Cámaras ocultas descubrieron a los cabecillas de una banda que traficaba un centenar de mujeres por año de República Dominicana a España, en un programa emitido hoy por el canal privado Antena 3.
Investigadores del diario madrileño El Mundo se hicieron pasar por compradores de mujeres para hacerlas trabajar en locales pertenecientes a redes de prostitución de los cuales hay varios centenares a los costados de las carreteras españolas.
Después de iniciar sus contactos en la ciudad española de Barcelona, desde donde una prostituta dominicana —Sirelda, de 28 años— los puso en contacto con un oficial de inteligencia del ejército de la República Dominicana, los miembros del equipo se trasladaron hasta ese país caribeño.
Allí negociaron con Silvino Medina Cuevas, un oficial de información del Ejército dominicano, y con el jefe de la banda, Otto Maas, holandés radicado en Santo Domingo, quienes, según comprobaron, cuentan con pasaportes españoles "perfectamente legales", procedentes de un centro policial o de un consulado.
En Santo Domingo, los periodistas tomaron contacto con Medina Cuevas y Mass y grabaron las entrevistas y negociaciones con su cámara oculta, cuyo diminuto objetivo estaba oculto en un botón de sus ropas.
En la pantalla se ve y oye a Medina Cuevas afirmar que ha llevado muchas mujeres a Europa, por Francia y Portugal. Asimismo, relata el origen de su poder para hacerlo, mientras muestra su carné militar.
"Soy militar, pertenezco al Servicio Secreto de Información J- 2, y hago esto porque me tengo que buscar el dinero por algún lado. En España también hay policías que lo hacen, ¿verdad?", dijo.
Los "compradores" también se mostraron interesados por recibir entre 20 y 30 mujeres cada dos meses para un negocio de prostitución privado. Maas pidió 7.500 dólares por cada una y ofrece enviar "paquetes de 10" cada dos meses.
El jefe de la banda incluso les ofreció garantías. "Tienen una garantía de 15 días. Si los tratan mal, si se escapan, les mando otra y algún día las encontraré, si se escapan", dijo.
Además, les aseguró que los pasaportes que portarán las mujeres son de buena calidad. "A mí me llegan limpios y yo los relleno… pero si se usan los españoles, yo prefiero que las mujeres vayan vía París. Es más seguro. Y luego ir alternando con los belgas, porque son muchas mujeres", afirmó.
Tras cerrar el trato, los periodistas pidieron que se hiciera una prueba, enviando sólo una mujer, para lo cual ellos "comprarían" una. A tales efectos, Maas y sus socios comenzaron a mostrarle mujeres "como si fuesen ganado" para que eligieran, casi todas jóvenes.
Finalmente optaron por a Sandra, una dominicana de 22 años, y pagaron por anticipado, contando en voz alta cada billete de cien dólares que le fueron entregando a Maas, hasta completar los 7.500 del precio. De esa manera, se aseguraron de que quedase constancia del precio en la grabación.
Los dos periodistas acompañaron a Sandra a comprarse ropa en Santo Domingo, dispuestos a esperarla en España. Pero no llegó porque se puso nerviosa en el control policial de Santo Domingo y fue detenida, explicó el director del reportaje, Fernando Quintela.
De todos modos, Quintela y su equipo dijeron tener la conciencia tranquila, porque Sandra estaba dispuesta a viajar a España antes de que ellos iniciasen la investigación. Sólo que Maas dejó esperando a otro cliente, para satisfacer la prueba que pedían los españoles.
En el reportaje, Sandra dijo que tiene una hija de un año y tres meses, que vive en un barrio de emergencia y sin trabajo, y que nunca se prostituyó.
Lo único que quería era salir de República Dominicana "para que mi hija no tenga que vivir como yo".
Así llegan muchas mujeres a España y otros países europeos, desde América Latina, Asia y Africa. A la mayoría de ellas les prometen trabajo en tareas del hogar pero, después, las bandas de proxenetas las obligan a prostituirse. (FIN/IPS/td/mj/ip hd/00