Brasil confía en aumentar su exportación de carne y que la recuperación de las economías de Asia impulse al alza los deprimidos precios agrícolas, para obtener este año un superávit comercial de 5.000 millones de dólares.
La balanza comercial concluyó 1999 con un déficit de 1.196 millones de dólares, pero en diciembre hubo un saldo positivo de 249 millones de dólares, con fuerte expansión de las exportaciones.
Brasil comprobó su singularidad económica, al registrar en 1999 una caída de 6,1 por ciento en sus exportaciones, pese a la fuerte depreciación de su moneda desde enero, que permitió elevar la cotización del dólar en reales en 50 por ciento en el año.
Una reducción más acentuada de las importaciones (14,8 por ciento) impidió la repetición del déficit de 6.591 millones de dólares registrado en 1998.
Los países asiáticos que devaluaron sus monedas luego de la crisis de junio de 1997, tal como México en diciembre de 1994 e, incluso, el mismo Brasil en los años 80, lograron modificar rápidamente su balanza comercial, aumentando las ventas externas al alterar el tipo de cambio.
Para este año, sin embargo, Brasilia espera un vuelco en el comercio exterior, pronosticando un superávit de 5.000 millones de dólares si mejoran los precios de los productos básicos.
Una de las principales contribuciones vendrá de la carne de vacuno, cuyo volumen exportado deberá aumentar entre 25 y 30 por ciento al año, en el próximo trienio, sostuvo el ministro de Agricultura, Marcus Pratini de Moraes.
Para lograrlo se cuenta con que se declare área libre de fiebre aftosa al centro-oeste ganadero de Brasil en la reunión de la Organización Internacional de Epizootías, a realizarse en París entre los días 24 y 27.
Esa eventual declaración permitirá incluir un rebaño de 62 millones de vacunos en el circuito exportador y abrir nuevas oportunidades en el rico mercado de Estados Unidos, con lo cual el país podría duplicar sus ventas externas de carne de vacuno en tres años, confió el ministro Pratini de Moraes.
En 1999, las ventas de ese producto alcanzaron 550.000 toneladas y 900 millones de dólares, estimó Pratini de Moraes, un líder empresarial de larga actuación entre los exportadores.
La recuperación de los países asiáticos y el crecimiento general de la economía mundial este año, estimado en 3,5 por ciento por el Fondo Monetario Internacional, también permitirá aumentar los ingresos de Brasil, al mejorar los precios internacionales, en especial de los productos básicos.
El mineral de hierro, del que Brasil es gran exportador, tendrá un mejor desempeño en los mercados mundiales, tras algunos años de precios deprimidos a causa de la crisis asiática y la baja demanda mundial.
Otro impulso provendrá del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, que anunció una ampliación de 60 por ciento en su programa de financiación, alcanzando el equivalente a 3.300 millones de dólares este año.
Pero la Asociación Brasileña de Comercio Exterior, que el ministro Pratini de Moraes presidió por muchos años, no cree factible la meta gubernamental.
El superávit deberá limitarse a 2.300 millones de dólares en el 2000, estimó el actual presidente de la organización, Benedicto Moreira.
Tampoco es muy optimista la Confederación Nacional de la Industria, ya que espera un saldo positivo de solo 3.000 millones de dólares.
Los agricultores también consideran excesiva la expectativa gubernamental de que su sector, incluyendo la agroindustria, pueda obtener un superávit comercial de 15.000 millones de dólares en el año en curso, repitiendo el desempeño de 1997.
La recuperación de los precios internacionales será muy importante, pronostica la Confederación Nacional de Agricultura. La producción de soja crecerá en Estados Unidos, donde el año electoral favorece la concesión de subsidios a los agricultores.
Además, la sequía que sufre desde el último semestre el centro- sur de Brasil generará la necesidad de importar una mayor cantidad de arroz, maíz y trigo, y se dispondrá de menos café para exportar, aunque los precios deben mejorar.
Por otra parte, las ventas brasileñas de azúcar, que alcanzaron el récord de 11 millones de toneladas en 1999, caerán a cerca de seis millones este año, estiman los comerciantes del producto. Y los mejores precios no compensarán esa reducción.
Brasil necesita de manera indispensable incrementar sus exportaciones para mejorar sus cuentas externas, aún con un déficit fiscal de cuatro por ciento del producto interno bruto, y de esa forma abrir paso a un fuerte crecimiento, necesario para el desarrolo que se viene postergando desde la década pasada. (FIN/IPS/mo/dm/if/00