La Iglesia Católica de Colombia reclamó hoy al gobierno soluciones al drama de 400 desplazados por la guerra civil que ocupan hace tres semanas la sede de la Cruz Roja en esta capital, varios de los cuales amenazan con someterse a crucifixión como protesta.
El presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, Alberto Giraldo, se manifestó dispuesto a mediar para que los desplazados desalojen el edificio del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), si el gobierno se compromete a solucionar sus demandas.
"El desalojo de la sede del CIRC sería una petición que haríamos, comprometiéndonos y comprometiéndose los que tienen la solución a seguir atendiendo el tema", afirmó Giraldo, quien encabeza a los 80 obispos católicos colombianos.
El religioso destacó la labor humanitaria que lleva a cabo la Cruz Roja en Colombia.
Mientras, la Defensoría del Pueblo hizo un llamado a los desplazados para que retornen a la mesa de diálogo propuesta por el gobierno "para buscar una solución que les permita una vida digna en un lugar sin violencia".
El defensor del Pueblo, Wolmar Pérez, dijo que la restauración del diálogo permitiría acabar con los problemas de salubridad que afrontan las familias que ocupan las instalaciones del CIRC.
El grupo de desplazados ocupó el día 4 la sede de la Cruz Roja para demandar del gobierno solución a los problemas de falta de vivienda, educación y salud que sufren.
Ana Rodríguez, coordinadora del no gubernamental Grupo de Apoyo a Organizaciones de desplazados (GAD), indicó que el gobierno abrió tras la ocupación un diálogo que quedó interrumpido la semana pasada por discrepancias entre las partes respecto de los puntos del petitorio.
Rodríguez dijo a IPS que las conversaciones con los representantes del gobierno "han sido difíciles porque los desplazados se mantienen radicales en sus peticiones".
Tres desplazados pertenecientes al grupo decidieron el lunes ser crucificados en las afueras de la sede de la Cruz Roja y este martes otra veintena se declaró en huelga de hambre por tiempo indefinido para presionar al gobierno.
Rodríguez indicó que al menos otros cuatro desplazados, entre ellos una mujer embarazada, han amenazado también con someterse a crucifixión si sus peticiones no son atendidas esta semana.
Según la coordinadora del GAD, 60 por ciento de los 400 ocupantes del CIRC son niños y mujeres cabeza de hogar.
Como consecuencia de la ocupación, la Cruz Roja suspendió en forma parcial sus actividades, lo que fue calificado por Marco Romero, analista del programa UN Análisis, de la estatal Universidad Nacional, como una pésima referencia para Colombia ante la comunidad internacional.
"Es preocupante que la Cruz Roja suspenda así sea transitoriamente sus programas de ayuda humanitaria" por el drama de los desplazados, que también pone en evidencia las fallas del gobierno en materia de derechos humanos y de solución pacífica de los conflictos.
Los desplazados a causa de la violencia constituyen, en opinión del delegado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Anders Kompass, el grupo "más golpeado" por la guerra civil que sufre el país.
En las dos últimas décadas, unos dos millones de personas (cinco de cada cien) debieron abandonar sus hogares a causa de la violencia ocasionada por guerrilleros, paramilitares y organismos de seguridad, según organizaciones no gubernamentales. (FIN/IPS/yf/mj/ip hd/00