El presidente interino de Rusia, Vladimir Putin, logró que los gobernantes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) apoyaran la guerra de Moscú contra los separatistas musulmanes de Chechenia, una república de la Federación Rusa.
El apoyo, obtenido en la cumbre de la CEI celebrada en Moscú este martes, se hizo público mientras la Unión Europea (UE) amenaza con imponer sanciones a Rusia por su papel en Chechenia.
La CEI, cuya creación en 1991 terminó por confirmar la disolución de la Unión Soviética, agrupa libremente a 12 antiguas repúblicas soviéticas.
El principal aliado de Putin, el presidente de Uzbekistán Islam Karimov, quien una vez declaró su voluntad de disparar contra extremistas islámicos si sus subordinados no tenían el valor para hacerlo, dijo que le gustaría que Putin fuera elegido el próximo mandatario ruso en las elecciones del 26 de marzo.
Al parecer, Karimov quedó impresionado por la advertencia que hiciera Putin de "matar a los terroristas (de Chechenia) hasta en los baños", ya que los guerrilleros islámicos opusieron una fuerte resistencia contra la ofensiva militar rusa desde que se desatara la guerra en agosto.
Durante la cumbre, Putin sugirió que algunos estados de la CEI, a los que no mencionó, celebrarán un ejercicio militar conjunto en Kyrgyzstán y Uzbekistán durante la primavera boreal para prepararse para el combate contra extremistas que buscan desestabilizar a la región.
Por su parte, los dirigentes de Kazajstán y Uzbekistán propusieron aplicar un programa para luchar contra el "terrorismo", incluso la formación de un centro antiterrorista conjunto para combatir a los extremistas en la CEI.
La elección de Putin como presidente de la CEI, en sustitución del anterior jefe de Estado ruso Boris Yeltsin, y los planes conjuntos para combatir el extremismo son considerados signos de apoyo a la guerra de Moscú en Chechenia de parte de los antiguos dirigentes soviéticos.
La próxima cumbre de la CEI se celebrará en Moscú en abril para discutir un acuerdo de libre comercio, explicó el secretario ejecutivo de la comunidad, Yuri Yarov.
La profundización de la cooperación económica es un viejo anhelo de las ex repúblicas soviéticas, pero habrá dificultades para llevarlo a la práctica y la unión económica de la región parece muy lejana.
Los economistas señalan que la producción industrial de la CEI se redujo a la mitad en los últimos nueve años desde que se inició la compleja transición de la economía de planificación centralizada del régimen soviético a la de mercado.
El gobierno ruso declaró que confía que el papel de la CEI en la economía del mundo habrá de crecer, y pronosticó que el producto interno bruto del bloque aumentará para el año 2005 a seis por ciento del producto mundial, comparado con el cuatro por ciento actual.
El apoyo que prometieron este martes los gobernantes de la CEI coincidió con la declaración del comandante ruso a cargo de la ofensiva militar en Chechenia de que casi 1.000 soldados rusos murieron desde que comenzaron los combates contra los guerrilleros chechenos en el norte del Cáucaso en agosto.
La nueva cifra representó un sensible incremento frente a los últimos datos dados por las autoridades rusas. Hasta el momento, Moscú insistía que sólo 600 de sus soldados habían muerto en la problemática región desde agosto.
La guerra de Chechenia hizo que el Consejo de Europa presionara a Rusia. Los cancilleres de los 15 países de la Unión Europea autorizaron al brazo ejecutivo del bloque, la Comisión Europea, a imponer sanciones menores a Rusia por el uso desproporcionado de la fuerza en la república.
Aunque los funcionarios rusos minimizan la importancia de las sanciones previstas, la presión internacional podría repercutir en la campaña de Putin por la presidencia, que por ahora se basa principalmente en la guerra contra Chechenia. (FIN/IPS/tra-en/sb/mn/aq/ip/00