Tres nuevas víctimas se sumaron este mes a la ola de asesinatos de mujeres que desde 1993 se registran en el estado de Chiahuahua, fronterizo con Estados Unidos, donde ya se cuentan unos 200 casos con patrones similares.
La fiscalía especial para los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez, capital de Chihuahua, informó este sábado que fueron encontrados los restos calcinados de una nueva víctima. Se trató del segundo hallazgo en la última semana y el tercero desde el comienzo del año.
En 1999, grupos de derechos humanos y familiares de la víctimas denunciaron en foros internacionales los crímenes de mujeres en la ciudad fronteriza con Estados Unidos, mientras la policía y las autoridades de Chihuahua prometieron investigaciones especiales.
El gobernador del estado, Patricio Martínez, afirmó a inicios de año a los directivos de la Asociación de Maquiladoras que la "era de terror e impunidad referente a los crímenes de mujeres en Ciudad Juárez" terminó. Sin embargo, las muertes continúan.
En la mayoría de casos, las víctimas fueron violadas y desfiguradas de alguna forma con la aparente intención de impedir su identificación.
En Ciudad Juárez existen más de 300 fábricas maquiladoras o ensambladoras, lugares en los que la mayor parte del personal es femenino.
Hace dos años, la Comisión Nacional de Derechos Humanos indicó en un informe que la policía de Chihuahua no dio la debida importancia a los crímenes y que incluso dejó escapar a varios sospechosos.
Pero los policías niegan las acusaciones y algunos de ellos, consultados por la prensa local, afirman que los asesinatos se relacionan con problemas "pasionales" o de narcotráfico y que en muchos casos las víctimas tuvieron algo de culpa por usar ropas "provocativas".
Para enfrentar la ola de crímenes, las autoridades crearon una fiscalía especial e incluso contrataron a investigadores extranjeros, pero no han logrado acabar con el problema.
Algunas de las víctimas no han podido ser identificadas, por lo que fueron enterradas en fosas comunes. Según la policía, muchas podrían ser mujeres de otros estados del país que al parecer buscaban cruzar de forma ilegal la frontera hacia Estados Unidos.
Los familiares de la mujeres asesinadas y violadas temen que la mayoría de los crímenes jamás se aclaren, pues sospechan que algunos policías tienen relación con los asesinatos.
En Ciudad Juárez se vive "un verdadero estado de terror por la existencia de atroces crímenes cometidos contra mujeres", dijo el año pasado ante la Organización Internacional contra la Tortura, Judith Galarza, portavoz de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Chihuahua.
En un informe presentado por Galarza ante el organismo, se afirma que 80 por ciento de las víctimas fueron sometidas a tratos crueles, como mutilación de senos, violencia sexual y asfixia.
Algunos de los crímenes fueron atribuidos a un ciudadano egipcio radicado en la frontera y condenado ya a 30 años de cárcel y a una banda de criminales que se hacen llamar los "ruteros asesinos" y cuyo accionar continúa.
Pero los asesinatos de mujeres no son la única causa de inseguridad en Ciudad Juárez. Los robos, asaltos y crímenes relacionados con disputas entre narcotraficantes son cotidianos en esa urbe, donde proliferan centros nocturnos y cantinas.
La violencia llegó a tales niveles que directivos de 40 plantas maquiladoras contrataron el año pasado helicópteros para vigilar sus empresas y movilizar al personal estadounidense que debe cruzar continuamente la frontera.
Según el periodista Víctor Ronquillo, quien el año pasado publicó el libro "Las muertas de Juárez", la criminalidad en Chiahuhua "tiene que ver con la terrible realidad social de la frontera, donde juega un papel importante la violencia que impone el narcotráfico". (FIN/IPS/dc/mj/ip/00