en Perú 12 menores de 15 años por cada persona de 60 años o más, actualmente hay siete por cada adulto mayor y se calcula que en el año 2025 la relación será de dos menores por cada anciano, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

"En la década del 50, la población de ancianos representaba el 3,4 por ciento del total de habitantes, en 1998 era del 4,6 por ciento", comentó Félix Murillo, jefe del INEI.

"En el año 2025 habrá en Perú no menos de 3,05 personas mayores de 65 años (edad que corresponde a la jubilación), segmento que representará el 8,6 por ciento de la población", precisó Murillo.

El sociólogo Flavio Solórzano, director de la organización no gubernamental Población y Desarrollo, comentó que "el aumento de la proporción de habitantes de mayor edad en relación con la de infantes y jóvenes es calificado como envejecimiento poblacional".

Este fenómeno es más acentuado en las ciudades, donde se encuentra el 70 por ciento de la población del país.

Esta tendencia se manifiesta en la mayor parte del mundo, pero no todos los países estan igualmente preparados para asimilar sus efectos, subrayó el experto.

"El envejecimiento de una sociedad implica el incremento del sector pasivo y que la población en edad económicamente activa soporte cada vez mayor carga para sufragar el costo de la creciente proporción de jubilados", afirmó.

"Eso está ya ocurriendo en Japón y en Europa, sociedades ricas, con alto nivel de productividad y desarrollo, capaces de afrontar el mayor costo del incremento del sector pasivo. Pero ese fenómeno puede ser problemático en naciones pobres, no desarrolladas y con fuerte desempleo, como Perú", concluyó.

Oscar Bravo, coordinador de la Mesa de Trabajo de organizaciones no gubernamentales sobre Ancianidad, dijo que Perú está en un nivel medio respecto de la edad promedio de sus habitantes, con siete por ciento de ancianos.

"Suecia tiene más del 20 por ciento de sus habitantes en edades superiores a los 60 años, en tanto que los países más jóvenes son los africanos, con cinco por ciento. Pero es importante destacar que la proporción de ancianos en Perú está en rápido incremento", señaló.

La composición de la población económicamente activa en Perú es de 39 por ciento para el sector de 15 a 29 años, 34 por ciento para el de 30 a 44 años, 20 por ciento para el de 45 a 64 años y siete por ciento para el de 65 años o más.

Este último sector tiene bajo nivel educativo. Según la Encuesta Nacional de Hogares de 1998, 32,4 por ciento no tenía ninguna educación y el 45,8 por ciento sólo primaria.

La misma encuesta registró que 38,7 por ciento de las personas mayores de 60 años es todavía económicamente activa, mientras que 61,3 por ciento se declaró en situación de dependencia o de "carga familiar".

Según el último informe de 1998 del Banco Interamericano de Desarrollo sobre la "Desigualdad en América Latina", 50,8 por ciento de los ancianos peruanos viven en "hogares ampliados", es decir con sus familiares.

El mismo informe señala que 35 por ciento mantiene precariamente la unidad familiar (esposa e hijos), cinco por ciento vive solo y dos por ciento subsiste como pareja sin hijos.

El informe "Estado de la Población Mundial 1999" del Fondo de Población de las Naciones Unidas advierte sobre los dos mayores retos sociales en el futuro inmediato.

El primero es generar empleo suficiente para la generación que ha llegado a la plenitud de la edad laboral y el segundo es la satisfacción de las necesidades de apoyo social, médico y financiero para el creciente número de ancianos. (FIN/IPS/al/ag/dv/00

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