Australia fue uno de los países que hicieron estancar las negociaciones mundiales sobre desarme nuclear, denunció una nota informativa desclasificada del Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio (MFAT) de Nueva Zelanda.
La nota del MFAT fue preparada para el nuevo gobierno de Nueva Zelanda y divulgada de acuerdo con la Ley de Información Oficial, justo antes de la primera reunión entre el canciller neocelandés Phil Goff y su par australiano, Alexander Downer.
Mientras el nuevo gobierno neocelandés reveló su intención de reanudar las negociaciones sobre el desarme antes de la conferencia para evaluar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que se realizará en Nueva York a mediados de abril, el gobierno australiano continúa fiel a un enfoque cauteloso.
Aunque la reunión de los dos ministros fue descrita como una "reunión de conocimiento y acercamiento", que se centró en las misiones de pacificación en Timor Oriental y Bougainville, las futuras reuniones tratarán la reticencia de Australia a apoyar firmemente las propuestas de desarme.
La nota informativa advertía al gobierno de Nueva Zelanda que el ambiente de seguridad internacional "se ha deteriorado en los últimos 18 meses".
En una velada referencia a Australia, la nota señalaba que una iniciativa de desarme apoyada por el gobierno neocelandés estaba siendo frustrada por "acuerdos de otras alianzas", además de "los imperativos de solidaridad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)".
El ministro de desarme y control de armas de Nueva Zelanda, Matt Robson, dijo que el estancamiento fue causado por "las pruebas nucleares de India y Pakistán, los retrasos en las negociaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia sobre reducción de arsenales nucleares, y cierta lentitud de la conferencia sobre desarme con sede en Ginebra".
La nota también advertía que "los procesos multilaterales como la conferencia sobre desarme de Ginebra son afectados inevitablemente por este incierto ambiente internacional".
"El próximo paso en la agenda de desarme nuclear, la negociación de un tratado de eliminación del material físil, todavía debe comenzar y los estados que poseen armas nucleares continúan vetando la discusión más amplia del desarme en esa área".
Hasta ahora, Downer prefiere presionar para lograr cambios pequeños y progresivos.
"Para alcanzar los objetivos del tratado debemos ser realistas acerca de cómo los vamos manejando", dijo en una conferencia el año pasado.
En 1995, el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares fue ampliado con el compromiso de las naciones firmantes de fortalecer el proceso de evaluación y adoptar un conjunto de "principios y objetivos" para promover el desarme nuclear.
"Ese conjunto todavía debe implementarse plenamente y los intentos de avanzar aún más encontraron la oposición de los estados nucleares", dijo Downer.
En junio de 1998, un grupo de potencias intermedias, entre ellas Brasil, Egipto, Irlanda, Nueva Zelanda, Suecia y Sudáfrica, lanzaron una iniciativa internacional para acelerar las medidas para el desarme nuclear.
La "Coalición de la Nueva Agenda", como se la conoce en los círculos diplomáticos, apunta a presionar a los estados nucleares para que se comprometan a eliminar sus arsenales nucleares.
La nota del MFAT decía que "el enfoque actual es pedir a los estados que poseen armas nucleares que se comprometan inequívocamente a trabajar para la rápida y total eliminación de las armas nucleares.
Aunque esta iniciativa atrajo el apoyo considerable de los países no alineados, los imperativos de solidaridad de la OTAN y los acuerdos de otras alianzas son un obstáculo para el apoyo".
La coalición "Nueva Agenda" declaró que "ahora mismo debe empezar una preparación rápida y determinada para la era posnuclear".
Aunque dos resoluciones de la Asamblea General de la ONU, en 1998 y 1999, respaldaron la iniciativa de la coalición, el gobierno de Australia no se dejó convencer.
Cuando 111 países votaron el 1 de diciembre en la Asamblea para apoyar la propuesta de la coalición Nueva Agenda, Australia fue uno de los 39 países que se abstuvieron.
Downer rechazó la propuesta de la coalición Nueva Agenda. "Aunque hay ciertos elementos que Australia podría apoyar, en su conjunto presupone el fracaso del actual régimen de desarme y no proliferación, y no podemos aceptar eso", declaró.
"La resolución ignora la realidad de que el desarme nuclear es difícil y lento, y amenaza polarizar más el debate sobre el desarme nuclear", advirtió Downer en una conferencia a fines del año pasado.
Esta actitud decepcionó a los activistas australianos por el desarme.
"Es hora de que el gobierno de Australia ofrezca el liderazgo moral necesario para acelerar el desarme nuclear mundial antes de la revisión del Tratado de No Proliferación", exhortó Sue Wareham, presidenta nacional de la Asociación de Médicos para la Prevención de la Guerra.
"El gobierno debería reconsiderar su enfoque de estos temas vitales", concordó Laurie Brereton, el canciller australiano en la sombra.
El subsecretario general de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, Jayantha Dhanpala, expresó su confianza en que la conferencia anual sobre desarme, que comenzó esta semana, y la revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear "contribuyan a aumentar la voluntad política para perseguir objetivos comunes de desarme". (FIN/IPS/tra-en/bb/js/at-mlm/ip/00