México concluyó 1999 con una inflación de 12,32 por ciento, contra la previsión oficial de 13 por ciento, lo cual generó entusiasmo sobre el desempeño de la economía en el último tramo del gobierno de Ernesto Zedillo.
El anuncio hecho el viernes por el Banco de México (central) representa el aumento promedio de precios más bajo en los últimos cinco años.
Los resultados favorables de ese indicador provocaron un eufórico cierre semanal de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que concluyó la jornada con una ganancia de 4,38 por ciento y situó el índice de precios y cotizaciones en 7.049,09 unidades.
La mayor ganancia en la BMV fue impulsada, además, por la perspectiva de "estable" a "positiva" del riesgo crediticio del país, según la clasificación realizada por la agencia calificadora internacional Moody's Inventors Service.
El gobierno de Zedillo se prepara para enfrentar las elecciones presidenciales de julio, con reservas internacionales que llegan a 30.652 millones de dólares, un crecimiento económico de 4,6 por ciento en el penúltimo trimestre de 1999 y la BMV con alzas históricas.
Esta es la primera vez que la inflación acumulada anual no resulta superior a las expectativas oficiales desde que Zedillo asumió el gobierno en diciembre de 1994, en medio de la peor crisis económica de los últimos 50 de este país y que repercutió en el resto de América.
En 1995, después del dramático "error de diciembre", la meta de cuatro por ciento para el aumento en los precios de los productos básicos para ese periodo se vio ampliamente rebasada, al concluir en 52 por ciento.
Los pronósticos oficiales fueron también ampliamente superados en los tres años siguientes. En 1996 fue de 27,7 por ciento, frente a 20,5 previsto, en 1997 alcanzó a 15,7 por ciento y se esperaba 15 por ciento, y en 1998 fue de 18,6 por ciento pese a que se preveía 12 por ciento.
El Banco de México informó, además, que el crecimiento de los precios al consumidor fue de uno por ciento en diciembre, el menor registrado en ese mes desde 1994, y pronosticó para el 2000 una inflación anual de 10 por ciento.
Expertos indicaron que el cumplimiento de las metas inflacionarias del gobierno fue producto en especial del aumento en los precios internacionales del petróleo, principal fuente de divisas del país.
El vigor de la economía de Estados Unidos, el principal socio comercial de México junto con Canadá, los cuales conforman el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fue otro factor que repercutió positivamente en la caída de la inflación, según los expertos.
Pese al optimismo oficial, especialistas destacan que la inflación mexicana sigue siendo muy alta respecto del tres por ciento anual que registran Canadá y Estados Unidos.
México está lejos incluso de los niveles de inflación que alcanzaron en 1999 Argentina, Brasil y Chile, inferiores a ocho por ciento.
Este país, con más de dos décadas de padecer inflaciones elevadas, tiene en ese rubro uno de sus más grandes desafíos, justo en un año electoral, que suele ser típico de crisis económicas.
Para espantar el fantasma que apareció al finalizar los gobiernos de sus cuatro antecesores, Zedillo recurrió a la estrategia de blindar la economía con millonarios créditos otorgados por los organismos multilaterales y sus socios en el TLCAN.
Así, el presidente que repite con insistencia que será el primer mandatario de la historia moderna de México que no heredará una turbulencia financiera a su sucesor, solicitó préstamos para crear empleos y reinstalar el crédito bancario a pequeñas empresas.
Las autoridades financieras del país contrataron a mediados del año pasado préstamos y líneas de crédito por 23.700 millones de dólares, otorgados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y Canadá.
En México, donde el salario mínimo es de cuatro dólares, la capacidad de compra registró una caída de 25 por ciento desde 1995, según datos oficiales.
No obstante, las estadísticas del gobierno reportan una recuperación en el ingreso de los trabajadores. La población que percibe entre tres y cinco salarios mínimos pasó de 34,6 por ciento hace cinco años a 37 por ciento en 1999.
Expertos destacan que las buenas perspectivas macroeconómicas del país no descartan totalmente los riesgos de una crisis, que podría seguir la ruta conocida si se descuida el equilibrio interno o se desestima la sobrevaluación de la moneda, estimada en medios no gubernamentales en 22 por ciento. (FIN/IPS/pf/dm/if/00