DESARME: Clima adverso a la conferencia contra el armamentismo

Guerras y discordias internacionales crean un ambiente desfavorable para el comienzo, el 17 de este mes, de las sesiones anuales de la Conferencia de Desarme (CD), estimaron fuentes vinculadas al foro negociador.

Durante 1998, las deliberaciones de la CD fueron sacudidas por los ensayos nucleares de India y Pakistán. Al año siguiente se produjeron el ataque de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a Yugoslavia y la ofensiva de Rusia sobre Chechenia, que alteraron el clima de la conferencia.

El estancamiento de los trabajos se prolonga desde hace dos años y todo indica que seguirá en los primeros meses de 2000, en espera de que se despeje el panorama de la diplomacia del desarme en la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que se realizará del 24 de abril al 19 de mayo.

Algunos gobiernos preferirán mantener un bajo perfil durante el primer período de sesiones de la CD, que concluirá el 24 de marzo, para no comprometer su posición en la conferencia del TNP, en Nueva York, dijo la fuente.

El último éxito de la CD se remonta a 1996, cuando consiguió que la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobara el texto largamente debatido del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares.

Desde entonces, las discusiones de la CD han estado prácticamente bloqueadas por las diferencias entre países y entre bloques. La crisis del foro negociador se acentuó en 1998 y 1999, cuando no consiguió siquiera un acuerdo para establecer su programa de trabajo.

La CD aprobó en 1998 un orden del día de ocho puntos, entre los que sobresalen el debate sobre cese de la carrera de armas nucleares y para el desarme nuclear, la prevención de la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre, las garantías negativas de seguridad y la transparencia en armamentos.

La misma agenda fue adoptada en 1999 y se presume que recibirá aprobación también en el actual período de sesiones. Pero el problema sigue siendo la falta de consenso sobre el programa de trabajo para ejecutar esa agenda.

Por lo general, la CD crea grupos especiales para el examen y la discusión de los puntos del orden del día. Otras veces recurre a la designación de coordinadores, también ad hoc, para conducir las consultas sobre un tema determinado.

Al concluir su último período anual, en septiembre, la conferencia encomendó a su presidente de turno, el australiano Leslie Luck, que durante el receso de las deliberaciones entablara contactos con los países miembros para superar el estancamiento.

Sin embargo, las fuentes adelantaron que los esfuerzos de Luck han sido infructuosos. Desde el 1 de este mes, la presidencia corresponde al representante de Austria, Harald Kreid.

Entre algunos miembros de la CD predomina el criterio de que el foro debe realizar un esfuerzo de entendimiento para desbloquear las negociaciones. Esas delegaciones propician un acuerdo mínimo para que este año la conferencia produzca algún resultado positivo.

El acuerdo, dijeron, podría establecerse en torno de un par de puntos sobre los que ya se insinuó el año pasado la posibilidad de consenso. Uno de esos temas serían las garantías negativas de seguridad, que comprometerían a las potencias nucleares a no usar esos arsenales contra los estados que carecen de armas atómicas.

Otro punto que había registrado algunos progresos en las consultas del período anterior fue la cuestión de la transparencia en armamentos que, entre otros objetivos, debería garantizar el funcionamiento efectivo del Registro de Armas Convencionales de la ONU y controlar la transferencia internacionales de armas.

Sin embargo, las negociaciones de este tema deberán superar todavía las objeciones de Egipto, que pretende incluir en la transparencia en armamentos todas las armas de destrucción masiva, comprendidas también las nucleares, biológicas y químicas.

Los negociadores prefieren reducir las expectativas sobre los resultados del período de sesiones de 2000 en atención a las condiciones desfavorables que predominan en el panorama del desarme.

El clima de las negociaciones se enrareció aún más el año último, cuando el Senado de Estados Unidos rechazó el proyecto de ratificación del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, a pesar de la insistencia del gobierno de Bill Clinton.

Otro efecto negativo provino de la intención estadounidense de modificar el tratado sobre misiles antibalísticos establecido con Rusia.

En otro plano, un probable acuerdo sobre prohibición de producción, almacenamiento y exportación de material fisionable ha sido bloqueado por la actitud de países nucleares, como India y, en especial, Pakistán, que en apariencia pretenden acumular aún mayores existencias de esos elementos, imprescindibles para la fabricación de ojivas nucleares.

China anunció el año pasado que ya no consideraba prioritario el acuerdo sobre material fisionable. Beijing, movido por el avance de la tecnología antimisilística de Estados Unidos, reclama en cambio la creación de un comité ad hoc sobre prevención de una carrera de armamentos en el espacio exterior. (FIN/IPS/pc/ff/ip/00

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