Al menos 70 periodistas y trabajadores de medios de comunicación de 19 países murieron al cumplir su labor en zonas de guerra o fueron asesinados el año pasado, denunció una investigación de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN).
La cifra representa un "drástico aumento" frente a los 28 crímenes cometidos el año anterior en el sector, agregaron los investigadores del estudio divulgado esta semana en París. El récord de asesinatos, con 73 víctimas, corresponde a 1996.
"Las guerras son responsables de gran parte de las muertes. Pero periodistas de muchas partes del mundo también fueron asesinados por su trabajo y sus investigaciones", aclaró Timothy Balding, director general de la WAN, con sede en la capital francesa.
En Yugoslavia murieron 22 trabajadores del sector, la mayor cantidad en un solo país. Entre ellos hubo "28 que murieron por las bombas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte: 15 en el edificio de la televisión estatal yugoslava y tres en la embajada china".
El segundo lugar lo ocupa Sierra Leona. En ese país de Africa occidental, 10 periodistas fueron asesinados en un lapso de seis días, del 6 al 12 de enero, por el insurgente Frente Revolucionario Unido.
Anthony Mariyanayagam fue el último periodista muerto en 1999 cuando fue baleado por lo que se sospecha eran guerrilleros de la organización Tigres por la Patria Tamil, en Sri Lanka, en la noche del 31 de diciembre. La víctima trabajaba para una compañía estatal y cubría una ceremonia religiosa.
Esta tendencia "es una grave amenaza para los periodistas y la libertad de prensa", declaró Claudia McElroy, del Comité para Proteger a los Periodistas (CPJ), de Estados Unidos.
Lo que está ocurriendo este año tampoco da lugar a la esperanza, señaló. Gobiernos de todo el mundo atrapados en conflictos armados recurren a la excusa de la "seguridad nacional" para perseguir y censurar a los medios de comunicación, agregó.
Este mes, CPJ envió cartas de protesta a gobiernos de Africa, Asia y la antigua Unión Soviética luego de que se denunciaran actos contra la prensa.
Una de las denuncias procedió de la República Democrática de Congo (RDC), donde un editor del diario de Kinshasa La Libre Afrique fue detenido el 3 de enero por un grupo de soldados. Desde entonces se lo mantiene aislado y sin que se hayan levantado cargos en su contra.
El arresto tuvo lugar después de que el diario publicara artículos que criticaron al gobierno de Laurent Kabila.
La guerra civil en RDC, según McElroy, desestabilizó a toda la región, lo cual desencadenó la represión contra la prensa. El Presidente Kabila acusa constantemente a la prensa independiente por las derrotas militares.
La represión de los medios también ocurre en los países vecinos de Angola, Namibia, Ruanda, Zimbabwe y Uganda, agregó.
También se practica en países asiáticos, entre ellos Malasia y Sri Lanka. Este mes, Artículo 19, una organización contra la censura con sede en Londres, dirigió una carta al primer ministro malasio Mahathir Mohammad luego de que el editor y el director de un diario opositor fueran detenidos el día 12 por publicar un artículo presuntamente sedicioso en agosto.
"El derecho de cuestionar las acciones y los motivos de quienes están en el poder es fundamental para la libertad de expresión y la democracia", argumentó Artículo 19 en su carta de protesta a Mohammad.
Con respecto de la acusación de "sedición" y de la "amenaza a la seguridad nacional", el grupo informó a Mahathir que este tipo de amenazas sólo se pueden justificar en "las circunstancias que se estipulan en los Principios de Johannesburgo".
Los Principios de Johannesburgo, redactados en 1995 por un grupo de expertos internacinales y apoyado por el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Expresión y Opinión, señalan que la censura sólo se justifica si el gobierno puede comprobar que el medio se empleó para incitar a la violencia".
Pero también se intimida a aquellos periodistas que revelan la corrupción en el gobierno, expresó Kristina Stockwood, de la organización canadiense International Freedom of Expression Exchange. Son perseguidos mediante "leyes contra la difamación que imponen penas de cárcel o multas" a los acusados, explicó.
Los gobiernos ignoran la presión de las organizaciones de derechos humanos que luchan para liberar a esos periodistas, observó.
Stockwood dijo que Etiopía y Turquía son los países "con mayor cantidad de periodistas en la cárcel". El año pasado, 85 periodistas fueron condenados a la cárcel, 446 fueron arrestados e intimidados, 653 fueron golpeados y 357 medios de comunicación fueron censurados.
El clima imperante hace pensar que los periodistas están bajo asedio, lo cual atenta contra el periodismo "sincero y abierto", dijeron Stockwood y McElroy. (FIN/IPS/tra-en/mmm/ks/aq/hd/00