Un empresario de pompas fúnebres habría hallado los restos mortales del ex primer ministro de Granada Maurice Bishop y de otras víctimas del golpe de Estado de 1983 que condujo a la invasión militar de Estados Unidos.
Clinton Bailey, el director de la Funeraria Otway Bailey, dijo a la prensa este lunes en St. Georges que los restos fueron hallados hace cuatro semanas, pero que no se informó al respecto porque aún no habían sido identificados por las autoridades forenses.
Sin embargo, cuando supo que los especialistas en patología que pretendía contratar no podrían viajar a Granada hasta dentro de un mes, Bailey decidió, junto con su abogada Celia Clyne Edwards, informar del hallazgo.
Los restos, contenidos en tres bolsas del Ejército de Estados Unidos, no fueron exhibidos a la prensa.
En octubre de 1983, durante la culminación de una disputa ideológica y organizacional que dividió al socialista Gobierno Revolucionario del Pueblo, Bishop, el líder de una de las facciones, fue puesto bajo arresto domiciliario.
Una multitud encabezada por ministros y activistas del gobernante Movimiento Nueva Joya liberó a Bishop el 19 de octubre y marchó hacia la sede del Ejército Revolucionario del Pueblo en Fort Rupert.
En los combates subsiguientes, varias personas murieron y Bishop, el canciller Unison Whiteman, la ministra de Educación Jacqueline Creft y el ministro de Vivienda Norris Bain fueron ejecutados.
Seis días después, Estados Unidos, con el apoyo simbólico de algunos países de la Comunidad del Caribe, invadió la isla, expulsó al Consejo Militar Revolucionario que había asumido el poder tras la ejecución de Bishop y detuvo a sus líderes, incluso al primer ministro interino Bernard Coard.
Desde entonces, el misterio envuelve al paradero de los restos de Bishop y de los demás ejecutados tras la toma de Fort Rupert (desde entonces llamado Fort George).
Días después de la invasión de 1983, un oficial de la fuerza de defensa de Jamaica dijo a IPS que varios cadáveres parcialmente quemados habían sido hallados en un campamento del Ejército Revolucionario del Pueblo, en St. Georges.
Según registros dentales, uno de los cadáveres habría pertenecido a Bishop.
Las familias de las víctimas ruegan desde hace años que se presente todo aquel que tenga información sobre el paradero de los cadáveres, para que los mismos reciban sepultura.
En septiembre de 1995, la hija de Bishop, Nadya, encabezó un equipo de cuatro científicos estadounidenses para buscar el cadáver de su padre.
"Se nos informó de un cementerio donde los restos de mi padre y los otros estarían enterrados. Esa información fue confirmada por cuatro sepultureros. Pero a pesar de la investigación del equipo forense, no se halló evidencia que lo verificara", explicó entonces.
El gobierno de Granada no le prestó asistencia e incluso el Comisionado de la Policía Nestor Ogilvie, uno de los líderes de las denominadas Fuerzas de Mantenimiento de la Paz tras la invasión de 1983, intentó intimidarla para que abandonara la búsqueda, aseguró.
En una entrevista televisiva, Bernard Coard, quien junto con 16 integrantes más del Consejo Militar Revolucionario cumple pena perpetua por los asesinatos del 19 de octubre, niega tener conocimiento sobre el lugar donde se encuentran los cadáveres.
No obstante, Coard agregó que las autoridades militares estadounidenses saben donde están los restos. Nadya Bishop dijo que ella también tuvo información similar.
"Los informes indican que los estadounidenses custodiaron los restos en algún momento después de la invasión. Pero luego no queda claro que pasó", dijo.
Fuentes políticas en Granada dijeron a IPS en 1983 que las fuerzas invasoras de Estados Unidos no querían un funeral para Bishop por temor a que desatara masivas manifestaciones de protesta.
Las fuentes aseguran que las autoridades no quieren que Bishop sea enterrado porque su tumba sería convertida en un santuario para la izquierda política.
También insisten que tras las autopsias, los restos fueron entregados al entonces director de la Funeraria Otway Bailey, el fallecido Leslie Otway, para su entierro en secreto.
Clinton Bailey dijo en la conferencia de prensa de este lunes que su padre reconoció haber recibido los cadáveres, pero que nunca reveló el lugar exacto donde estaban enterrados.
Debido a las sospechas sobre su familia, Clinton Bailey condujo una investigación que lo llevó al cementerio de St. Georges donde encontró las tres bolsas del Ejército de Estados Unidos con los restos humanos.
"No podemos estar completamente seguros de que lo que descubrimos es de hecho lo que pensamos que tenemos", dijo.
Bailey negó que su anuncio esté relacionado con los rumores de que el gobierno considera liberar a los condenados por los asesinatos de 1983 como gesto de buena voluntad. (FIN/IPS/tra-en/ps/ks/aq/ip/00