DESARROLLO: Donantes aceptan discutir asistencia al desarrollo

Los donantes occidentales cedieron a la presión de las naciones en desarrollo y acordaron finalmente realizar una reunión de ministros donde se discutirá el descenso de su asistencia para el desarrollo a los países pobres.

La reunión se llevará a cabo en Nueva York en el año 2001 y el punto principal de su agenda será la "financiación para el desarrollo".

El canciller de Nigeria, Sule Lamido, dijo que esperaba que las naciones donantes occidentales "se comprometieran" a participar en la conferencia. Lamido fue elegido el jueves como nuevo presidente del llamado Grupo de los 77, integrado por 133 países en desarrollo.

La propuesta de una conferencia internacional sobre financiación del desarrollo ha estado en la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde los años 80.

Sin embargo, Estados Unidos y otras naciones occidentales han expresado fuertes reservas al respecto, alegando que la financiación del desarrollo debe discutirse en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional (FMI), no en la ONU.

Ahora Estados Unidos y países de Europa Occidental accedieron a participar en la conferencia de Nueva York porque ésta se realizará en forma conjunta con el Banco Mundial y el FMI.

Las potencias occidentales también se habían mostrado reticentes a apoyar una conferencia sobre financiación del desarrollo por temor a verse obligados a asumir nuevos compromisos de asistencia a países del Sur.

La decisión de realizar la reunión se produjo luego de críticas de las naciones en desarrollo a los donantes occidentales por recortar drásticamente su asistencia.

En 1970, la Asamblea General de la ONU fijó el objetivo de que los países ricos emplearan 0,7 por ciento de su producto interno bruto (PIB) para ayudar a las naciones en desarrollo. En la actualidad sólo cuatro países, Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia, han alcanzado o superado esa meta.

En 1992, la Asistencia Oficial al Desarrollo (ODA) llegaba a 61.000 millones de dólares. La cifra bajó a 55.000 millones en 1993, aumentó a 58.000 millones en 1994, volvió a aumentar ligeramente a 59.000 millones en 1995, bajó a 55.000 millones en 1996 y cayó a 47.600 millones de dólares en 1997.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lamentó la tendencia al descenso de la ODA, y opinó que esa asistencia "debe ser restaurada tan pronto como sea posible".

Guyana, que ocupó hasta el jueves la presidencia del Grupo de los 77, criticó a las naciones donantes por no cumplir con las metas de asistencia fijadas por la Asamblea General de la ONU.

"No debemos dudar en pedir un nuevo compromiso de los países donantes de brindar niveles más altos de ODA para alcanzar el objetivo aceptado de 0,7 por ciento del PIB", dijo el jueves el canciller de Guyana, Clement Rohee, a los integrantes del grupo.

"Afirmar, como algunos acostumbran hacer, que la ODA es anacrónica, niega el papel indispensable que ésta sigue desempeñando en el desarrollo de los países más pobres", enfatizó.

Rohee apuntó que la conferencia de Nueva York deberá colocar a la financiación para el desarrollo "sobre una base más sólida y predecible".

"La participación de dos grandes actores, el Banco Mundial y el FMI, será clave. Es imperativo que definamos con claridad los términos del compromiso de esas instituciones, para asegurar que su cooperación sea significativa", afirmó.

"La dura realidad es que a pesar de algunas mejoras en la economía mundial, la pobreza persiste en muchos países. En los comienzos del año 2000, la pobreza se presenta como el mayor desafío de la humanidad, particularmente en los países del Sur", añadió.

En un proyecto de resolución aceptado sin votación el mes pasado por la Asamblea General, de 188 miembros, se indicó que la reunión de Nueva York tratará "asuntos nacionales, internacionales y sistémicos vinculados con la financiación para el desarrollo, en el contexto de la globalización y la interdependencia".

En esa reunión se discutirá también la movilización de recursos financieros para la implementación de programas aprobados en varias importantes conferencias de la ONU desde 1990. La mayoría de esos programas fueron aplazados por tiempo indefinido debido a la falta de fondos.

Cuando la cuestión se discutió por primera vez, uno de los puntos de la agenda propuesta era la reforma del Banco Mundial y del FMI, instituciones en la cuales los donantes occidentales desempeñan un papel decisivo, porque el voto es ponderado según la contribución económica de cada país.

El delegado de Estados Unidos, Michael Gallagher, afirmó ante la Asamblea General que la gestión de gobierno del FMI, el Banco Mundial o los bancos de desarrollo regionales, al igual que los asuntos relacionados con la arquitectura financiera mundial, sólo podían ser tratados por los foros internacionales pertinentes.

Gallagher advirtió que "no debería interpretarse" que la inclusión en la agenda de la implementación de programas aprobados en conferencias de la ONU "conlleve ninguna obligación de financiación nueva o ampliada" para los donantes.

Estados Unidos sigue preocupado acerca de la forma y la agenda de la reunión de Nueva York, añadió.

"Los países en desarrollo estarán mejor si el resultado de la reunión no es un documento político sino directrices prácticas sobre la movilización, priorización y utilización efectiva de recursos, en apoyo de esfuerzos nacionales para reducir la pobreza y alcanzar el desarrollo sustentable", afirmó. (FIN/IPS/tra- en/td/ks/at/mp/dv ip/00

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