El candidato oficialista Ricardo Lagos y el derechista Joaquín Lavín pusieron término hoy en Chile a sus campañas para la segunda vuelta de la elección presidencial, asegurando que obtendrán el triunfo este domingo.
Las Fuerzas Armadas, responsables de la seguridad durante los comicios en que votarían más de ocho millones de personas, hicieron en tanto un llamado a los comandos de ambos candidatos a no crear situaciones de tensión durante la jornada electoral.
Los militares asumieron desde este viernes la vigilancia de los recintos de votación, poniendo término así a las actividades de propaganda política, que culminaron en horas de la madrugada con algunas riñas entre partidarios de Lagos y Lavín.
Los incidentes más graves se produjeron en el municipio de Macul, en Santiago, con una escaramuza en que participaron unas 40 personas, 22 de las cuales resultaron lesionadas, sin que se informara de detenidos por parte de la policía.
La impresión generalizada es que la campaña transcurrió en un clima en que predominó la tranquilidad y en el cual los enfrentamientos fueron una excepción, pese a la estrecha disputa por los votos entre el oficialismo y la oposición derechista.
Esta es la primera vez en la historia política de Chile que una elección presidencial se resolverá en una segunda vuelta, mecanismos incorporado por la Constitución de 1980, promulgada durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
Los democristianos Patricio Aylwin y Eduardo Frei, candidatos de la Concertación por la Democracia, triunfaron cómodamente por mayoría absoluta en las elecciones presidenciales de 1989 y 1993.
El socialista moderado Lagos, abanderado en esta oportunidad del oficialismo, ganó la primera vuelta del 12 de diciembre con 47,95 por ciento de los sufragios válidos, en un virtual empate con Lavín, quien obtuvo un respaldo de 47,51 por ciento.
El estrecho margen de la primera vuelta sitúa ahora a este país de 15 millones de habitantes en la disyuntiva de continuar gobernado hasta el año 2006 por la coalición de centroizquierda o abrir paso a una administración de derecha.
Las fuerzas derechistas, que gobernaron junto a los militares bajo la dictadura de Pinochet, accedieron al gobierno por la vía electoral por última vez en 1958, cuando el conservador Jorge Alessandri ganó los comicios presidenciales.
La ruptura del empate registrado el 12 de diciembre dependerá de la conducta electoral de más de 800.000 votantes que se abstuvieron en la primera vuelta y de otros 200.000 que en esa oportunidad sufragaron en blanco o anularon la papeleta.
Las empresas encuestadoras, que en general fracasaron en sus sondeos sobre los seis candidatos que compitieron en la primera vuelta, se abstuvieron en esta oportunidad de realizar estudios de opinión o de divulgar sus resultados.
Este silencio fue roto este viernes por la empresa Benchmark, que dio a conocer los resultados de una encuesta realizada el día 12, según la cual Lavín ganaría con 50,59 por ciento a Lagos, quien obtendría 49,41 por ciento.
Benchmark es presidida por Darío Paya, diputado de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), el mismo partido de Lavín, por lo cual esta proyección mereció poca credibilidad entre los seguidores de Lagos y analistas independientes.
La consultora Mori señaló el jueves que, de acuerdo a sus estudios de opinión, el ganador será Lagos, pero se negó a difundir porcentajes.
Todos están conscientes de que el resultado final será estrecho y sólo los más optimistas prevén para su candidato un triunfo por más de 100.000 votos, luego de que Lagos aventajara a Lavín en la primera vuelta por sólo 31.142 sufragios.
Si la elección se resuelve en favor de uno u otro candidato por una diferencia mínima, es probable que los derrotados objeten el resultado hasta que tenga lugar el escrutinio oficial del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel).
Al culminar la votación en cada mesa se realiza el cómputo y la información es remitida al Ministerio del Interior que va entregando los resultados, que tienen un carácter provisorio hasta que el Tricel da el resultado oficial 15 días después.
Los comandos de Lagos y Lavín se comprometieron a no difundir cómputos propios y remitirse a los escrutinios que entregará el viceministro del Interior, Guillermo Pickering, para evitar que se creen situaciones conflictivas.
El general Sergio Muñoz, jefe de plaza de la Región Metropolitana (Santiago), señaló que los anuncios prematuros de resultados "sólo consiguen crear tensión y distorsionan la realidad".
El oficial instó a los seguidores de Lagos y Lavín a mantener durante la elección una actitud de "respeto y concordia", sin crear falsas expectativas con anuncios prematuros de éxito que luego pueden generar situaciones de frustración.
En sus últimas declaraciones al término de una intensa y agotadora campaña por todo el país, tanto el abanderado del oficialismo como el candidato de la derecha se mostraron confiados en el triunfo.
"Gané la primaria (interna de la Concertación), gané la primera vuelta y ganaré la segunda", afirmó Lagos, en tanto Lavín sostuvo que se alzará con el triunfo este domingo aventajando a su rival por más de un punto porcentual. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/00