El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es peor que la guerra para los soldados de Congo ya que es la primera causa de muerte en las Fuerzas Armadas, según autoridades de la salud.
Catorce por ciento de los soldados son portadores del virus de inmunodeficiancia humana (VIH) que provoca la enfermedad. El sida causó más de 60 por ciento de las muertes en el ejército entre 1989 y 1993, informó el director del servicio de salud de la Primera Zona Militar, el coronel Prosper Kinzonzi.
A su juicio, las fuerzas armadas están integradas por una población de riesgo, ya que son jóvenes sexualmente activos y se trasladan con frecuencia. Las estadísticas revelan que con cada nueva generación de reclutas ingresan portadores de VIH.
En 1993, 82 de los 578 candidatos reclutados en la división áerea eran VIH positivos. En 1995, se registraron 37 casos de sida entre 437 reclutas y se informó de nueve casos entre 271 soldados reclutados por la Gendarmería Nacional el año pasado.
Kinzonzi atribuye el aumento del número de casos de sida en el ejército a la prostitución y a la violencia sexual cometida por los soldados durante su participación en conflictos que devastaron a este país del centro de Africa.
Según el Comité de Rescate Internacional, una agencia estadounidense que se especializa en asistir a víctimas de violaciones, se registraron unos 3.000 crímenes de este tipo en Brazzaville desde el comienzo del conflicto entre las tropas del gobierno y la guerrilla en diciembre de 1998.
El ejército congoleño está integrado por unos 20.000 hombres. Muchos oficiales integraron grupos armados durante la guerra civil que tuvo lugar entre junio y octubre de 1997 entre las fuerzas del presidente Denis Sassou Nguesso y su predecesor, Pascal Lissouba.
Esos oficiales y los guerrilleros del depuesto presidente Lissouba fueron acusados por la Misión Observadora de Derechos Humanos en Congo (OCDH) y por la Federación Internacional por los Derechos Humanos de obtener dinero de los civiles por la fuerza.
Según la OCDH, esas acciones son realizadas con frecuencia por hombres armados, uniformados o no.
"En la mayoría de los casos, los nuevos reclutas procedentes de los ex Cobras, la milicia del presidente Nguesso, carecen de entrenamiento profesional. Su conocimiento de las prácticas militares o policiales profesionales se limita a disparar un arma", señaló la OCDH.
En un intento de restaurar el orden en las filas y reforzar la disciplina, el jefe del estado mayor, el general Jacques-Yvon Ndoulou, visitó tres escuadrones de la capital la semana pasada.
"Pronto se establecerán tribunales militares para juzgar y, si es necesario, ejecutar a los militares culpables de actos censurables", dijo Ndolou.
El Consejo de Transición Nacional, el parlamento provisorio, adoptó dos proyectos relacionados con la creación de tribunales militares en Brazzaville y Pointe-Noire, la capital comercial de Congo, para castigar a los militares deshonrosos.
Estos nuevos organismos judiciales tratarán únicamente los problemas militares. Sin embargo, también estarán autorizados para dictar sentencias sobre civiles que colaboran con los militares.
La Asociación Congoleña para las Naciones Unidas comenzó una campaña de entrenamiento para unidades del ejército con el fin de fomentar el respeto de los derechos humanos entre los militares.
Las autoridades militares también consideran la reestructuración de las Fuerzas Armadas para que sean más democráticas y apolíticas. Se establecerá una comisión de oficiales para desarrollar nuevos modelos organizativos. (FIN/IPS/tra-en/lm/nrn/sz/mn/at/aq/ip/00