Rusia combatirá a los separatistas de Chechenia, una república de la Federación Rusa, hasta destruir sus bases y aunque no pueda expulsar a todos los insurgentes islámicos de la región, anunciaron oficiales rusos.
"Comprendemos que no podremos destruir a todos los 'forajidos', pero sí destruiremos sus bases", aseguró el General Stanislav Kovun, subcomandante de las Fuerzas Armadas rusas.
"Nuestra parte de la tarea debe concluirse", dijo a IPS esta semana.
A medida que se intensifica el ataque contra Grozny, la capital chechena, la campaña militar rusa contra los separatistas chechenos parece alcanzar su punto más bajo.
En los primeros tres meses de la ofensiva, las fuerzas rusas ocuparon gran parte de las zonas llanas de Chechenia y prácticamente no encontraron resistencia. Pero la situación cambió mucho en Grozny y en las montañas al sur de la ciudad.
Los comandantes rusos prometieron que sus fuerzas capturarían la capital sin combatir, pero los bombardeos y el bloque a la ciudad no lograron expulsar a los guerrilleros.
Entonces Rusia cambió de táctica y se lanzó a combatir calle por calle y casa por casa en Grozny. Las peores batallas tuvieron lugar en la plaza Minutka, en la zona sudoriental del centro de la capital, y en un importante puente que cruza el río Sunzha que divide a la ciudad.
Esta semana, los aviones rusos bombardearon más de 200 veces por día a la ciudad, la mayor intensidad desde que se desató la guerra. Los bombardeos y el fuego de artillería redujeron a escombros a gran parte de las zonas céntricas de Grozny.
En las montañas al sur, las fuerzas rusas bombardearon el desfiladero de Argun, una vía vital para el abastecimiento de los guerrilleros, y aldeas circundantes como Vedeno, un baluarte del líder checheno Shamil Basayev.
A Basayev se lo culpa por provocar la guerra con su invasión a la vecina región rusa de Daguestán, en agosto.
"El Ejército ruso ha atacado a los mismos pueblos y aldeas chechenos en los últimos 200 años", reconoció Vladimir Kulakov, el representante interino de Moscú en Chechenia.
No obstante, Kulakov insiste en que la ofensiva de Moscú es una campaña antiterrorista destinada a destruir las "formaciones de forajidos", o sea grupos organizados de más de 100 guerrilleros. El funcionario afirma que los mismos serán aplastados para fines de febrero.
Sin embargo, el ministro de Defensa Igor Sergeyev aseguró este jueves que el gobierno ruso no fijó fechas para concluir la guerra.
El pueblo checheno y el ejército ruso son víctimas de disputas políticas internas, tanto en Chechenia como en Moscú, opinó Aslambek Aslajanov, director de la organización no gubernamental chechena Congreso Musulmán de Toda Rusia.
Al menos 10.000 civiles permanecen en Grozny, refugiados en sus sótanos con escasos alimentos. La organización de derechos humanos estadounidense Human Rights Watch (HRW) acusó a los guerrilleros islámicos de poner en peligro la vida de civiles provocando los contraataques rusos en los vecindarios poblados.
"Los guerrilleros chechenos pusieron en peligro a los civiles al ocupar posiciones en zonas muy pobladas y al atacar a los aviones rusos", sostuvo HRW.
Los combatientes "intentan ocultarse entre los civiles, pero a ellos los rigen las leyes de la guerra como a cualquier combatiente", sentenció Holly Cartner, directora ejecutiva de la división de Europa y Asia Central de HRW.
El Consejo Europeo también criticó la guerra que libra Rusia contra Chechenia, pero la asamblea parlamentaria con representación de 41 países no suspendió a Rusia.
El enviado del CE, Russell Johnston, dijo que no hay necesidad de sancionar a Rusia aunque Moscú no haya cumplido el compromiso del organismo de resolver las disputas por la vía pacífica. Johnston pidió el inmediato cese del fuego y el inicio de negociaciones entre Moscú y el dirigente checheno Aslan Masjadov.
El terreno militar no es el más complicado en Chechenia, según Kulakov. Lo que llevará más tiempo es la reconstrucción de la república y su reintegración en la Federación Rusa, dijo a IPS.
Así mismo, Kovun sostiene que el problema checheno no se puede resolver sólo por la vía militar y que se deberán adoptar medidas económicas para recuperar la normalidad en la problemática región.
Aparte de las fuerzas rusas, las guerrillas chechenas promoscovitas y contrarias a Masjadov, dirigidas por Bislan Gantamirov, también pretenden el control de Grozny.
Nikolai Baransky, director del centro de investigaciones Fundación Concordia Civil, con sede en Moscú, argumentó que el controvertido dirigente Gantamirov, otrora procesado por malversación de fondos y luego perdonado por el gobierno ruso, podría ofrecer una solución política interina.
Los analistas también señalan que la reticencia de muchos chechenos influyentes a cooperar con Moscú no ayuda a que Rusia busque una solución pacífica al conflicto. La situación tiene sus raíces en un acuerdo de paz que firmaron Masjadov y el gobierno ruso en 1996 y que ignoró a numerosos dirigentes chechenos promoscovitas. (FIN/IPS/tra-en/sb/mn/aq/ip/00