Los llamados "mercados emergentes" están recuperándose, a medida que los inversores regresan a los países que abandonaron tras la crisis financiera que comenzó en Asia hace tres años.
El término "mercados emergentes" fue creado por la Corporación Financiera del Banco Mundial para estimular a inversores a aventurarse en países que antes habrían sido llamados "del Tercer Mundo" o "en desarrollo", términos que sugieren alto riesgo para la inversión e inestabilidad política.
"El flujo de capitales privados sigue siendo inferior al nivel promedio de los últimos cinco años, pero los acreedores e inversores internacionales muestran cada vez más confianza en los mercados emergentes", dijo Charles Dallara, director gerente del Instituto para Finanzas Internacionales (IIF), con sede en Washington.
La afluencia neta de dinero proveniente del sector privado a los mercados emergentes ascendió a 328.000 millones de dólares en 1996 antes de caer a 266.000 millones en 1997, aun antes que estallara la crisis financiera en Asia.
Las inversiones y préstamos cayeron a un monto de 148.000 millones de dólares en 1998 y en 1999, pero se espera que este año lleguen a 193.000 millones de dólares.
Se espera que el mayor flujo de dinero hacia los mercados emergentes se deba a inversiones directas o adquisiciones de activos locales por parte de capitales extrajeros.
El segundo lugar será ocupado, según las previsiones, por dinero empleado en inversiones de corto plazo, proveniente de fondos de inversión y de otros mecanismos vinculados con el mercado de valores, seguido por préstamos bancarios y adquisición de bonos emitidos por gobiernos y corporaciones.
La afluencia total de dinero proveniente del sector pribado podría ser más de 235.000 millones de dólares, pero el descuento de reintegros, utilidades y otros retiros de dinero llevarán el ingreso neto de capital a 193.000 millones de dólares.
El ingreso a los mercados emergentes de capital extranjero proveniente del sector público, en cambio, subió de 8.000 millones de dólares en 1996 a casi 53.000 millones en 1998, antes de caer a 12.000 millones de dólares el año pasado.
El IIF previé una nueva disminución este año, que llevaría el total a 9.000 millones de dólares, si Brasil sigue amortizando los préstamos de emergencia que recibió en enero de 1999 para enfrentar la crisis en su mercado cambiario.
En lo que respecta a las finanzas privadas, "el panorama tiende a una mejoría general, pero de todos modos existen incertidumbres, y sigue habiendo ansiedades y riesgos"', apuntó Dallara, cuyo grupo ejerce presión en nombre de 300 bancos internacionales y firmas inversoras.
Entre los riesgos figura la posibilidad, discutida el fin de semana en Tokio por el grupo de siete países más industrializados (G-7), de que el enorme desajuste de cuenta corriente en Estados Unidos, causado sobre todo por el déficit de la balanza comercial de ese país, provoque un fuerte aumento de las tasas de interés.
Integran el G-7 Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón.
Según Dallara, tambien podría producirse una significativa "corrección" a la baja de los precios de las acciones en Estados Unidos.
Los inversores también están preocupados por la posibilidad de que los gobiernos de países con mercados emergentes pierdan el control de las variables macroeconómicas, al aumentar el gasto público o atenuar la restructura de la economía en el marco de campañas electorales para comicios que se realizarán en el 2001.
Otra de sus inquietudes es que el aumento de precios de productos básicos, hasta ahora limitado sobre todo al petróleo y algunos metales, pueda generalizarse y agregar presiones inflacionarias en los países industrializados.
"Los productores de bienes básicos se beneficiarían, pero algunas economías se verían afectadas en forma adversa" si se produce ese aumento, se afirmó en el último informe del IIF, llamado "Afluencia de Capitales a Economías Emergentes de Mercado".
El IIF realiza en forma periódica estudios de las perspectivas en 29 mercados emergentes.
Los estudios abarcan Argelia, Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, Ecuador, Egipto, Eslovaquia, Filipinas, Hungría, India, Indonesia, Malasia, México, Marruecos, Perú, Polonia, República Checa, Rumania, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay y Venezuela.
La institución comprobó una sostenida recuperación de las inversiones en Asia tras la crisis financiera de 1997-1998, y prevé que la afluencia neta de capitales a mercados emergentes asiáticos aumente a 60.000 millones de dólares este año, acercándose al nivel de casi 70.000 millones de 1997.
Esa cifra marcaría una diferencia importante en relación con los 40.000 millones de dólares de 1999 y los apemas 6.000 millones de 1998, pero aún estaría muy lejos de los 176.000 millones de 1996.
Los analistas estimaron que la mejoría se registrará en parte porque inversores privados y acreedores retirarán menos dinero de la región. Los retiros efectuados por bancos comerciales sumaron casi 60.000 millones en 1998 y 30.000 millones en 1999, pero según las proyecciones bajarán a 14.000 millones este año.
También se prevé un ascenso de la afluencia neta de capitales a America Latina, de poco menos de 70.000 millones de dólares en 1999 a casi 90.000 millones este año. En el período 1996-1998 el monto había sido de unos 100.000 millones de dólares anuales.
La situación en Brasil sería el principal factor del vuelco, ya que se estima que la afluencia neta de capital a ese país llegará este año a 40.000 millones de dólares, el doble de la registrada en 1999.
Los analistas consideran que los mercados de Africa y Medio Oriente podrían tener una leve recuperación este año, sobre todo debido a la creciente confianza en Sudáfrica por parte de los inversores.
Se prevé que la afluencia neta de capitales a Africa llegue este año a 11.000 millones de dólares. Las cifras en ese rubro fueron 8.700 millones de 1999, 9.400 millones en 1998, 15.700 millones en 1997 y 3.800 millones de dólares en 1996.
Numerosos acreedores de Rusia esperan recibir amortizaciones este año, y por lo tanto se estima que ese país registrará una salida neta de capital privado este año, aunque se prevé que el conjunto de los mercados emergentes de Europa registre un ingreso neto de capital privado de 30.000 millones de dólares.
Los analistas consideran que las remesas al exterior de inversores domésticos en mercados emergentes permanecerá en 110.000 millones de dólares este año, y que unos 20.000 millones de ese total saldrán de Rusia. (FIN/IPS/tra- en/aa/lv/ego/mp/if/00)