Los bancos empiezan en Brasil a ampliar sus operaciones a Internet, ofreciendo acceso gratuito a la red y amenazando la factibilidad de las empresas servidoras.
El mayor banco privado del país, Bradesco, provocó la reacción de la Asociación Brasileña de Proveedores de Acceso, Servicios e Informaciones de la Red Internet (Abranet), al anunciar la iniciativa el 13 de diciembre.
Unibanco, otra gran institución financiera, informó el miércoles que este mes ofrecerá el acceso gratis sin límite de tiempo, superando a Bradesco, que lo restringe a 20 horas mensuales.
El segundo banco privado, Itaú, comunicó que estudia hacer lo mismo, mientras el español Bilbao Vizcaya, instalado en Brasil mediante la compra de una entidad nacional, decidió prestar el servicio gratuito muy pronto.
Abranet amenaza adoptar medidas contra los bancos, incluso judiciales, porque éstos estarían violando la ley de telecomunicaciones, que no los comprende entre los servidores de acceso a Internet.
Telefónica de Sao Paulo, una compañia controlada por Telefónica de España, también está en infracción, al otorgar a los bancos los recursos necesarios de telecomunicaciones para proveer el acceso, aseguró Antonio Tavares, presidente de Abranet.
Empresas extranjeras como las estadounidenses American On Line (AOL) y PSInet y la española Telefónica Interactiva ingresaron en el segundo semestre de 1999 en los negocios de Internet en Brasil.
AOL, la mayor servidora del mundo, llegó a Brasil con una agresiva campaña, ofreciendo precios bajos y la distribución de millones de CD-ROM para facilitar el acceso a Internet.
En pocos meses, AOL se convirtió en la primera empresa de un mercado de siete millones de usuarios, abatiendo los costos del servicio e impulsando una repentina ola de fusiones y adquisiciones.
Mientras, Telefónica Interactiva adquirió el segundo servidor, ZAZ, e PSInet compró seis, intensificando el proceso de concentración.
Pero todo ese movimiento, incluso la ofensiva de los bancos, es algo pasajero, "cosa de algunos meses", según cree Carlos Alberto Afonso, un experto en informática que orienta la Rede de Informaciones para el Tercer Sector (RITS).
En Europa y gran parte de América Latina, los servidores de acceso a Internet desaparecerán y ese servicio será monopolizado por las compañias telefónicas. En Brasil es cuestión de unos "seis meses", el tiempo necesario para que las telefónicas cuenten con la infraestructura necesaria, dijo Afonso.
Esa es la tendencia allí donde el servicio telefónico se cobra por pulsos. Es decir, el costo de las llamadas se mide por el tiempo de uso.
Las compañías telefónicas desean fomentar las conexiones a Internet y su prolongación, porque aumenta así su facturación. Por eso ofrecerán el acceso gratuito tan pronto tengan condiciones para soportar su amplia utilización. El usuario pagará su costo en la cuenta telefónica.
Eso ya ocurre en Gran Bretaña, donde British Telecom asegura el acceso sin costo a Internet.
Por ahora, las compañias telefónicas de Brasil están muy ocupadas en atender una enorme demanda por líneas y en establecer los medios tecnológicos y materiales para ampliar sus actividades a Internet en el futuro.
Mientras, los bancos disponen de algunos meses para aprovechar esa oportunidad, observó Afonso. El objetivo, explicitado por el mismo Bradesco, es conquistar nuevos clientes, y no hacer de Internet una fuente adicional de utilidades.
La meta de Bradesco es alcanzar los diez millones clientes el próximo año. Actualmente cuenta con 8,4 millones. Sus competidores se apresuran a proporcionar el mismo servicio, para evitar que Bradesco fortalezca su liderazgo en el mercado financiero.
La tendencia, por tanto, es de desaparición de los simples servidores. Sólo sobrevirán los mayores, aunque más como proveedores de contenido, de servicios e informaciones vía Internet, como es el caso de AOL. En pocos meses, el mercado estará modificado y concentrado.
Por eso, los grandes grupos del sector están adquiriendo las pequeñas empresas, por el interés de sus servicios, su notoriedad o la capacidad de sus técnicos, explicó Afonso. En algunos casos, ofrecen contratos a los especialistas, en lugar de comprar la empresa. (FIN/IPS/mo/ff/cr if/00