BRASIL: Casi todos los nuevos empleos son informales

La comprobación oficial de que los nuevos empleos generados en Brasil son prácticamente todos informales abona los discursos opuestos del gobierno y del sindicalismo.

De los 418.351 trabajadores que se sumaron a la población ocupada el año pasado, solo 5,6 por ciento fueron legalmente contratados, informó el secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda, Edward Amadeo.

El dato indica que la informalización ascendió un nuevo peldaño, 94,4 por ciento, contra el 80 por ciento admitido por expertos hasta el año pasado para América Latina en general.

La legislación laboral vigente se choca con la realidad, porque la mayoría creciente de los ocupados son "ilegales", privados de los derechos formales, observó Amadeo, ex ministro del Trabajo.

Los trabajadores brasileños se dividen así en dos grupos, "la clase A que tiene sus derechos asegurados y la Z, sin nada", según Amadeo, quien defendió cambios legales que favorezcan la negociación entre empresas y empleados para buscar alternativas a la total marginación.

Hace tres semanas el actual ministro del Trabajo, Francisco Dornelles, anunció la intención gubernamental de enmendar la Constitución, para quitarle el carácter obligatorio de garantías de derechos como el aguinaldo, vacaciones de 30 días y subsidio al desempleo.

El objetivo sería permitir el establecimiento de nuevas condiciones y relaciones laborales a través de negociaciones, para hacer menos rígido el mercado de trabajo, para así abrir paso a nuevos empleos, menos costosos.

A los sindicatos se les aseguraría el derecho de optar por mantener los derechos adquiridos.

El gobierno quiere aprovechar los datos abrumadores del crecimiento de la informalidad para impulsar la oficialización y ampliación del trabajo precario, acusó Julio Turra, integrante de la dirección ejecutiva de la Central Unica de Trabajadores (CUT).

Eso supone un retroceso tras su propuesta de "flexibilización", ante la fuerte reacción sindical en contra, pero seguirá intentando imponerla, según el sindicalista.

El hecho de que casi todos los nuevos puestos de trabajo son nada más que "subempleos" constituye "una denuncia de la grave situación" provocada por el actual modelo económico, que "favorece el capital especulativo con altos intereses", opinó.

El gobierno sostiene que es "más facil combatir el desempleo aceptando la informalidad, desregulando las relaciones laborales, pero en países que adoptaron esa vía, como Argentina y España, no bajaron la desocupación" sino que la aumentaron, argumentó Turra.

La CUT defiende la extensión de los derechos conquistados en muchas décadas de lucha a los trabajadores informales, con el establecimiento de normas y mecanismos para incorporarlos a la protección de la Constitución y las leyes laborales.

Para eso la mayor central sindical brasileña se dispone a organizar "ese sector más vulnerable", mediante la creación de asociaciones, cooperativas e incluso sindicatos, como el de vendedores callejeros que ya actúa en Sao Paulo.

Los sindicalistas reconocen, en general, que la informalidad, la tercerización, la "precarización" y la escasez del empleo son una tendencia actual y tratan de incorporar nuevas formas de acción para enfrentarla.

La CUT, que afirma representar 15 millones de trabajadores, está creando "agencias de desarrollo solidario" junto con organizaciones no gubernamentales e instituciones variadas, para estimular cooperativas de producción, de servicios, de crédito y de microempresas.

Todas las centrales intensificaron la capacitación y recalificación de mano de obra, en un esfuerzo por prepararla para las nuevas tecnologías.

Fuerza Sindical, la segunda mayor organización del país, trata de organizar los desempleados e implantó un amplio servicio de búsqueda de empleos, además de fomentar cooperativas.

La "tercera revolución industrial está extinguiendo el empleo formal y la acción tradicional de los sindicatos ya no sirve", sentenció Enilson de Moura, presidente de la Social Democracia Sindical, que se concentra en capacitar las personas para profesiones y actividades novedosas o en auge en el mercado.

Los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, que ubican la informalidad en 94,4 por ciento de los nuevos empleos, indican también que 76,5 por ciento se generaron en el sector de servicios.

Esa inmensa supremacia sobre la industria, cuya participación se limitó a 18,8 por ciento, es otra evolución que exige respuestas de los sindicatos. (FIN/IPS/mo/mj/lb if/00

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