El ministro de Defensa de Brasil, Elcio Alvares, renunció hoy a pedido del presidente Fernando Henrique Cardoso, tras siete meses de agitada gestión como primer titular de la cartera.
La caída del ministro fue precipitada por comentarios negativos que efectuó hacia sus pares de Salud, José Serra, y de Justicia, José Carlos Dias, en entrevista a la revista Epoca publicada el sábado.
Pero ya era una posibilidad desde el 17 de diciembre, cuando cesó al comandante de la Aeronáutica, brigadier Walter Werner Brauer, por criticar su gestión y a su asesora especial, la abogada Solange Rezende, sospechosa de complicidad con el narcotráfico e investigada por una Comisión Parlamentaria.
Para sostenerse en el cargo, Alvares cesó también a la asesora, "una amiga de 20 años" y ex socia en una firma de abogados de Vitoria, capital del estado de Espíritu Santo, en el centro-este de Brasil.
El ministro, que permanecerá en el cargo hasta que el presidente Cardoso nombre a su sucesor, también es acusado por un comisario de Policía, Francisco Vicente Badenes, de vínculos con el crimen organizado en Espíritu Santo, donde escuadrones de la muerte actúan con libertad.
El comisario informó este martes a la Comisión de Derechos de la Cámara de Diputados, en Brasilia, las razones de sus sospechas: Alvares aparece en los cuadernos de direcciones personales de tres narcotraficantes y su firma de abogados defendió a conocidos "exterminadores".
Badenes entregó al ministro de Justicia un informe de 387 páginas sobre el crimen organizado en Espíritu Santo, resultado de sus investigaciones en que Alvares aparece por tales vínculos con los criminales.
El comisario pidió ser incluido en el sistema de protección de testigos, pues, dijo, recibió amenazas de muerte.
Con la salida de Alvares, el presidente Cardoso tiene la oportunidad de enderezar un ministerio de implantación delicada en Brasil, nacido el año pasado en medio a varias dificultades y equivocaciones.
El ministro fue elegido por el presidente en diciembre de 1998, pero no pudo ser investido junto con sus pares, el 1 de enero de 1999, porque problemas legales y resistencias militares impidieron la institución del nuevo Ministerio.
Alvares quedó así como ministro sin cartera hasta junio, cuando finalmente se formalizó la creación del Ministerio de Defensa, sustituyendo a los cuatro antes existentes, conducidos por los comandantes de las tres ramas militares y del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
Los jefes castrenses perdieron a contragusto su rango de ministros, teniendo que subordinarse a un civil. El cambio exigió un gran esfuerzo de modificación de mentalidades consolidadas durante el régimen militar (1964-1985).
Además, la elección de Alvares desagradó a las Fuerzas Armadas. No solo se trataba de un civil, sino de un político derrotado en las últimas elecciones al Senado. Su nombramiento fue considerado una compensación a un aliado del Partido del Frente Liberal que quedó sin cargo político.
Luego vinieron las sospechas de sus vínculos con el crimen en el estado donde hizo carrera política. La presencia de la asesora Rezende, muchas veces encargada de transmitir determinaciones a los militares, también molestó a generales y brigadieres.
Alvares dijo que deja el Ministerio pero mantiene su total apoyo y amistad al presidente Cardoso, reconociendo la necesidad política de la decisión y la importancia de sostener el gobierno. (FIN/IPS/mo/mj/ip/00
