PERU: Cafeteros producen y exportan más pero ganan menos

Los productores de café de Perú obtuvieron en 1999 una cosecha superior en 14 por ciento a la del año anterior y aumentaron sus exportaciones en 12 por ciento, pero perdieron 80 millones de dólares por los bajos precios internacionales.

"Las 118.000 familias que producimos café en la selva peruana tendríamos que estar muy contentos porque cosechamos 137.000 toneladas y exportamos 131.000 toneladas", dice Celestino Moya, presidente de la Junta Nacional del Café, que representa a los pequeños caficultores.

"Pero estamos tristes, el precio promedio que nos pagaron cubre apenas el 62 por ciento de los costos", añade Moya, quien precisa que el costo de producción de café en Perú asciende a 1,5 dólares, en tanto que el precio internacional promedio en 1999 fue de 91 centavos de dólar.

En la última cosecha se obtuvo la cifra récord de 3,12 millones de quintales, contra 2,72 millones en el año anterior, en una extensión de 230.000 hectáreas.

"Hemos alcanzado una productividad aceptable, con 13,56 quintales de café por hectárea, los agricultores estamos preocupados por mejorar el nivel técnico de las plantaciones" y se ha incrementado el área de cultivo, dice el dirigente de los caficultores.

Perú es el tercer exportador de café en América del Sur, detrás de Brasil, que exporta 30 millones de quintales, y de Colombia, 12 millones. El cuarto es Ecuador, con 2,4 millones de quintales.

El 94 por ciento de la producción de Perú está destinada a la exportación, pues el consumo local, de 300 gramos por persona, es muy bajo si se lo compara con los tres kilogramos de Brasil, los ocho de Alemania y los más de 10 de los países escandinavos.

La situación del café preocupa a las autoridades locales, no tanto por su aspecto económico, pues las exportaciones no llegan al cinco por ciento del total, sino por su importancia social, pues es el cultivo legal más importante en la deprimida la selva peruana.

"Los cafetaleros generamos la más importante fuente de empleo sostenible en 203 distritos rurales caracterizados como de extrema pobreza, por consiguiente la crisis del café tiene un lamentable efecto social", afirma Moya.

Pero más grave aún será el efecto político, porque incidirá negativamente en la estrategia oficial antidrogas, pues el café es uno de los productos alternativos propuestos a los campesinos de la selva peruana para inducirlos a abandonar la producción ilegal de coca.

Según los analistas internacionales, las cosas no mejorarán este año para los productores peruanos, porque el aumento de la producción brasileña impedirá la recuperación de precios.

"Es probable que en algunas épocas del año, por factores climatológicos, la oferta brasileña se contraiga y los precios mejoren, pero luego los precios volverán a su deprimida tendencia", señala el exportador Esteban Alarco.

La empresa consultora internacional Maximixe concuerda con las sombrías predicciones de Alarco respecto del futuro inmediato del café peruano.

"El precio del café en los mercados internacionales en 1999 fue inferior en 20 por ciento respecto de las cotizaciones en el año anterior. No existen factores visibles que hagan revertir esa tendencia", dice un informe de Maximixe que circuló entre los productores y exportadores locales.

El año pasado, la mayor parte de las exportaciones peruanas de café fueron a Europa, cuya demanda se elevó en 18 por ciento. Los principales compradores fueron Alemania, Holanda, España, Francia y Dinamarca, en tanto en Asia destacan Japón y Corea del Sur.

Lorenzo Castillo, secretario ejecutivo de la Junta Nacional de Café, anota que, pese al contraste registrado en los dos últimos años, los planes del sector tienden a la expansión.

"Actualmente cubrimos sólo el 2 por ciento de la oferta mundial y esperamos llegar al 10 por ciento en los próximos cinco años", comenta.

La estrategia para expandir la exportación consiste en mejorar la imagen del café peruano.

"Nuestro producto no tiene trabas fitosanitarias, como algunos otros productos agropecuarios peruanos, pero tenemos que superar la mala fama de incumplidos en los embarques y mejorar la calidad", dice Castillo.

"Los escenarios del comercio internacional del café muestran en los últimos años una demanda creciente por granos de alta calidad, denominados 'café gourmet', que los distingue de los convencionales en distintas cualidades: acidez, aroma, cuerpo", añade.

Esos tipos de café obtienen un precio mayor en algunos mercados de alta capacidad adquisitiva, como Estados Unidos, Europa, Canadá y Japón.

Los expertos consideran que Perú posee excepcionales condiciones para producir cafés finos, pues sus zonas productoras están situadas en diversos pisos ecológicos de los valles interandinos, tanto en la vertiente del océano Pacífico como en la zona denominada "ceja de selva".

"La propuesta técnica que hemos alcanzado al gobierno es no sobrepasar las 250.000 hectáreas sembradas, sino mejorar la productividad y la calidad del producto, para lo cual necesitamos renovar las plantaciones, lo que a su vez requiere apoyo crediticio", comenta Castillo.

La Junta Nacional del Café ha propuesto al Ministerio de Agricultura la creación de un fondo de crédito especial para los caficultores, de al menos de 25 millones de dólares.

"En la historia del desaparecido Banco Agrario, que fue liquidado cuando el gobierno actual decidió eliminar la banca estatal de fomento para dejar paso libre a la banca privada, consta que los productores de café siempre pagamos nuestros créditos", concluye Castillo. (FIN/IPS/al/ag/if/00

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