El gobierno de China, temeroso por el uso potencialmente subversivo de la informática por disidentes y miembros de sectas prohibidas, decidió restringir el empleo de Internet y aumentar el control sobre el flujo de información.
En sólo una semana, las autoridades anunciaron tres nuevas series de normas que limitan más el uso de la red de computadoras y extienden el control a la información descargada a la World Wide Web.
Una de la serie de normas, anunciada el miércoles por el diario oficialista The People's Daily, prohibió la discusión de "secretos de Estado" por Internet, y responsabiliza a los propietarios de los sitios Web involucrados en caso de infracción.
Las restricciones contenidas en una circular de la Oficina Estatal de Secretos de Estado se extienden a los usuarios de cuentas de correo electrónico, que no podrán transferir ni copiar ese tipo de información.
Las nuevas disposiciones también establecen que todos los proveedores de servicios de Internet deberán obtener una "certificación de seguridad" para poder funcionar.
Además, todas las empresas, incluso las extranjeras, deberán informar al gobierno antes del lunes 31 sobre el tipo de programas de codificación que utilizan para enviar mensajes confidenciales a través de Internet.
Las compañías también deberán proveer datos sobre los empleados que usan ese tipo de programas de computación.
Según fuentes chinas, el Ministerio de Seguridad Pública elaboró, pero aún no publicó, normas que obligarán a todas las firmas que utilicen Internet a registrarse en la policía.
Está en proceso una cuarta serie de normas, preparadas por la Administración Estatal de Prensa y Publicaciones, que impediría a los sitios Web domésticos la difusión de noticias, por ser esta actividad monopolio del Estado.
Sólo las noticias aprobadas por el gobierno podrán aparecer en los sitios chinos registrados, informó esta semana el periódico Shanghai Daily.
Las últimas series de normas para prevenir la filtración de secretos de Estado constituyen las medidas más duras hasta ahora para controlar la Web, dado que la definición de "secretos de Estado" es tan vaga que puede cubrir casi todo, y en general se usa para reprimir todo disentimiento con el régimen comunista.
La Ley de Secretos de Estado de 1988 abarca las áreas más obvias -defensa nacional, asuntos diplomáticos, investigaciones científicas y penales-, pero también incluye "decisiones políticas importantes sobre asuntos de Estado" y "asuntos secretos sobre desarrollo económico y social nacional".
Así mismo, la ley se refiere a "cuestiones secretas de partidos políticos referentes a la seguridad y los intereses del Estado" y a "todo otro asunto que los departamentos encargados de los secretos de Estado consideren necesario preservar".
El alcance de esta ley es casi ilimitado. En 1993, Bai Weiji y Zhao Lei fueron sentenciados a 10 y seis años de prisión bajo el cargo de "filtrar secretos de Estado", sólo por traducir artículos de revistas con la marca "para uso interno" para el diario estadounidense The Washington Post.
En este caso, la inscripción "para uso interno" fue equiparada a "secretos de Estado" aunque ello no está establecido en la ley correspondiente ni en sus regulaciones.
No se sabe hasta qué punto el gobierno podrá aplicar las nuevas normas sobre Internet. Un funcionario de la Oficina Estatal de Secretos de Estado admitió que no es fácil controlar la red.
"Es muy complicado, por eso no podremos hacerlo solos. La seguridad pública deberá ayudarnos también", dijo.
Las autoridades están divididas sobre el control del contenido de la Web, señalan analistas.
Los ministerios relacionados con la seguridad insisten en un mayor control, arguyendo que grupos disidentes y Falung Gong, un multitudinario movimiento espiritual prohibido, se valen de Internet para comunicarse con sus seguidores en China.
Por otra parte, las autoridades económicas consideran que Internet es beneficioso para la economía y presionan para liberalizar la industria de la información, trascendió. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/ip/00