Las bolsas de valores de Brasil reaccionaron hoy al alza ante el anuncio de que el 16 de mayo será privatizado el Banco del Estado de Sao Paulo (Banespa), la "joya" entre las entidades financieras estaduales en proceso de venta.
El Banespa es el sexto banco de Brasil, y sus activos equivalen a unos 13.000 millones de dólares.
El edicto de venta, publicado este lunes en el Diario Oficial, permite que la participación del capital extranjero en la subasta, una decisión que preocupa a los bancos brasileños, que temen la desnacionalización del sector financiero.
La invasión extranjera, que se tradujo en los dos últimos años en la compra de tres grandes bancos nacionales, ya es excesiva y se volverá peligrosa si se apropia también del Banespa, advirtió Roberto Setúbal, presidente de la Federación Brasileña de Asociaciones de Bancos y del Itaú, la segunda institución financiera privada del país.
Puede debilitarse la disposición de los inversores extranjeros a comprar títulos de la deuda pública para ayudar al país en caso de nuevas turbulencias financieras, argumentaron los banqueros nacionales.
Mientras, los cerca de 22.500 empleados del Banespa se oponen a la privatización, así sea el comprador el capital nacional o extranjero. El presidente de la asociación de empleados bancarios, Eduardo Rondino, anunció que resistirá incluso con acciones judiciales una subasta que considera ilegal .
La subasta del Banespa puede afectada por la condición del banco de deudor del fondo de pensión de sus empleados y jubilados. La asociación presidida por Rondino calculó esa deuda en 4.500 millones de reales (2.500 millones de dólares), 50 por ciento más que fuentes oficiales.
Esa diferencia crea incertidumbre y puede reducir el valor de venta, como ocurrió el año pasado con una abultada multa aplicada al banco por las autoridades fiscales, e incluso impedir o dilatar la privatización.
Pero la formalización de la subasta con fecha fija alentó a la Bolsa de Sao Paulo, cuyo índice se elevó más de cuatro por ciento en la tarde de este lunes, recuperando las pérdidas causadas la semana pasada por el temor al aumento de la tasa de interés en Estados Unidos.
La subasta del Banespa puede relanzar el programa de privatizaciones en Brasil, que se estancó en 1999, cuando alcanzó sólo a 4.365 millones de dólares, equivalentes a 12 por ciento del monto logrado el año anterior, cuando fueron vendidas empresas de energía eléctrica y gas.
En este año se espera proseguir la desafectación del sector energético y de los bancos estaduales.
Además del Banespa, aún quedan por privatizar siete bancos creados por los 27 estados brasileños en las últimas décadas. Trece pasaron al sector privado desde 1996 y 14 fueron convertidos en instituciones de fomento del desarrollo.
Los bancos de los estados, que llegaron a ser 47 y fueron utilizados por las gobernaciones como brazos financieros, en general de forma irregular y para fines políticos, cayeron en crisis al ponerse fin en 1994 al periodo de alta inflación.
El gobierno central creó en 1996 un programa para privatizarlos o eliminarlos. El proyecto exigió un aporte de 53.500 millones de reales (30.000 millones de dólares al cambio actual), más de la mitad en el Banespa, que cubría la mayor parte de la deuda de la gobernación de Sao Paulo, el estado de mayor desarrollo económico de Brasil.
El Tesoro Nacional asumió la deuda y el control del Banespa, al que privatizará poniendo a la venta dos tercios de sus acciones votantes. La operación, programada para el año pasado y postergada varias veces, tendrá fuerte impacto en la división del mercado financiero, según creen los expertos.
El Banco Central suspendió la autorización para el ingreso y la expansión de los bancos extranjeros en Brasil hasta concluirse la privatización de las entidades estaduales, que se tendrá probablemente en el próximo año.
La privatización del Banespa presenta entonces la oportunidad al capital externo para ampliar su presencia en el mercado financiero brasileño, y a los grandes bancos privados nacionales, de consolidar su liderazgo.
El Banco Central no tomará medidas para favorecer a los inversionistas brasileños, aseguró su director de Finanzas Públicas, Carlos Eduardo de Freitas, en respuesta a las presiones de los banqueros nacionales. (FIN/IPS/mo/ff/if/00